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Los gobernantes de Kiev, Moscú, Berlín y París seguían reunidos esta madrugada

Jornada intensiva de diálogo en Minsk para la paz en Ucrania

Las partes intentan consensuar un cese del fuego y sentar las bases para un arreglo político

Los dirigentes de las regiones separatistas pro rusas llegaron también a la capital bielorrusa

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De izquierda a derecha: el presidente de Bielorrusia, Aleksandr Lukashenko, da la bienvenida a los gobernantes Vladimir Putin, de Rusia; Angela Merkel, de Alemania; François Hollande, de Francia, y Petro Poroshenko, de Ucrania, que se reunieron en Minsk con la intención de establecer un cese del fuego en el este ucranio. Hacia las cinco de la mañana de este jueves llevaban ocho horas de negociaciones y seguía el cónclave en completo hermetismoFoto Ap
Corresponsal
Periódico La Jornada
Jueves 12 de febrero de 2015, p. 22

Moscú.

Los líderes de Ucrania, Rusia, Alemania y Francia se reunieron anoche en Minsk, capital de Bielorrusia, para consensuar la versión definitiva de un acuerdo que pretende establecer un cese del fuego en el este de Ucrania y sentar las bases para un arreglo político de este grave conflicto.

Hacia las cinco de la mañana de este jueves –tras ocho horas de negociaciones en que unos y otros tratan de arrancar las últimas concesiones y de ceder lo menos posible–, la canciller federal de Alemania, Angela Merkel, y los presidentes de Ucrania, Petro Poroshenko; de Rusia, Vladimir Putin, y de Francia, François Hollande, siguen negociando a puerta cerrada.

Las partes involucradas en las negociaciones, desde que la semana anterior Merkel y Hollande viajaron a Kiev y Moscú para exponer su nueva iniciativa de paz, han sabido mantener el hermetismo durante todo el proceso.

A cuentagotas, la prensa sólo tiene acceso a algunas frases aisladas de carácter general que, durante las tensas horas de espera de noticias, no permiten tener una idea precisa de las propuestas formuladas y los entendimientos alcanzados.

Pasada la medianoche, el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Serguei Lavrov, se limitó a afirmar: “las negociaciones van súper… y tal vez hoy jueves se firme un documento amplio”.

Cerca de las dos de la mañana, su colega alemán, Frank-Walter Steinmeier, se mostró menos optimista al publicar en su cuenta de Twitter que las conversaciones no son sencillas, pero continúan.

Por la mañana del miércoles, el grupo de contacto (Ucrania, Rusia y la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa) volvió a reunirse con los representantes de los separatistas para discutir las 15 propuestas que éstos formularon el martes.

El grupo de contacto siguió trabajando toda la tarde en elaborar un nuevo borrador de acuerdo, mientras arribaban a la capital bielorrusa los presidentes y la canciller federal, cuya cumbre empezó con cerca de tres horas de retraso, a las nueve de la noche (Minsk y Moscú tienen la misma hora).

El presidente de Bielorrusia, Aleksandr Lukashenko, ofició de anfitrión, pero sin participar en las negociaciones que, a partir de la llegada de Poroshenko, Putin, Merkel y Hollande, se llevaron a cabo en diferente formato:

Primero los cuatro líderes del Cuarteto de Normandía (Alemania, Francia, Rusia y Ucrania) solos; dos horas más tarde, se sumaron los respectivos ministros de Relaciones Exteriores; 30 minutos después, las delegaciones de los cuatro países al completo, con asesores y expertos que intervinieron en el debate de los detalles técnicos, y desde pasada la media noche los dirigentes volvieron a debatir sin nadie más.

En otro edificio, de modo paralelo, los miembros del grupo de contacto, en el que sí participan los representantes de los separatistas, Denis Pushilin por Donietsk y Vladislav Deinego por Lugansk, discuten el borrador que se va renovando, cada cierto tiempo, con los puntos ya aprobados por los presidentes y la canciller federal.

No se informó dónde estuvieron todo el día los dirigentes de esos territorios, Aleksandr Zajarchenko e Igor Plotnitsky, que llegaron por la tarde del miércoles a Minsk por si se producía la firma de un acuerdo.

Los separatistas filtraron a un periódico ucranio, Zerkalo Nedieli, los planteamientos que hicieron el martes por la noche, los cuales nunca pudieron considerarse un documento ya concordado por todas las partes y que pronto quedó como un borrador ya obsoleto.

Sin embargo, la filtración de ese texto –en versión facsimilar– dejó en claro una cuestión esencial: los territorios que no reconocen al gobierno de Kiev renuncian, al menos por ahora, a la independencia a cambio de una amplia autonomía, que aún habrá que definir.

En un descanso del grupo de contacto, Pushilin declaró a la agencia noticiosa rusa Interfax que, al margen de que se logre establecer un cese del fuego, “un arreglo político –completo y comprehensivo– de este conflicto sólo es posible si Ucrania se proclama fuera de todo bloque y se muestra neutral respecto decualquier alianza militar”.

Por su parte, antes de viajar a Minsk, el presidente ucranio, Petro Poroshenko, advirtió que si fracasaba esta cumbre decretaría de inmediato el estado de excepción en toda Ucrania, lo cual –en opinión de expertos– sólo aumentaría el derramamiento de sangre.

Mientras se negociaba en Minsk, continuaron los combates en la zona de Devaltsevo y los separatistas denunciaron un ataque de artillería del ejército ucranio sobre la ciudad de Donietsk con saldo de seis personas muertas, que se suman a las más de 5 mil 400 que ha habido desde abril del año pasado, según datos de la Organización de Naciones Unidas.