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El país islámico se compromete a no fabricar bombas atómicas a cambio del retiro de sanciones

Irán y seis potencias mundiales logran histórico acuerdo nuclear

El G 5+1 determina continuar por 5 años el embargo al comercio de armas y por 8 el de misiles

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El secretario de Estado estadunidense, John Kerry, izquierda, muestra el acuerdo de más de cien páginas alcanzado ayer en el Centro Internacional de Viena. A la derecha, el ministro de Relaciones Exteriores iraní, Mohamad Yawad Zarif, se dirige a los medios después de las pláticas a puerta cerrada sobre el programa nuclear iraníFoto Reuters y Ap
 
Periódico La Jornada
Miércoles 15 de julio de 2015, p. 21

Viena.

Irán y las cinco potencias que poseen armas atómicas, más Alemania, el Grupo 5+1, llegaron este martes aquí un acuerdo sobre el programa de desarrollo nuclear iraní que hace imposible que la República Islámica pueda fabricar un arma atómica, a cambio de retirar las sanciones económicas y diplomáticas impuestas a Teherán desde 2006.

El pacto es el primer resultado tangible del acercamiento bilateral producido en 2013 entre Estados Unidos e Irán, que rompieron relaciones desde 1980, al triunfo de la revolución islámica que llevó al establecimiento de instituciones políticas en las que el guía supremo –actualmente el ayatola Alí Jamenei– es al mismo tiempo jefe de Estado y máxima figura religiosa.

Aunque en las pláticas estuvieron involucrados funcionarios del Grupo 5+1, integrado por los también miembros del Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, China y Rusia), más Alemania, los protagonistas fueron los negociadores estadunidenses e iraníes.

Las conversaciones comenzaron hace 22 meses, cuando el entonces recién electo presidente Hasan Rohani y su par estadunidense Barack Obama se comunicaron por teléfono y concertaron los encuentros que Washington colocó en el nivel prioritario de su política exterior, al lado del restablecimiento de las relaciones con Cuba. El mandatario iraní llegó al poder mediante una campaña electoral en la que prometió reducir el aislamiento de su país, derivado de las posiciones radicales de su antecesor, Mahmoud Ajmadineyad.

Una negociación de 18 días precedió la firma del convenio negociado cara a cara por el secretario de Estado estadunidense, John Kerry, y el ministro de Relaciones Exteriores iraní, Mohamad Yawad Zarif, en la capital austriaca, sede también de la Agencia Internacional para la Energía Atómica (AIEA).

Irán se comprometió a reducir en 10 años alrededor de dos tercios el número de centrifugadoras con las que se enriquece uranio, material clave para la fabricación de armas atómicas. De este modo, su capacidad instalada disminuirá de unos 19 mil equipos que posee actualmente a seis mil 104, y el objetivo del convenio es anular la capacidad de los técnicos iraníes de fabricar un arma atómica dentro de un plazo de un año, lo que amplia el margen para una eventual supervisión.

Irán también aprobó rebajar el nivel del enriquecimiento del uranio, que actualmente es de 20 por ciento, para que los técnicos iraníes no puedan alcanzar 90 por ciento, punto óptimo para su uso en la producción de proyectiles.

El acuerdo permitirá a Irán continuar sus investigaciones en materia nuclear con fines pacíficos, pero si viola el pacto serán restablecidas de inmediato las sanciones económicas impuestas.

Un punto controvertido que fue resuelto en favor de las potencias atómicas, más Alemania, fue la continuación por cinco años del embargo a Irán sobre el comercio de armas y por ocho años el de misiles y partes útiles para su fabricación. Podrá haber excepciones si lo aprueba el Consejo de Seguridad.

A pesar de que en algún momento se convirtió también en un nudo de la negociación, Irán aceptó dar más acceso a inspectores de la AIEA, pero no de manera sorpresiva, sino mediante solicitudes anticipadas.

Poco antes del anuncio oficial hecho por la representante de la Unión Europea en las conversaciones, Federica Mogherini, la AIEA e Irán firmaron un acuerdo que jugará un papel fundamental en el pacto.

Según ese acuerdo, explicó el director general de la AIEA, Yukiya Amano, el organismo tendrá acceso en los próximos meses a las instalaciones militares de Parchin para determinar si Irán llevó a cabo investigaciones en el pasado para desarrollar una bomba atómica.

Este es uno de los temas que ha enfrentado a las partes negociadoras, pues las potencias atómicas sospechan que Irán ha desviado recursos de su programa civil nuclear a actividades militares, lo que Teherán negó reiteradamente, mientras Israel se declara amenazado por la revolución islámica.

Se nos acusó de fabricar armas de destrucción masiva (...). Lo refutamos con la negociación, aseveró Rohani, tras la firma del convenio que calificó de ventajoso para todas las partes.

En la avenida principal de Teherán, Valiye Asr, cientos de personas salieron a ondear banderas iraníes y a celebrar la conclusión del pacto.

En cuestión de días, de acuerdo con el canciller francés Laurent Fabius, el acuerdo estará en la mesa del Consejo de Seguridad para su aprobación, lo que fue valorado por Kerry como un paso histórico para alejar los conflictos entre Irán y las potencias occidentales.