Sociedad y Justicia
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Sólo ha logrado recuperar cerca de la cuarta parte en lo que va del siglo: GFW

México ha perdido 2 millones y medio de hectáreas de bosque

El panorama no es alentador para el planeta, pues ha desaparecido el equivalente al doble de Portugal y persiste un modelo económico de desarrollo que erosiona el capital natural, señala

 
Periódico La Jornada
Lunes 13 de abril de 2015, p. 35

En lo que va de este siglo, México ha perdido 2 millones y medio de hectáreas de bosque y únicamente ha recuperado alrededor de una cuarta parte: 633 mil. Esto significa que la desaparición de un millón 840 mil hectáreas de bosque, el equivalente al área de Hidalgo, no se ha revertido.

Tan sólo durante 2013 desaparecieron 192 mil hectáreas de cobertura vegetal en el país, y la península de Yucatán fue la más afectada en 80 mil hectáreas, esto es, alrededor de 40 por ciento del total. Esta pérdida de vegetación equivale a 2.27 por ciento de la superficie arbolada de esa región, indica el Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible (CCMSS).

Explica que la península de Yucatán se ha convertido en un foco rojo, ya que Campeche ha perdido el mayor porcentaje de cobertura forestal: 38 mil hectáreas, seguido de Quintana Roo, 26 mil hectáreas, y de Yucatán, con 16 mil hectáreas.

Esta información se basa en datos del Observatorio Global de los Bosques (GFW, por sus siglas en inglés), el cual divulgó hace unos días las cifras más recientes, correspondientes a 2013, sobre pérdida de cobertura forestal en el mundo, al tiempo que señala que el panorama no es alentador.

En total, en el planeta se perdieron 18 millones 585 mil hectáreas de cobertura forestal ese año, superficie equivalente al doble de Portugal.

El CCMSS indica que no hay ningún estudio que permita entender las causas de la deforestación en México, pero hay indicadores que señalan a algunos responsables.

Esta pérdida de cobertura forestal es consecuencia de un modelo de desarrollo que apuesta por formas de producir que concentran la riqueza y erosionan el capital natural, como la agroindustria, la ganadería a gran escala, la minería y el turismo de masas, advierte.

Ese modelo económico condena a la marginalidad otras formas de producción más incluyentes y sustentables, que generan un reparto más justo de la riqueza y que contribuyen a restaurar nuestro capital natural, como el aprovechamiento sostenible de bosques y selvas, la agricultura campesina, y el manejo comunitario de los recursos naturales en general.

Sostiene que es difícil conocer con certeza las causas detrás de estos procesos, que van desde la degradación de bosques debido a su abandono, hasta el cambio de uso de suelo para la agricultura y el turismo, o el crecimiento de pueblos y ciudades.

Algunos indicadores señalan la expansión de la agricultura industrial como causante de las pérdidas, sobre todo en lugares de reciente crecimiento, como la península de Yucatán. También se puede considerar que la minería a cielo abierto, que ha experimentado un fuerte incremento en años recientes, es otra causa.

“Lo que sí sabemos con certeza es que en México están sentadas las bases para impulsar el manejo forestal sustentable y que éste es muy efectivo contra la deforestación.

Sabemos también que, a pesar de eso, México ha adoptado una política contradictoria al respecto que impide su crecimiento, permitiendo el avance de la deforestación, advierte.