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En el cinturón transmexicano hay 14; analizan el Popocatépetl y el de Colima, en especial

Crean en la UNAM base de datos sobre volcanes activos del país

Permite conocer lo antes posible hacia dónde viajará la ceniza, por cuál ladera se formará un flujo de sedimento y agua, la historia eruptiva y realizar mapas de peligro, explican

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En el caso del Popo hay una red de vigilancia mediante la cual se puede estudiar la actividad sísmica, entre otros aspectosFoto Notimex
 
Periódico La Jornada
Jueves 9 de abril de 2015, p. 2

El Cinturón Volcánico Transmexicano atraviesa de oeste a este el territorio nacional a lo largo de 880 kilómetros. Posee por lo menos 14 volcanes activos.

Académicos del Centro de Geociencias (CGeo), de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), crearon una base de datos para vigilar los volcanes activos del país, particularmente el Popocatépetl y el de Colima, que son los dos de mayor actividad.

Con este instrumento se puede conocer lo antes posible hacia dónde viajará la ceniza, por cuál ladera se formará un lahar (flujo de sedimento y agua) al bajar en plena temporada de lluvias, proveer información sobre la historia eruptiva, realizar mapas de peligro, fotografías y videos sobre la actividad reciente.

Lucía Capra, investigadora y secretaria académica del CGeo, explicó que junto con un grupo de colegas, desde 2007 creó la base de datos, que permite reunir e intercambiar información científica (publicaciones, mapas, simulaciones numéricas) y de divulgación para todo público (mapas de peligro, fotografías y videos).

Actualmente, el sitio tiene información más abundante del Volcán de Colima (ubicado entre esa entidad y Jalisco), acerca del cual la universitaria encabeza un grupo de trabajo continuo, y del Popocatépetl (entre el estado de México, Puebla y Morelos). Pero también ha empezado con datos del Ceboruco (en Nayarit), el Chichón (en Chiapas) y el Pico de Orizaba (entre Puebla y Veracruz).

Nos dimos cuenta de que había muchos investigadores, de la UNAM y de otras universidades, que indagaban sobre volcanes activos. Consideramos oportuno realizar una base de datos para reunir los trabajos, saber qué hace cada uno de los especialistas e interactuar. Toda la información del sitio ha sido validada a través de una publicación científica, aseveró.

La base incluye publicaciones científicas, la historia geológica y eruptiva de cada coloso activo, y busca agregar proyectos de estudiantes de posgrado que trabajen sobre el tema.

En la base de datos el usuario puede seleccionar el volcán de su interés y acceder a la información disponible, como mapas geológicos o de peligro, además de informes de la actividad eruptiva pasada.

Actualización diaria

La base se actualiza todos los días y de manera automática el pronóstico de la dispersión de ceniza del Popocatépetl y el Volcán de Colima. Un dato en tiempo real es la observación de los lahares del coloso de Colima, dos páginas con información de dos barrancas principales, que se actualizan cada cinco minutos y ofrecen imágenes y algunos datos aportados por dos sensores sísmicos instalados.

En el caso del Popocatépetl, cuya vigilancia está a cargo del Centro Nacional de Prevención de Desastres, hay una red en la materia que permite estudiar la actividad sísmica, deformación del edificio volcánico y composición de las emisiones de gases, entre otros aspectos.

Tienen asesoría de un grupo de investigadores de la UNAM, que participa en el análisis de los datos y de los posibles escenarios eruptivos. Actualmente trabajamos en un nuevo mapa de peligro del Popocatépetl y participo en la realización del modelado numérico de posibles escenarios. La idea es que, si conocemos el estilo eruptivo, el tipo y magnitud que tuvo el coloso hace miles de años, se pueden modelar posibles escenarios futuros y prever las zonas de eventual afectación, aseguró la académica.

Para complementar la base de datos, a finales de este año se propondrá un nuevo mapa de peligro del Popo; además, se avanza en la captura de información del Ceboruco con ayuda de la Universidad Veracruzana; en cuanto al Pico de Orizaba y el Cofre de Perote, han empezado a incluir mapas geológicos y de la información derivada de publicaciones recientes.