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Accidentes, muertes incidentales y desastres naturales son los peores enemigos: LCI

Polizas, remedio contra pérdidas millonarias en las filmaciones

En el mundo de la cinematografía todo puede pasar, por eso es indispensable tener un seguro de protección, dice Sergio Guzmán, de Seprocor

Vemos el lado trágico y más allá de lo tangible

 
Periódico La Jornada
Domingo 22 de marzo de 2015, p. 7

Tormentas, desastres naturales, muertes en escenas de acción, accidentes diversos y hasta una manifestación violenta pueden ser el caos en una producción cinematográfica, con pérdidas millonarias, por lo que las pólizas de seguros se han convertido en un factor fundamental en esta industria. Es ahí donde los seguros fílmicos se vuelven indispensables, con contratatos hechos como trajes a la medida de cada película, serie o telenovela.

Hasta hace unos años nadie imaginaba la contratación de un seguro fílmico en México, y fue ahí donde la visión de Luis Carrillo e Izaguirre, especialista en este tipo de riesgos, lo llevó a desarrollar los primeros seguros fílmicos para los legendarios Estudios Churubusco, con los que trabajó de manera estrecha.

Han transcurrido 50 años de la creación de LCI Seguros (1965) y Eduardo Carrillo, quien actualmente está al frente de la empresa, relata: “Un seguro contra riesgos es indispensable, no sólo durante el rodaje, sino también en la preproducción y la posproducción. Este tipo de polizas nacieron de la necesidad que había en la industria de protegerse contra los imprevistos no sólo del clima, sino también de las fallas humanas.

El objetivo, llegar a las salas

“Un seguro es la garantía que se tiene de que la producción concluirá sus objetivos y llegará a las salas... A lo largo de este año han muerto cada mes un miembro del crew en diferentes producciones y en estos casos hay que apoyar con los funerales e indemnizar a la familia, porque siempre hay que actuar con responsabilidad ante estos infortunios. Recientemente, en Taiwán, dos hombres se accidentaron en la cinta Silencio, del director Martin Scorsese, y nuevamente el seguro entró al rescate del filme”, dijo.

Hoy en día, agregó, la compañía tiene la facultad de poder extender seguros en más de 45 países, entre ellos, India y China, que son los mayores productores de cine. En los últimos años, subrayó, México ha sobresalido en la producción al realizar entre 100 y 125 películas, mientras que Colombia produce de 25 a 30 cintas al año, éste último país se ha vuelto un punto de referencia para las filmaciones, debido al incentivo que ofrece el denominado Cash back, que regresa un 40 por ciento de lo que se invierte en la producción.

En los últimos años, señaló, también se ha explorado la Garantía de buen fin, cuya cobertura garantiza a inversionistas, bancos y al mismo productor, la conclusión del producto.

Anteriormente, estas coberturas sólo se programaban en Estados Unidos, hoy México las ofrece, por ello podemos decir que estamos al nivel de brindar protección a cualquier compañía extranjera, porque ofrecemos un servicio integral, explicó Carrillo, a quien le asignaron la póliza para la cinta Spectre de James Bond –que se filma en el Centro Histórico de la ciudad de México–, una de las más de 130 mil producciones que LCI ha asegurado a lo largo de su historia.

Por su parte, Sergio Guzmán, ejecutivo de Servicios de Protección Corporativos (Seprocor), consideró que hablar del rodaje de una película, es sinónimo de riesgo, y que en el mundo del cine todo puede pasar, de ahí la necesidad de saber las cláusulas de los llamados Seguros fílmicos o de interrupción.

Guzmán, con alrededor de 30 años de experiencia en el ramo, sabe que en el ámbito del cine todo es una completa aventura, donde los minutos cuentan, pues una cancelación provoca pérdidas que suelen ser millonarias.

En el caso de Seprocor, esta compañía no trabaja con una sola aseguradora, tienen facultades para llevar el proyecto con diferentes empresas que cubran la necesidad de producción, y los costos van en función del tamaño de la grabación, siempre analizando cada detalle.

Nosotros somos los encargados de ver el lado trágico, vemos más allá de lo tangible y nos planteamos todo tipo de variables que pueden suscitarse, comentó Guzmán.

Cubrimos desde la caja chica hasta los dedos engrapados

Hace algunos años un volcán hizo erupción en Europa y uno dice, eso qué tiene que ver con una producción mexicana en Iztapalapa, pues un actor no pudo llegar al llamado porque se interrumpieron los vuelos; la producción tuvo que parar, causando pérdidas que el seguro contratado cubrió, comentó.

Cuando una producción se detiene o sucede algún accidente, de inmediato la póliza entra en acción para cubrir gastos de nómina, técnicos o humanos, añadió el agente de seguros.

Ejemplificó, suponiendo que una película mexicana oscile entre los 17 y 25 millones de pesos, la aseguranza de un día de rodaje podría costar un millón de pesos aproximadamente.

Es en ese tipo de situaciones que nosotros entramos en acción, porque el productor debe de seguir pagando todo, independientemente de lo que pase.

Precisó el especialista que los seguros de interrupción fílmica son de los más socorridos, ya que aplazamientos siempre suceden por causas fortuitas.

Por ello, la mayor parte de los productores contratan los seguros desde la preproducción, porque ya hay un riesgo mínimo.

En estas coberturas, explicó Guzmán, se puede asegurar el dinero que hay en la caja chica, el mobiliario, algo de equipo de rodaje, tramoya, escenografías, plomería y pintura, así como los accidentes que pueda sufrir el personal contratado de manera eventual o fijo.

Accidentes se dan a cada rato, desde aquellos simples como que alguien se engrapó un dedo, que se cayó de cabeza, que se dio un toque eléctrico, siendo éstos últimos los más frecuentes, explicó el ejecutivo, quien reiteró que parecen absurdos, pero son muy comunes.

Si bien en México hay muchos oficios que se desarrollan sin seguro, en el caso de la cinematografía es diferente, ya que desde hace unos años está marcado por la ley, por ello, los productores se han dado a la tarea también de exigir condiciones superiores a las que marca las autoridades al contratar este tipo de pólizas.

Nunca me he topado con gente de cine que pida menos en aras de bajar costos del seguro, para ellos, proteger todo lo que involucra su producción es primordial, puntualizó Guzmán.

El guión, vital para las coberturas

El seguro tiene que afrontar y cubrir cualquier tipo de riesgo, por millonarias que sean las perdidas, dijo Guzmán, al reiterar que todo se analiza desde un punto de vista casi catastrófico.

“Ahora mismo vamos asegurar la cinta de Belcebú, del director Emilio Portes Castro, por lo que es de suma importancia analizar el guión, para saber si es una historia urbana, si utilizarán niños o animales, pirotecnia, deslaves o choques, ello con el fin de asesorarlo lo mejor posible”, comentó.

El seguro siempre se va a calcular en relación al costo de la producción, hay películas en las que hay días que tienen un mayor costo por las escenas o porque intervienen actores extranjeros, acotó.

Por ejemplo, el año pasado aseguramos una película con actores extranjeros que se filmó en el desierto, entonces se aplazó porque se insoló la actriz principal y el seguro tuvo que pagar cuatro días sin trabajar, hasta que se recuperara.

Cuando se estaba revisando el reclamo no había lógica que fuera tanto dinero por pocos días, sin embargo, la nómina de los actores extranjeros era la más alta, además de que había elenco mexicano de alto nivel, así que el seguro pagó y para ese tipo de cosas te sirve tenerlo, explicó.