jornada


letraese

Número 221
Jueves 4 de Diciembre
de 2014



Director fundador
CARLOS PAYAN VELVER

Directora general
CARMEN LIRA SAADE

Director:
Alejandro Brito Lemus


pruebate


reseña

La soberbia juventud
Pablo Simonetti
Alfaguara / 2014


Soberbio melodrama

Bello, carismático y magnético, así describe Pablo Simonetti al protagonista de su cuarta
novela, La soberbia juventud, quien además de contar con una excelente educación, pertenece
a una familia de la oligarquía chilena. Es decir, ese joven privilegiado tiene todas las ventajas para triunfar, sólo que, pequeño detalle, es homosexual.

A través de la narración de Tomás Vergara, escritor maduro alter ego del novelista, nos
vamos enterando de las vicisitudes que enfrenta el joven Felipe Selden al asumir una identidad contraria a las expectativas de su clase social, de su familia católica y, sobre todo, de su soberbia, a la que hace alusión el título. De esta manera, nos vamos adentrando en la atormentada vida amorosa del protagonista que se debatirá entre corresponder al amor de Camilo y sucumbir al impulso homoerótico o resistir de manera egocéntrica a esos deseos y sentimientos para autoafirmarse en su individualidad.

La novela tiene un núcleo autobiográfico declarado por el autor, Simonetti construye a los dos personajes centrales de su novela con alguna característica suya y ubica su narración en el entorno de las familias acomodadas chilenas a las que pertenece, pero frente a las cuales ha asumido desde joven su disidencia sexual. En 2011 crea la Fundación Iguales y encabeza las demandas por el reconocimiento del matrimonio y la adopción para las parejas del mismo
sexo en Chile.

Al respecto, Simonetti afirma que su trabajo literario es ajeno a la agenda política gay, sin embargo su novela en cuestión es un reflejo claro de lo que esa agenda, con sus reivindicaciones asimilacionistas, está posibilitando en la nueva domesticidad de la vida
de los gay. Quizás sea ese un factor del éxito literario de La soberbia juventud –melodrama tradicional ubicado en las antípodas de la literatura queer del también escritor chileno Pedro Lemebel–, que bien podría ser adaptada para la televisión comercial. Lo que no es en
absoluto una mala idea.
(Alejandro Brito)

 



Crema de vainilla
Artemisa Téllez
Voces en Tinta / 2014


Dulces tentaciones

Lala puede ser un vocablo sin significado o una palabra o dos sílabas que hacen enloquecer a cualquiera. Incluso a una mujer veinteañera, universitaria, becaria de una de las instituciones de educación superior más caras del país y cuyo deseo es sobresalir a nivel social y profesional.

En medio de ese ritmo frenético de la modernidad, parece no tener tiempo para distracciones o pasatiempos. Menos aún para experimentar con reactivos sumamente volátiles, capaces de arrasar con su entorno, que rompan con su máxima de que no debe externarse lo que se piensa, menos todavía lo que fluye como sentimiento.

Su rumbo parece no modificarse hasta que se interpone en él una chica deslumbrante que roba las atenciones, no sólo por la perfección de su físico sino por su carácter y su deshilachada forma de ser. El encanto es inmediato aunque la posibilidad de una interrelación podría parecer una excepción más que una regla o un intento suicida por conjuntar aparente agua y aceite.

Es justo en esa excepción que la escritora Artemisa Téllez, recurriendo al toque erótico, ahonda para desentrañar una relación entre Lala y la protagonista, que pasa por momentos de erotismo, placer, gozo, morbo y éxtasis hasta llegar al idilio y la utopía con su consecuente y dolorosa calma, sin dejar de lado exabruptos y puntos de inflexión.

La historia conduce a mirar entre líneas y dar cuenta de que el sexo del ser amado no importa; tampoco la condición e incluso la circunstancia bajo la cual pueda llevarse a cabo un acto de amor sincero acompañado de gozo. Por medio del delirio por Lala es posible ver que muchos verdaderos amores son aquellos vividos de manera efímera y eterna.

Crema de vainilla es una novela que permite reflejar en Lala a esos míticos personajes que por más reales que se deseen describir terminan por ser utópicos para aquellas y aquellos que con ellos encontraron el sacio de la búsqueda infinita de un complemento en sus vidas.
(Leonardo Bastida Aguilar)


S U B I R