Opinión
Ver día anteriorMiércoles 11 de febrero de 2015Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
Isocronías

Décimas para Hugo

H

oy amanecí asustado,
más bien enfermo de susto,
a nada le encuentro gusto
y ando muy desmollerado.
De Mí me sé abandonado,
de Mí, dejado de Dios,
de cuya mano la atroz
ausencia ora estoy sufriendo,
todo me va consumiendo…
¿No espanto se oye mi voz?
Mi corazón maravilla
era, pulido presente
de cristal que de repente,
sabe cómo, va y se astilla.
Ya no esplende, ya no brilla
su transparencia inocente,
ya sólo vive silente,
si es que vive, porque espera
milagrosa la manera
de tornarse refulgente.
Dicho tornarse es retorno
a su vida original
donde se supo caudal
venero de luz, no adorno
para aliviar el trastorno
de una vida que no es tal.
Su claridad abismal
de muy antiguo venía,
viene quizá todavía,
quitado lo accidental.
Porque accidente, no esencia
es lo que nombra, privado
de su resplandor pasado,
que aún pervive en potencia.
Es conciencia y no impaciencia
esto que aquí me hace hablar.
Quiero darle su lugar
primitivo a tal entraña,
y no crean que me enmaraña
pretención oracular.
No de oráculo la lengua
tengo aunque algo habrá de eso,
lo que hablo viene del seso
y dél no he sufrido mengua.
Mi cantar no me deslengua,
sólo lo que pienso dice
y solicita que avise
de mi sentir tal cual es.
De plomo traigo los pies
por más que entre brasas pise.
Algo del plomo se humilla
ante el fuego inveterado
que me corroe por confiado
y darme quier la puntilla,
pero traigo la malilla
como quiera y doy pelea.
Sé que habrá quien no me crea,
pero a pelear he venido
por un fulgor conocido,
y espero que alguien lo vea.
Ya con ésta me despido,
clavelito de oro y plata.
El veneno que no mata
fortalece, aunque haga ruido.
Mi corazón entumido
ya da señas de volver
a ser lo que supo ser
y a ayudarle me acomido.
Dispensen lo entretenido
pa dar con tal parecer.
Parece que me entretuve
pero fui paso por paso
viendo que los versos caso
me hicieran, a eso me atuve.
Aceleré y me contuve
según la palabra oyera.
Si me sonaba extranjera
la oí hasta que fuera mía
y de noche hiciera día
y mi corazón dijera.