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Ver día anteriorMartes 10 de marzo de 2015Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Feria de Tepalcingo

H

ace al menos 330 años tiene lugar en esta localidad de Morelos una feria para celebrar a su santo patrón, el Señor Aparecido; cuenta la leyenda que una niña encontró la pequeña imagen, jugando cerca del río. La celebración tiene lugar el tercer viernes de cuaresma. Acuden ahí, además de los peregrinos, artesanos y comerciantes de diferentes partes del país.

La mayoría de los creadores y comerciantes venden artesanía utilitaria bien decorada, con el sello característico de la cultura de proveniencia. Hay varias secciones relacionadas con la cocina; por ejemplo, un gran número de alfareros y alfareras que ofrecen botellones, tinajas, cántaros, cazuelas, apaxtles, jarras y jarros de barro para agua y para fuego, de variados tamaños formas y decoraciones.

Otros llevan calabazos y cuautecomates o jícaras que desde la antigüedad han servido en la cocina; se usan como cantimploras y contenedores. Es tal el volumen de la demanda, que un vendedor puede llevar más de 30 costales de ellos. Otros ofrecen canastas, cestas y chiquihuites de diferentes tipos hechos de vara, de otate y de carrizo; no faltan los tlascales con tejido doble de carrizo para conservar las tortillas calientes.

Se pueden adquirir machacadores para frijol, molinillos, tablas para picar, pequeñas y grandes palas, cucharas hechas de madera de diversas procedencias. Hay varios tipos de metates con sus metlapiles; también molcajetes y tejolotes. Los de piedra volcánica suelen ser de San Salvador el Seco, Puebla. No faltan los tlaxcaltecas de los San Juanes, Huac-tzinco y Totolac, con el pan de fiesta; otros panaderos llevan cocoles de anís y de piloncillo; también pan de agua para sopear el chocolate. En Tepalcingo se elabora pan cocido con leña en horno de bóveda.

Entre los ingredientes hay jamaica, nopalitos, tamarindo, chicozapotes, aguacates, anonas de color rosado, chía, maíz y tortillas, nueces, chile de temporal que llaman localmente criollo, así como cecina de Yecapixtla en grandes lienzos casi translúcidos.

Para el tentempié hay tlacoyos, pellizcadas y gorditas rellenas de chales, como le llaman aquí a los pequeños trozos de grasa del puerco que se desprenden del chicharrón. En una sección hay una amplia oferta de comida regional. Para beber: aguas frescas, tepache y una especie de crema de coco bien fría.

La gran mayoría de los dulces provienen de Chalma, aunque también hay dulceros de Huazulco y de Amilcingo, Morelos: alegrías, palanquetas de nuez, plátanos enmelados, camotes glaseados, marquetas de cacahuate con piloncillo, dulces de leche y de pepita, cocadas; es irresistible probar la muestra.