Economía
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Caso relacionado con la crisis hipotecaria

Paga S&P 77 mdd al gobierno de EU
 
Periódico La Jornada
Jueves 22 de enero de 2015, p. 27

Nueva York.

La agencia de calificación crediticia Standard & Poor’s (S&P) accedió a pagar al gobierno estadunidense y a dos estados 77 millones de dólares para liquidar denuncias de irregularidades en la calificación de valores con respaldo hipotecario.

En su primera acción punitiva contra una agencia de calificación grande, la Comisión de Valores y Bolsas acusó a S&P de conducta fraudulenta en su calificación de algunos valores con respaldo hipotecario entre 2011 y 2014.

Es probablemente el primero de varios arreglos entre la agencia y los reguladores. El Departamento de Justicia y secretarios de otros estados interpusieron demandas civiles contra S&P el año pasado.

Según los términos del acuerdo anunciado este miércoles, S&P pagará más de 58 millones de dólares a la Comisión de Valores y Bolsas, 12 millones a Nueva York y 7 millones a Massachusetts.

Standard & Poor’s Ratings Services, división de McGraw Hill Financial, también accedió a abstenerse de emitir clasificaciones de determinados tipos de valores con respaldo hipotecario durante un año, según una declaración de la compañía. S&P no admitió ni desmintió los cargos que se le imputaron.

Los inversionistas dependen de que las agencias de calificación crediticia como S&P sean sinceras al calificar valores complejos, afirmó Andrew Ceresney, director de la división de aplicación de la ley de la Comisión. “Pero Standard & Poor’s antepuso sus propios intereses financieros a los de los inversionistas al flexibilizar sus criterios de calificación para obtener negocios y después disimular esos cambios ante los inversionistas”.

Los bonos de respaldo hipotecario desempeñaron un papel prominente para desatar la crisis financiera en 2008.

Durante el auge de la construcción de viviendas, los bancos vincularon las hipotecas riesgosas con otros valores y las vendieron a los inversionistas. Algunas agencias crediticias les dieron calificaciones máximas como si fuesen inversiones seguras.

Pero cuando estalló la burbuja inmobiliaria, muchos de esos valores resultaron nulos.