Directora General: Carmen Lira Saade
Director Fundador: Carlos Payán Velver
Suplemento Mensual  Director: Iván Restrepo
Edición: Laura Angulo   3 de febrero de 2015
Número Especial

Seguridad costera y
nuevos avances tecnológicos

Norma Patricia Muñoz Sevilla y Maxime Le Bail
Instituto Politécnico Nacional
Correos electrónicos: [email protected] y [email protected]

Huracanes, ciclones tropicales, tsunamis, aumento del nivel del mar, derrames petroleros, pesca furtiva, piratería, etcétera. Sean de origen natural o antropogénico, la lista de amenazas sobre las costas mexicanas es larga. Ante dichas amenazas, existe una gran vulnerabilidad. Por ejemplo, en septiembre del 2013, los huracanes Manuel para la costa del Pacífico e Ingrid en el Golfo, dejaron más de 200 mil damnificados y 157 muertos. Lo anterior denota la urgencia de tomar medidas correctivas y de adaptación.

Los nuevos desarrollos tecnológicos podrían aportar algunas soluciones en ese sentido. En efecto, los radares de alta frecuencia, la observación satelital y los drones permiten obtener amplia información para tener un mejor conocimiento de la dinámica costera y proponer medidas de prevención y amortiguamiento.

Los radares de alta frecuencia proveen datos de alta resolución espacial (250 m) y temporal (tres a 10 minutos) sobre las corrientes de superficie, la dirección y velocidad de los vientos, altura y dirección de las olas y del tráfico marítimo con un alcance de 200 km. Sus aplicaciones son amplias: operaciones de búsqueda y rescate, control del tráfico marítimo y de la pesca ilegal, determinación de la extensión de un derrame petrolero, predicciones meteorológicas y alerta temprana de tsunamis, entre otras.

La observación satelital es otro instrumento de gran relevancia como herramienta para la detección de la contaminación, la lucha contra la pesca ilegal, la vigilancia del tráfico marítimo, la medición en alta resolución de los estados del mar y de los campos de viento, así como la puesta en evidencia de florecimientos algales nocivos, mareas rojas, etcétera. Además, los satélites permiten obtener información constante sobre la posición de las embarcaciones que llevan a bordo un sistema de GPS o Argos.

En Europa, por ejemplo, la estación terrestre VIGISAT ubicada en Brest, adquiere imágenes de satélite en tiempo casi real dentro de un radio de 2 mil 500 km (de Groenlandia a las islas Canarias, pasando por las Azores, en el oeste, y hasta el Mar Negro, en el este) gracias a los satélites canadienses RADARSAT-1 y 2 y de los satélites europeos ENVISAT y ERS-2. Dicha información es procesada y subida a una página de internet.

Uno de los desarrollos tecnológicos más recientes y utilizados con mayor frecuencia por los científicos son los drones. Las imágenes que se obtienen con ellos son complementarias de las satelitales. Además, cuentan con una mayor resolución espacial que permite un acercamiento más allá del centímetro en las áreas de interés científico. Lo anterior es muy útil, por ejemplo, para estimar los cambios en el terreno y la cantidad de material desplazado durante un periodo de tiempo definido. Por las razones anteriores, los drones son utilizados en el Ártico para medir la calidad del hielo; en Escocia, vigilan la proliferación de algas; en Francia, aportan información de primera calidad a los geógrafos para la elaboración de mapas; a los biólogos marinos para el seguimiento de la salud de los ecosistemas costeros, etcétera.

Las tecnologías antes mencionadas, y las más antiguas, miden parámetros diversos y complementarios. Para lograr y acceder a un conocimiento más amplio, preciso y permanente del estado de la costa es necesario integrar en un sistema de observación la información proveniente de múltiples tecnologías.

Los sistemas integrados de observación costera son la forma más exitosa de obtener un conocimiento más preciso de las costas. Su implementación es fuertemente sugerida por la Comisión Oceanográfica Intergubernamental y ya funciona en muchos países. En Francia se estableció en el 2006 el sistema integrado de observación de la costa Prévimer (http://www.previmer.org/), que utiliza múltiples herramientas de monitoreo y observación (radares HF, boyas, gliders, ferry-boxes, drones, satélites, aviones, etc.) con el fin de proporcionar una amplia serie de datos. Prévimer permite predecir la evolución de las corrientes, los niveles del mar y las mareas en un plazo de 96 horas, actualizando la información cada 15 minutos.

También provee información sobre la temperatura, la salinidad y la concentración de plancton del mar hasta a una distancia de 2.5 km de la costa. Adicionalmente, da predicciones sobre la altura y dirección de las olas en un plazo de seis días, actualizando la información cada tres horas. Ciertos parámetros son disponibles para todos, mientras otros se pueden adquirir únicamente a través de su compra. Los usuarios son numerosos: Méteo France, centros de investigación, etcétera.

Prévimer, COSYNA (Alemania) y otros sistemas integrados de observación costera en Europa fueron “agrupados” en el proyecto JERICO (http://www.jerico-fp7.eu/) con el fin de tener un conocimiento amplio de las costas de la Unión Europea. El proyecto JERICO 2 iniciará en unos meses más y entre sus logros figura el fortalecimiento de las redes de observación a través de la utilización de nuevos instrumentos en la materia y una mayor cooperación.

JERICO 2 también incluye un programa de cooperación con México: Mexican Integrated Coastal and Ocean Observing System (Mexicoos), encabezado por el Instituto Politécnico Nacional. En dicho proyecto participan también el Consorcio de Instituciones de Investigación Marina del Golfo de México y del Mar Caribe (CiiMar-GoMC), la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT), la Universidad Autónoma de Baja California y su Instituto de Investigaciones Oceanológicas (IIO), el Centro Nacional de Datos Oceanográficos (Cendo), la Comisión Nacional para el Uso y el Conocimiento de la Biodiversidad (Conabio), la Agencia Espacial Mexicana (AEM), y la Secretaría de Marina (Semar), entre otros.

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