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El espejo del arte, de Pablo Jato, se exhibirá en la Cineteca Nacional a partir de este viernes

Documental devela la avaricia del negocio millonario del arte

Fue rechazado de varios festivales; lo hicimos más accesible, pero ni así lo aceptaron, señala el director

Galeristas, coleccionistas, artistas y directores de museos hablan en el largometraje

 
Periódico La Jornada
Miércoles 13 de mayo de 2015, p. 7

El espejo del arte es un largometraje documental que plantea una crítica al mercado del arte contemporáneo.

Realizado por Pablo Jato, pone de manifiesto la importancia del dinero muy por encima del interés cultural y artístico.

En 95 minutos de entrevistas, deja en evidencia la hipocresía, la avaricia y los intereses que mueven un negocio de 50 mil millones de euros al año.

La cinta se estrenará este viernes en la Cineteca Nacional, luego de que en 2014 tuvo un sinfín de pedimentos para ser exhibida en festivales, de los que fue rechazada. Levanta costra.

El largometraje refleja parte del mercado de esa mercancía metafísica. Lo hace en voz de sus propios protagonistas. Reúne entrevistas a galeristas, artistas, coleccionistas, directores de museos, curadores y otras personalidades de ese mundillo.

En los testimonios queda al descubierto la falta de consenso en los conceptos básicos sobre lo qué es el propio arte. Las contradicciones entre unos y otros son evidentes, y las incongruencias respecto al manejo del mundo del arte.

Ningún subsidio

Se trata de un trabajo sin ayudas ni subvenciones públicas o privadas, aseguran los productores, que realizan una cinta sin ánimo de lucro y que será entregado de forma gratuita a cualquier centro cultural o educativo (escuelas, universidades) que desee proyectarlo.

“Al principio –señala en entrevista el director– todo mundo lo aceptó, pero cuando lo vieron, todos se echaron para atrás. Hablo de museos, salas de arte... Nadie lo quiso en festivales, encuentros que lo rechazaron de manera curiosa. Nos daban excusas absurdas que incluso tengo por escrito. Decían que no había llegado a tiempo, cuando lo habíamos enviado un mes antes de que se cerrara la inscripción. En otro festival en México, me dijeron que no se podía ver.

Luego lo envié físicamente, pero aun así me dijeron que no se había inscrito porque no habían podido verlo... Un curador famoso que me dijo que ese documental no pasaba en su museo más que por encima de su cadáver.

Jato asegura que su documental es inocente. De hecho, le quitamos cosas: lo hemos aligerado para hacerlo más accesible. Pensé que así se proyectaría, pero una vez, en el Museo Soumaya, donde se estrenó el año pasado, no lo vio ningún ejecutivo del recinto; pero a partir de ese día (cuando se proyectó), ya no nos contestaban el teléfono ni nos regresaban la llamada, y eso que nos lo habían pedido para que se quedara ahí para exhibiciones cíclicas.

El espejo del arte comenzó casi como una broma, en la que el realizador pregunta a los involucrados ¿Qué es el arte?

Tenemos como 28 mil explicaciones distintas, pero ninguna coherente u objetiva. Tengo explicaciones de algunos como de una hora, pero en el documental nadie supo explicar qué era el arte porque no lo saben. Y el hecho de que no lo sepan les conviene, porque si supieran, la mitad de lo que venden no se podría vender.

Pero eso provoca que le quiten el sitio a los verdaderos artistas, que se pueden morir de hambre. La avaricia llegó al arte luego de contaminar todo lo demás. Esa avaricia y corrupción pudren a la raza humana. Pero eso sí, en lo que todos los entrevistados coinciden es en que el arte es elitista. Por ejemplo, muchos se burlan de la colección del Soumaya. En el mundillo del arte se dice que ese museo es de risa, pero por lo menos es gratis.

A Pablo Jato, que ha trabajado en medios de comunicación desde los 16 años y es autor multidisciplinario, escritor y dibujante, se le pregunta: ¿cuál será el sentir de los verdaderos artistas?

Responde: “En una entrevista que ya no hicimos, el personaje era alguien que está en la cárcel y que se dedicó a hacer obras de arte con pipas de crack usadas en ese sitio. Cuando vi lo que hacía, me dije: ‘Es fantástico, mucho mejor que lo que hace (el millonario) Damien Hirst, pero este cuate ha estado en la cárcel, es desconocido y se muere de hambre, pero es más artista que los que ganan millones diciendo que lo son. Como él hay muchos”.

Agrega: El pastel, aunque parezca grande, no es muy grande, y algunos se lo quieren comer entero y no dejar miguitas a nadie. Hay artistas increíbles trabajando de meseros. Creo que si la raza humana pierde el arte, pierde la mitad de su humanidad. Corromperlo es muy grave. Habla mal del ser humano.

Para el director, el mayor premio es que la gente lo vea y entienda. Es un documental no para intelectuales aunque trate un tema afín. El premio es distribuirlo; lo regalamos para que todos los lugares donde se maneja la cultura, como escuelas, museos, centros, lo tengan a disposición.

El espejo del arte fue producido por Pablo Jato en colaboración con Embrujo Films y World Image Press. El guión es de Pablo Jato. Fue filmado en México, España, Suiza y Estados Unidos.