Sociedad y Justicia
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Los países de la región cada vez invierten más en educación, destaca Paulo Speller

Hay que crear las condiciones para que sea valorizada la profesión docente: OEI

Si somos naciones de desarrollo tardío, tendremos que avanzar con mayor velocidad

 
Periódico La Jornada
Viernes 20 de febrero de 2015, p. 41

En México, como en el resto de las naciones de América Latina, no se avanza a la velocidad necesaria para alcanzar una mejora de la calidad educativa, porque hay limitaciones presentes en el acceso que tiene el niño y su familia a bienes culturales y educativos, afirmó Paulo Speller, secretario general de la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI) para el periodo 2015-2018.

En entrevista con La Jornada, destacó que arrastramos un problema histórico en la educación básica, cuyo sistema se ha construido para recibir a los hijos de las élites, y cuando se hace la expansión para el conjunto de la población resulta que no contamos con las condiciones para brindar una educación de calidad.

Sicólogo, ex dirigente estudiantil durante los años de la dictadura militar en Brasil, y que fuera secretario de educación superior en esa nación, agregó que la falta de acceso de un sector escolar a museos, exposiciones, salas de cine, música, libros, o tener padres que pueden ser analfabetas o con un conocimiento de la lectura y escritura muy limitados contribuye a que no podamos avanzar a la velocidad que quisiéramos.

–¿Considera que uno de los factores que afectan la calidad educativa es la desigualdad social y la pobreza?

–Hay mucha desigualdad y pobreza. Eso influye, porque cuando comparamos los países latinoamericanos con los del norte, como Europa, Estados Unidos, Canadá y algunos estados asiáticos, observamos que el proceso de consolidación de la escuela, de la escolarización, la calidad de la educación viene de muchas décadas atrás, mientras nosotros llegamos recientemente a estos desafíos. Lo que necesitamos ahora es velocidad. Si somos países de desarrollo tardío, tenemos que avanzar ahora más velozmente. Y ahí es donde entra el trabajo de la OEI.

–¿La violencia que, de acuerdo con sectores de las comunidades escolares ya comenzó a impactar el aprendizaje de los alumnos, es otro obstáculo para alcanzar una educación de calidad?

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Arrastramos un problema histórico en la educación básica, señaló en entrevista con La Jornada el secretario general de la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la CulturaFoto Jesús Villaseca

–Hay situaciones muy específicas de un país, una ciudad o región, y afectan el proceso de desarrollo social de un pueblo, pero son factores que también están presentes en las naciones del norte, no son fenómenos exclusivos de las naciones del sur.

–¿Qué retos existen para mejorar la inversión en educación en la región?

–Hay que reconocer que estamos invirtiendo cada vez más en educación. Es un dato muy positivo en la región: los países individualmente están invirtiendo más. Pero si consideramos el plan de metas 2021 de la OEI –11 agendas que deberán cumplirse en el año 2021 para mejorar la educación en la región– para invertir más son necesarios mecanismos de control del gasto público. Dónde se invierte, pero también cómo se invierte y se rinden cuentas.

La ciudadanía quiere saber dónde se invierten sus impuestos, cómo se invierte y con qué resultados. Eso es parte de un proceso de rendición de cuentas y la transparencia es fundamental para hacer más eficaz el gasto educativo.

–¿En el contexto latinoamericano es posible tener docentes mejor preparados desde su formación inicial?

–Es un proceso dialéctico. Si queremos valorizar la profesión docente debemos crear las condiciones para que el joven que se prepara busque la carrera docente, porque está bien pagada, se le reconoce socialmente y tiene condiciones positivas de trabajo.

En esa dirección tenemos que movernos: hacia la implantación de una carrera atrayente, profesional, sujeta a evaluación, porque el maestro es un trabajador público, como cualquier otro, y está sujeto a la evaluación que haga la sociedad de su trabajo, concluyó.