El retorno de la opulencia no se hizo esperar en el mercado internacional del arte contemporáneo durante 2014.

Así define Artprice el comportamiento de un sector que vive un frenesí especulativo sólo comparable al que ocurrió entre 2004 y 2007.

La empresa líder en información estadística acerca del mercado del arte –fundada por el artista francés Thierry Ehrmann–, presentó hace unos días su esperado balance internacional en el que explica que “el arte business se expande en una burbuja que no estalla (...) el mercado de alto nivel ha recompensado a 13 obras contemporáneas con precios superiores a los 10 millones de euros, y ha visto cómo la obra más cara del mundo adoptaba la forma de un Balloon Dog gigante con la firma de Jeff Koons (Pensilvania, 1955), adjudicado por más de 38.8 millones de euros”.

Koons, Basquiat y Wool

Si en 2013 a muchos causó sorpresa que por primera vez en la historia el mercado del arte contemporáneo internacional generara ventas de más de mil millones de euros (como reportó La Jornada en su edición del 6 de noviembre de 2013), el récord ha sido ampliamente batido este año (el periodo analizado es de julio de 2013 a julio de 2014), ya que la venta de obras contemporáneas ascendió a mil 500 millones de euros, lo que supone 33 por ciento más que el año anterior y una progresión de mil 78 por ciento respecto de los pasados 10 años.

Además de Koons (el artista vivo más cotizado), las firmas del neoyorquino Jean-Michel Basquiat (1960-1988) y Christhoper Wool (Boston, 1955) acaparan hoy 22 por ciento del mercado; “ellos alcanzaron adjudicaciones superiores a 10 millones de euros, un umbral traspasado por primera vez por Damien Hirst en junio de 2007 con su Lullaby Spring, vendida por 12.7 millones de euros”.

Artprice reconoce que los nombres de los artistas de mayor tirón especulativo, considerados por algunos como valores seguros pese al enloquecimiento de los precios y la volatilidad del sector, son propulsados por potentes redes conformadas por galerías que marcan tendencia, instituciones prestigiosas, comisarios de exposiciones y asesores de compra, así como por otros actores fuertes de mercado del arte como las principales casas de subastas.

En el Olimpo del mercado contemporáneo de ocho dígitos figuran los recientes meses, por vez primera, el chino Zeng Fanzhi (Wuhan, 1964), el alemán Martin Kippenberger (1953-1997) y el británico Peter Doig (Edimburgo, 1959).

Fanzhi es el líder incontestable de la escena contemporánea china, que ha generado un volumen de negocios de 59.6 millones de euros con sus obras vendidas en subasta este año, y sólo dos millones lo separan del tercer puesto del podio mundial, hoy ocupado por Christopher Wool.

Gabriel Orozco, en la lista

Respecto del alemán Kippenberger, el reporte de Artprice señala: “Artista de trayectoria breve –un cáncer de hígado se lo lleva de manera fulminante a los 44 años– pero prolífica, Kippenberger empuja al arte fuera de su trinchera, llega siempre allí donde no se le espera e interroga incansablemente a la creación y a sus sistemas de reconocimiento y valoración. Nómada e hiperactivo, irónico e irreverente, impuso un estilo más allá de normas para escapar del molde artístico”.

Doig, con su pintura romántica y misteriosa, alcanzó su primera subasta millonaria con Iron Hill, gran lienzo de 1991 que se vendió en 1.4 millones de euros.

En la lista de los 500 artistas mejor cotizados en el mundo los recientes 12 meses, el mexicano Gabriel Orozco (Xalapa, 1962) bajó del lugar 108 al 130. Es el único nacional que se encuentra en esa relación.