Opinión
Ver día anteriorViernes 13 de febrero de 2015Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
México SA

México exporta.... capitales

Alrededor del 35% del PIB

Barones desvalijan al país

A

ntes le llamaban fuga de capitales, pero la modernidad también modificó el lenguaje, por lo que ahora –y sin que forme parte de su comercio exterior– México, simplemente, exporta capitales, tanto que representan 35 por ciento del producto interno bruto, cuyo equivalente monetario la pasa de maravilla en paraísos fiscales.

Así, por cada dólar que el país logra acumular en reservas internacionales, los desatados barones del dinero exportan más de dos, y a ese ritmo no hay nación que aguante. México, pues, está en movimiento (Peña Nieto dixit), pero no en el sentido correcto.

La información de La Jornada (Roberto González Amador) detalla así: “ciudadanos mexicanos han transferido a paraísos fiscales recursos por al menos 417 mil millones de dólares, cantidad equivalente a más del doble de las reservas internacionales del país. Esos recursos, de acuerdo con un reporte de una organización internacional, fueron movilizados en los últimos años a través, principalmente, de instituciones financieras de la banca privada.

Los mexicanos son el sexto grupo nacional que más recursos financieros ha movilizado hacia paraísos fiscales, de acuerdo con la organización internacional Red para la Justicia Fiscal, en un reporte publicado en 2012. Los chinos están a la cabeza, con 1.2 billones (millones de millones) de dólares, seguidos por rusos, brasileños, coreanos y kuwuaitíes. Y el Sistema de Administración Tributaria ni por enterado se ha dado, porque anda en la caza de pequeños causantes cautivos.

Nada mal para una de las naciones más desiguales del planeta, pero lo anterior sólo confirma la validez, por si hubiera duda, del negro galardón obtenido por México en tiempos del calderonato, cuando la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad) calificó al país como exportador neto de capitales, es decir, de dineros generados en la economía mexicana para ser depositados y/o invertidos en terceras naciones, paraísos fiscales incluidos.

En este sentido, la contabilidad del Banco de México reporta que en los gobiernos de Vicente Fox, Felipe Calderón y lo que va del de Enrique Peña Nieto, los barones han desvalijado (dinero generado internamente para ser exportado) a la economía mexicana con cerca de 300 mil millones de dólares, y contando, algo así como una cuarta parte del producto interno bruto nacional. Todo, desde luego, permitido por el propio gobierno y las leyes aprobadas por el Congreso.

Pero el problema es mayor si se amplía el periodo de análisis, pues se alcanza el monto denunciado por la Red para la Justicia Fiscal, es decir, los 417 mil millones de dólares que –nadie supo, nadie sabe– tranquilamente fueron depositados en paraísos fiscales sin que autoridad alguna tenga registro.

Ese monto, dicho sea de paso, es similar al saldo del endeudamiento total del sector público federal al cierre de 2012, el año de corte reportado por la Red para la Justicia Fiscal, de tal suerte que lo único que faltaría por certificar es que el aparato de gobierno ha incrementado vertiginosamente dicho saldo para intentar cubrir los profundos boquetes abiertos por la masiva exportación de capitales (léase fuga de…).

Después de la tenebrosa dictadura militar argentina se documentó que por cada dólar que a ese país entraba vía endeudamiento externo, al mismo tiempo otro billete verde se fugaba al exterior, de tal suerte que la voluminosa deuda se cargó a la espalda de los argentinos para que los exportadores de capitales vivieran como reyes. Y en el caso de nuestro país nada raro sería que la realidad fuera la misma.

México está a punto de turrón: donde aprieta sale pus, corrupción galopante, sistema político putrefacto, nulo crecimiento, deuda a borbotones, desplome de precios petroleros, crisis social, fuga de capitales y lo que se acumule, pero la caja registradora de los barones nunca deja de tintinear y, paralelamente, de exportar capitales.

Entonces, si nuestros siempre eficientes funcionarios financieros trabajaran en el Servicio Meteorológico Nacional y su chamba fuera prevenir a la población sobre la presencia de huracanes, su intensidad, los daños que éstos podrían provocar y las medidas preventivas a tomar, sin duda alguna el país estaría destrozado. Felizmente no son meteorólogos, pero de cualquier forma han destrozado al país.

Para redondear el panorama, la junta de gobierno del Banco de México advierte que la disminución en los precios del petróleo y la caída en la producción de crudo podrían afectar el crecimiento de la economía este año, a lo que se añade el efecto de la inseguridad pública y el descontento social.

Al mismo tiempo, enciende los focos rojos por el crecimiento de la deuda del sector público, un hecho que no diferencia claramente de manera favorable a la economía mexicana, por lo que exhorta al gobierno federal para que cumpla con las metas de reducción del déficit fiscal, lo que implicaría recortes al gasto público ante el compromiso de no subir impuestos.

La mayoría de los integrantes de la junta de gobierno destacó que la trayectoria de los precios del petróleo y la caída en la plataforma de producción podrían afectar negativamente el crecimiento del PIB durante 2015. Profundizando sobre los precios del petróleo, uno de los integrantes de la junta de gobierno indicó que, considerando que prácticamente todo el aumento en el precio del crudo en los últimos años ha financiado un mayor gasto público, el choque en los términos de intercambio implica uno muy adverso a la demanda agregada (consumo e inversión) reduciendo sus posibilidades de expansión, de acuerdo con la minuta.

La citada instancia del Banco de México subrayó que ante la lenta recuperación de la demanda interna, que se espera continúe durante los próximos meses, se considera que siguen existiendo importantes riesgos a la baja para el crecimiento, e incluso que el balance de riesgos se ha deteriorado. Las reducciones en la plataforma de producción del petróleo podría tener un efecto sobre la recuperación económica y las cuentas fiscales.

En torno a la situación fiscal, se comentó que el saldo de los requerimientos financieros del sector público (la deuda pública en su dimensión más amplia) ha aumentado de manera significativa en los últimos años y su nivel actual no es precisamente favorable a la economía mexicana.

Las rebanadas del pastel:

Y de cereza, el dólar a 15.20 pesos.

Twitter: @cafevega