Directora General: Carmen Lira Saade
Director Fundador: Carlos Payán Velver
Director: Iván Restrepo
Editora: Laura Angulo
Número Especial mayo junio 2015 No 199

Rehabilitación de arrecifes
en Quintana Roo, México

Roberto Ibarra Navarro y Jaime González Cano
Parque Nacional Costa Occidental de Isla Mujeres, Punta Cancún y Punta Nizuc
Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas
Correos electrónicos: [email protected] y [email protected]

Los arrecifes coralinos se han ido degradando de manera importante a nivel mundial, particularmente a lo largo de las últimas tres décadas.

Existen muchas formas en las que la actividad humana ha tenido que ver con ese panorama de cambios negativos, entre los que se incluyen: los encallamientos, mal manejo costero, contaminación y el cambio climático, como las causas más importantes. También existen amenazas de carácter natural: huracanes, tormentas, maremotos y fenómenos climáticos cíclicos como El Niño y La Niña.

La recuperación de un arrecife después de impactos naturales como los mencionados anteriormente puede tardar varias décadas y, ante tal panorama, el establecimiento de técnicas de rehabilitación constituye una opción para fomentar dicha recuperación. Mediante la implementación de dichas técnicas se busca acortar el tiempo de consolidación del propio sustrato arrecifal fragmentado y asegurar el asentamiento de las nuevas colonias coralinas que habrán de sustituir a las perdidas durante el impacto.

En el parque nacional de Cancún se ha trabajado en la rehabilitación de algunos de los sitios arrecifales donde ha habido afectaciones ocasionadas principalmente por huracanes y encallamientos. Dentro de este contexto es importante mencionar que la restauración es una de las líneas estratégicas trazadas por la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas dentro del Programa Nacional de Áreas Naturales Protegidas en los periodos 2007-2012 y 2014-2018 del Plan Nacional de Desarrollo.

También figura como un componente del programa de manejo vigente de este parque nacional, por lo que con base en estos documentos se ha intervenido activamente en las acciones de restauración.

A propósito de lo anterior, desde hace tiempo se ha cuestionado si el parque nacional realiza restauración o rehabilitación de sus arrecifes, para lo cual debe definirse el significado del término. De acuerdo con Pearson (1981), la restauración de un ensamble coralino después de una perturbación natural o antrópica consiste en hacerlo llegar a un estado comparable al que tenía originalmente. En este sentido sería pretencioso hablar de que nuestros proyectos pueden lograr restaurar un sitio dañado, recuperando su estructura y función como las que tenía antes del impacto.

Nuestros esfuerzos como manejadores van más bien orientados hacia el acortamiento del periodo de tiempo que tardaría la recuperación del sitio de manera natural. Debido al escaso reclutamiento natural de corales registrado en esas áreas, con los proyectos se intenta fomentar ese proceso para lograr una rehabilitación de las mismas, a sabiendas de que llegar de nuevo al estado original no está a nuestro alcance y tampoco en nuestros lapsos de tiempo.

El trasplante de colonias o fragmentos coralinos ha sido empleado como una metodología esencial para acelerar la recuperación de áreas dañadas. De cualquier forma, existen factores que pueden complicar o truncar el éxito planeado en un proyecto de esta naturaleza. Los más importantes son la forma de extracción del tejido coralino, su transportación y fijación, el número insuficiente de colonias donadoras o el tamaño reducido de los fragmentos obtenidos.

Para minimizar estos problemas, Rinkevich (1995) sugirió la estrategia de realizar una especie de jardinería de corales, un protocolo de dos pasos donde el objetivo central es el maricultivo de reclutas coralinos en viveros. Dichos viveros deberían ser instalados en sitios protegidos, donde los fragmentos pudieran crecer hasta un tamaño adecuado. En el segundo paso, dichos fragmentos podrían ya ser trasplantados a sitios arrecifales degradados o dañados. El concepto del vivero instalado en el fondo marino se aplicó ya exitosamente a corales.

Bajo este concepto, actualmente se desarrollan dos proyectos apoyados por varias instituciones en tres formaciones arrecifales que han resultado afectadas, principalmente por encallamientos. Dos de esas formaciones son Manchones (polígono isla Mujeres) y Cuevones (polígono punta Cancún), donde se trabaja en colaboración con el Centro Regional de Investigación Pesquera de puerto Morelos y El Colegio de la Frontera Sur en Chetumal, con financiamiento de Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio). Otra formación arrecifal importante es la primera barrera (polígono punta Nizuc), donde se trabaja un proyecto del Programa de Conservación de Especies en Riesgo y de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas.

En ambos casos se han estado trasplantando a los arrecifes mencionados, colonias coralinas cultivadas durante varios meses en un vivero establecido por el parque desde 2010. Las especies con las que se ha trabajado hasta ahora son Acropora palmata, A. cervicornis, Porites porites, Orbicella annularis, Montastrea cavernosa y Undaria agaricites.

Números anteriores

Correos electrónicos: