Directora General: Carmen Lira Saade
Director Fundador: Carlos Payán Velver
Suplemento Cultural de La Jornada
Domingo 15 de marzo de 2015 Num: 1045

Portada

Presentación

Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega

Los vajilleros
desaparecidos

Agustín Escobar Ledesma

Ritos expiatorios y
consenso social en
la postmodernidad

Michel Maffesoli

Ajedrez en la Plaza
de Santo Domingo

Christopher García Vega

Blanca Varela y
Guillermo Fernández

Marco Antonio Campos

Olvidar para aprender
Manuel Martínez Morales

Charlie Hebdo, la libre
expresión y la ética

Didier Fassin

En contra de la
irresponsabilidad

Annunziata Rossi

El Nuevo año
José María Espinasa

Leer

Columnas:
Bitácora bifronte
Ricardo Venegas
Monólogos compartidos
Francisco Torres Córdova
Mentiras Transparentes
Felipe Garrido
De Paso
Ricardo Yáñez
La Otra Escena
Miguel Ángel Quemain
Bemol Sostenido
Alonso Arreola
Las Rayas de la Cebra
Verónica Murguía
Cabezalcubo
Jorge Moch
A Lápiz
Enrique López Aguilar
Cinexcusas
Luis Tovar


Directorio
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La Jornada Semanal

 

Ricardo Venegas
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El simple arte de votar

A finales de los años veinte y principios de los treinta cobraron auge las revistas de detectives; fue así como “el relato de misterio popular se despojó de sus buenos modales y adquirió reciedumbre”. En 1933 Raymond Chandler publicaba su primer relato en la revista Black Mask, su evolución como autor del género lo llevó a las siguientes conclusiones: “La novela negra describe un mundo en el que nadie puede caminar tranquilo por una calle oscura, porque la ley y el orden son cosas sobre las cuales hablamos, pero que nos abstenemos de practicar. No es extraño que un hombre sea asesinado, pero a veces resulta extraño que lo asesinen por tan poca cosa y que su muerte sea el sello de lo que llamamos civilización”. Esta visión está presente en el libro El simple arte de matar (1944).

De aquellas décadas a la fecha no ha cambiado la percepción del valor de la vida y el significado de “sobrevivir”. Quizá la falta de aventura y la ausencia de oportunidades (que no justifican ninguna atrocidad), como bien lo sugirió el antropólogo Santiago Genovés, han sido detonantes para que aquellos marginados en su contexto se realicen en el crimen organizado como señores del terror.

El miedo a la inseguridad, la ignorancia, la apatía y la pobreza lo han sabido aprovechar los partidos a la hora de promoverse. De ahí que ahora los aspirantes a puestos de elección sean personajes que jamás han abierto las páginas de la Constitución; son futbolistas, actores y hasta payasos las mejores opciones para gobernar al país, lo cual no hace sino reivindicar el poder de la delincuencia: el Estado fallido es ridiculizado, a tal grado, que los encargados de brindar seguridad al ciudadano son caricaturas que han saltado de la pantalla a la oficina para ocupar un puesto público.

Al realizar una encuesta de opinión, la revista Bitácora pública, de reciente aparición y editada en Cuernavaca, cuestionó a ciudadanos cuyas edades oscilan entre los dieciocho y los sesenta y cinco años, quienes respondieron algunas interrogantes que rondan en el aire respecto a las próximas elecciones. Se les preguntó sobre el perfil adecuado de un candidato a un cargo de elección popular. Un cinco por ciento de los encuestados considera que los candidatos deben ser honestos, mientras que un cuarenta y dos por ciento afirma que el perfil adecuado debe incluir una profesión que sustente el cargo público; el cien por ciento consideró que los personajes políticos actuales no cumplen con estos requisitos.

Sobre las carencias en Morelos, al cuarenta y tres por ciento les preocupa la seguridad, mientras que un treinta y seis por ciento opina que hace falta trabajo y un veintiuno por ciento educación; sin embargo, del total de los encuestados, sólo el treinta por ciento está involucrado y pendiente de los asuntos políticos del estado, mientras que al setenta por ciento le son indiferentes.

La ley existe para ser ignorada. No hay que olvidar que una cosa es vivir en la cultura y otra en la civilización. Y este país a duras penas se acerca a la primera. Si alguien lo duda, que le pregunte por tres libros al candidato de su preferencia.