Cultura
Ver día anteriorJueves 16 de abril de 2015Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

Amar Salim pinta decapitaciones y violaciones para que las personas vean la barbarie

Retrata artista el genocidio y calvario de la minoría religiosa yazidi en Irak
 
Periódico La Jornada
Jueves 16 de abril de 2015, p. 4

Dohuk, Irak.

Un yihadista degüella a un hombre, otros amontonan cadáveres o violan y matan a mujeres yazidíes. Los cuadros del iraquí Amar Salim retratan el calvario de esta minoría religiosa para que el mundo vea el genocidio.

La mayoría de la gente lucha con armas, la literatura o la prensa. Yo decidí combatir con el arte, explica Salim. Quiero que las personas vean lo que no han visto.

La serie de 20 cuadros que ha comenzado a pintar en su apartamento de Dohuk, en la región autónoma del Kurdistán iraquí, se titula El genocidio de los yazidíes.

Para su último cuadro se ha inspirado en una fosa común hallada en la región del monte Sinjar, bastión de la minoría yazidi. Representa a un centenar de personajes, entre los que destaca un yihadista degollando a un hombre y otro con una cabeza clavada en su fusil. Otros combatientes apilan cadáveres en trincheras.

Los yazidíes viven un suplicio desde que en agosto de 2014 el grupo Estado Islámico (EI) tomó el control de los alrededores de Sinjar, en el norte de Irak.

El EI ha ejecutado a muchos hombres y secuestrado a miles de mujeres yazidíes, a las que vende como esposas a los yihadistas o las convierte en esclavas sexuales, según Amnistía Internacional.

En un lienzo, Salim pintó la violación y el asesinato de yazidíes y en otro aparecen yihadistas que venden y compran mujeres en Mosul, su bastión en Irak.

La mayoría de estas obras recuerda las representaciones del infierno en el Renacimiento. Contienen escenas brutales y catárticas, para no olvidar jamás lo que ha ocurrido, explica el artista.

Los yazidíes no son musulmanes ni árabes y el EI los considera herejes.

Bosque del infierno

Amar Salim huyó de su ciudad de Bashiqa cuando los yihadistas del EI ya estaban cerca de ella.

El artista, quien pinta desde niño, tuvo que abandonar las obras realizadas a lo largo de su vida, de un valor, según él, de 70 mil dólares. Su taller fue quemado.

Antes esculpía personajes de fantasía, como Popeye o Mickey, y pintaba decorados para obras teatrales para niños, también representaba las páginas más sombrías de la historia iraquí.

Según Nada Shabut, especialista en arte iraquí contemporáneo en la Universidad del Norte de Texas, la representación de los traumas se ha convertido en un componente del arte visual iraquí en los recientes 25 años.

El arte iraquí desde el comienzo de las sanciones (de la Organización de las Naciones Unidas en 1990), pasando por los años 90 y la invasión de 2003 (liderada por Washington), se ha centrado en los problemas del momento, expresando ira y sufrimiento, indica.

Cuando se tiene una vida estable, se puede producir belleza, dice Salim. Pero cuando es desgraciada, hay que hablar de lo que uno siente por dentro.

Con esa finalidad recurre al mundo de la fantasía. Uno de sus cuadros, Bosque del infierno, muestra una carretera que lleva a un santuario yazidi, Lalish. Los árboles que la bordean adoptan la forma de mujeres encadenadas que imploran al cielo, teñido de un sol rojo sangre.

Amar Salim lo resume en un frase: el sufrimiento rige toda nuestra vida.