Directora General: Carmen Lira Saade
Director Fundador: Carlos Payán Velver
Suplemento Cultural de La Jornada
Domingo 22 de marzo de 2015 Num: 1046

Portada

Presentación

Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega

¿Un Carlos Marx
del siglo XXI?

Leopoldo Sánchez Zúber

Los dos mestizajes
de Duverger

Miguel Ángel Adame Cerón

Francesco Rosi:
reflejar la realidad

Román Munguía Huato

Quiroga y la
influencia bien asumida

Ricardo Guzmán Wolffer

Tzvetan Todorov:
un paseo por el
jardín imperfecto

Augusto Isla

En la alcoba de Eros
Ricardo Venegas

Leer

Columnas:
Tomar la Palabra
Agustín Ramos
Jornada Virtual
Naief Yehya
Artes Visuales
Germaine Gómez Haro
Bemol Sostenido
Alonso Arreola
Paso a Retirarme
Ana García Bergua
Cabezalcubo
Jorge Moch
Jornada de Poesía
Juan Domingo Argüelles
Cinexcusas
Luis Tovar


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Germaine Gómez Haro
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Eduardo Terrazas: la cuadratura del cosmos

Eduardo Terrazas ha sido mayormente reconocido como un influyente arquitecto y urbanista, autor de destacadas obras públicas y privadas en México y en el extranjero. En el campo del diseño alcanzó la fama –junto con Lance Wyman– con la creación de la imagen de los Juegos Olímpicos de 1968 en nuestro país. Pero hasta hace apenas unos años poca gente se daba cuenta de su amplia, versátil y distinguida obra plástica, misma que actualmente se presenta en el Museo Carrillo Gil en la exhibición titulada Segunda Naturaleza, integrada por alrededor de ochenta piezas realizadas a lo largo de cinco décadas. Una muestra nutrida que, sin embargo, no pretende ser una retrospectiva, sino más bien una revisión crítica de sus investigaciones conceptuales en torno a las artes visuales. Terrazas no es un arquitecto que pinta, como muchos podrían pensar. La arquitectura y la creación plástica son dos oficios que ha desarrollado en forma paralela –o mejor dicho, complementaria– este creador de espíritu renacentista que se interesa por la filosofía, la ciencia, las matemáticas, la sociología, el arte popular, entre otros temas que ha investigado con pasión y devoción, y que se palpan entre líneas en todo su trabajo multidisciplinario.

Terrazas camina por el mundo con la mirada sagaz de quien ve más allá de lo inmediato y su amplia cultura universal le ha permitido tejer sorprendentes analogías entre las diversas disciplinas que se entreveran en la trama de su creación. Es un viajero del día a día, que dirige sus ojos asombrados por igual al cosmos en toda su amplitud, como a los objetos cotidianos y los colores de nuestro pueblo. Eduardo Terrazas lleva a flor de piel la emoción de un niño juguetón y travieso, aunada al bagaje de un pensador profundo que ahonda en las cuitas filosóficas de nuestro tiempo para traducirlas en su muy diverso lenguaje plástico.


Subserie Cosmos


Subserie Diagonales

La exposición da inicio con una pregunta que es el hilo conductor de toda la muestra: ¿En qué medida el hombre tiene la posibilidad de alejarse de la Primera Naturaleza –es decir, nuestro entorno natural, el mundo orgánico– por la acción de la Segunda Naturaleza –que tiene que ver con aquello que el hombre ha creado: el lenguaje, el arte, la música, la religión, la ciencia, la economía, la tecnología, la política, etcétera? Tuve el privilegio de recorrer la exposición acompañada del artista y de la curadora, Paula Duarte. Mientras lo escuchaba hablar de los conceptos que anteceden sus obras –cuestionamientos filosóficos y cavilaciones científicas– veía en su rostro la fascinación del artista curioso que no cabe en su asombro ante la desmesura del universo. La muestra da inicio con piezas de la serie Cosmos, tema que está presente en todo su trabajo: “Para mí, el cosmos es cuadrado; tiene sus cuatro infinitos con sus diagonales, sus perpendiculares, sus mediatrices que se entrecruzan con las fuerzas gravitacionales que sostienen el Universo.” Este concepto da lugar a las infinitas posibilidades de la estructura que son el núcleo fundacional de su creación, basada en la pureza del geometrismo. “El chiste es divertirte jugando con las diagonales –agrega–. Dentro de todo el orden aparente, siempre hay un espíritu lúdico.” Terrazas juega con las líneas y conforma un universo de variaciones sobre el mismo tema. Combina la investigación pictórica de una pureza extrema, con el desarrollo de la técnica practicada por los huicholes en sus tablas rituales: el uso de hilos de lana adheridos a la superficie con cera de Campeche. Terrazas realiza el boceto y los artesanos lo transportan al lienzo en su delicadísima técnica. El artista “descubrió” el arte popular allá en los años sesenta, cuando tuvo la oportunidad de colaborar con Fernando Gamboa en la legendaria exposición Obras maestras del arte mexicano que viajó por varios países. Desde entonces, la fuerza del colorido intrínseco del México profundo ha estado presente en sus lienzos de cromatismo audaz y poderoso, que dialogan con las obras que forman parte de la serie Museo de lo cotidiano, ensamblajes y esculturas realizadas con objetos simples como reglas y compases de madera, coladeras, etcétera, y la creación de una fenomenal pieza mural realizada con 15 mil bloques multicolores del juego Jenga, obra realizada ex profeso para la muestra.

Eduardo Terrazas combina de manera magistral la búsqueda del orden y la simetría, con el espíritu lúdico y el cuestionamiento ontológico. “Todo es parte de todo”, expresa el artista. Lo suyo es el sutil equilibrio de la razón y la emoción.