jornada
letraese

Número 228
Jueves 2 de Julio del 2015


Director fundador
CARLOS PAYAN VELVER

Directora general
CARMEN LIRA SAADE

Director:
Alejandro Brito Lemus


pruebate



Se vale preguntar
atención del VIH

Humberto Balderas

Madrugar, esa es la regla el día de la consulta médica. Además de ir con tiempo, hay que armarse de paciencia. Después de tomar una ficha podemos tardar hasta tres horas en ser atendidos. Este ritual es cotidiano para las personas con VIH. Lo que para cualquier usuario de los servicios públicos de salud es una molestia ocasional, para quien vive con una condición crónica se vuelve una monserga cotidiana.

Al final de la consulta uno no deja de sentir cierta frustración. ¡Tanta espera para tan poco tiempo de atención! La saturación de los servicios públicos de salud es una realidad que no se puede negar. El tiempo que puede dedicar el personal médico por cada paciente es muy limitado. Suele haber pocos especialistas para atender a un gran número de usuarios. Por lo regular, pueden estar con cada uno solamente entre 10 y 15 minutos, por lo que es importante aprovechar al máximo ese poco tiempo disponible con el médico especialista.

La atención de la infección por VIH es una de las más complejas de tratar por la cantidad de padecimientos y enfermedades asociadas a dicha infección. Por fortuna existen tratamientos muy eficaces que logran controlar la replicación del virus en el organismo haciendo de esta infección un padecimiento crónico. Además, los tratamientos son gratuitos y se prescriben en centros públicos de salud especializados o en los hospitales del IMSS y el ISSSTE.

Pros y contras del tratamiento
La desventaja de los tratamientos antirretrovirales es que hay que tomarlos de por vida, son tóxicos y provocan efectos secundarios que pueden fastidiarnos la existencia. Además, hay que ser muy puntuales en la toma diaria de pastillas y hacerlo siguiendo las especificaciones dadas por el personal médico. Tampoco se pueden interrumpir ni “tomarse unas vacaciones” porque se corre el riesgo de que el virus desarrolle resistencias a los medicamentos y esto los haga inútiles para frenar la infección.

Pero a uno le va bien con los tratamientos si cumple con las indicaciones y no falla en las tomas. Si uno es muy cumplido, el virus se mantendrá a raya a niveles indetectables a las pruebas usadas para detectarlo. Esto no significa que uno se haya curado, pero sí que ha mejorado su salud y podrá mantenerse saludable por mucho tiempo. Los tratamientos impiden el deterioro de nuestro sistema inmunológico o logran su restablecimiento cuando ya se ha visto afectado. Por lo mismo, alejan la posibilidad de sufrir enfermedades o padecimientos asociados a la infección por VIH.

Sin embargo, en el tratamiento del VIH no todo es coser y cantar. Dependiendo del grado de avance de la infección en tu organismo, además de los tratamientos antirretrovirales usados para combatir al virus, vas a requerir tomar otro tipo de medicamentos para contrarrestar los padecimientos asociados al VIH, o bien, para prevenirlos.

Además, como estamos hablando de una infección crónica, será necesario que prestes atención y acudas a revisiones periódicamente, a que te realicen pruebas y análisis de laboratorio en el centro de salud pública u hospital donde te toque atenderte, o en su defecto, a algún lugar especializado donde te envíen a hacértelos.

Más que medicamentos
Por otro lado, la infección por VIH aún provoca fuertes rechazos y prejuicios entre la población. El estigma ligado a la transmisión del virus todavía está muy arraigado en la sociedad a pesar de los avances logrados en la detección, el tratamiento y la prevención de la infección. El problema es que por estos prejuicios y estigmas algunas personas con VIH pierden su trabajo, son rechazadas en las escuelas, no son bien vistas en el vecindario, no se les atiende en los hospitales o centros de salud y hasta sufren discriminación por parte de sus familiares. Por esta razón, al VIH no se le puede tratar como a cualquier otra enfermedad. No basta con prescribir recetas médicas, resulta necesario proveer de otro tipo de servicios de apoyo psicológico, comunitario y hasta jurídico.

La corresponsabilidad de los pacientes también es un factor importante en la atención del VIH. Como afirma Onusida: “Las personas que viven con VIH pueden recibir capacitación para convertirse en pacientes expertos y brindar servicios de apoyo a otros en áreas tales como autocuidado, alfabetización informativa en materia de tratamiento y derechos, y esfuerzos para superar el estigma y la discriminación” (Tratamiento 2015).

La primera responsabilidad adquirida al momento de un diagnóstico positivo al VIH es la de mantenerse informados. Además de los tratamientos, la información oportuna y correcta también ha salvado muchas vidas. No te quedes callada o callado, se vale preguntar.


S U B I R