Opinión
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Penultimátum

Destrucción sin freno

A

l primero que quemaron vivo en una jaula fue al piloto jordano Muaz Kasabeh, quien creía en Alá. Después sufrieron el mismo tormento medio centenar de habitantes de Al Bagdadiya, pequeño pueblo de Irak, que también reverenciaban al profeta. Se sospecha que varias decenas de kurdos capturados en el sur de este país tuvieron la misma suerte. Degollados murieron 23 egipcios por pertenecer a la iglesia Copta. El autodenominado Estado Islámico (IS, por sus siglas en inglés), divulga orgulloso por Internet las imágenes de sus crímenes. Estos y muchos otros los han condenado las principales instituciones musulmanas del mundo.

Los fanáticos religiosos no solamente asesinan cruelmente. También destruyen templos y lugares de oración de otras religiones Y profanan sitios emblemáticos para algunos países donde la población es mayoritariamente islámica. Como Turquía, cuyo ejército desplegó una gran operación en Siria para repatriar temporalmente el mausoleo de Solimán Schah, abuelo de Osmal I, fundador en 1299 del Imperio Otomano. El sitio donde se halla el mausoleo ocupa una hectárea, es lugar de peregrinación y se localiza en una zona tomada por el IS. Fue declarado territorio turco en virtud de un tratado firmado con Francia en 1921, cuando Siria era colonia gala.

Y así como en 2001 los talibanes afganos demolieron a cañonazos los Budas de Bamiyán, tallados en el siglo VI, con taladros y martillos integrantes del IS hicieron añicos esculturas con más de 3 mil años de antigüedad en el Museo de Mosul. Saquearon también la biblioteca de la ciudad y quemaron cientos de libros. Recientemente demolieron la antigua ciudad asiria de Nimrud y la de Hatra, Patrimonio de la Humanidad. Han destruido 200 sitios herencia milenaria de la cultura.

En su empeño por imponer sus principios, milicianos libios del IS anunciaron que invadirán Roma con la finalidad de arrasar todo lo que tiene relación con su pasado. Los italianos respondieron en las redes sociales con humor. ¿Seguro que quieren venir? Pues eviten las horas pico de tránsito, porque de lo contrario nunca llegarán.

En otro mensaje se lee: Van a llegar muy tarde. A Italia ya la destruyeron sus gobiernos. Una más les advierte que no van a aguantar nuestros impuestos. Y si la invasión anunciada es por vía férrea, les preguntan si saben que en Italia los retrasos en los trenes son pan de cada día. Otros mensajes advierten el verdadero motivo de llegar a Roma: No lo nieguen, vienen para comer, tomar el mejor capuchino y probar el helado de Nutela. Los internautas adornan los textos con fotografías de mujeres con el rostro y el cuerpo cubierto con la burka y con serias dificultades para comer espagueti.

Sin embargo, las autoridades italianas saben que las amenazas que profiere el IS no son broma.