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Patricia Peñaloza
González Pérez: reconstruir la CNDH
E

l Senado designó ayer a Luis Raúl González Pérez nuevo presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) y puso fin de esta manera, con un periodo de varias semanas de incertidumbre, al proceso sucesorio en ese organismo público.

Carlos Bonfil
El Correo Ilustrado

Ya los habían atrapado en Veracruz...

E

l pasado martes 5 de noviembre, mi hijo Andrés y Ángela, su esposa, que viven en Ensenada, y mi mujer y yo, veíamos juntos en mi casa, en uno de los noticiarios de Televisa, la captura de José Luis Abarca y su mujer. Había ocurrido la madrugada de ese día, en la casa número 50 de la calle de Cedros, colonia Tenorios, en Iztapala. Ángela expresó, asombrada: ¡Cómo! ¡Otra vez! Si ya los habían atrapado en Veracruz hace unos días, ¿verdad, Andrés? ¡Lo vimos juntos en el noticiario allá, en Ensenada! Por supuesto, lo vieron miles en Ensenada y seguramente en Tijuana. Lo mismo que dice el sacerdote Solalinde.

Ayotzinapa: el dolor, la incertidumbre y la ira
Foto
Felipe de la Cruz (derecha), padre de uno de los desaparecidos, a bordo de un autobús que integra la caravana que recorrerá varias ciudades del país en demanda de la presentación con vida de los normalistas Foto Ap
Adolfo Gilly
Ayotzinapa: el acto de matar
E

n la cinta The act of killing (2012), de Joshua Oppenheimer, un grupo de ex paramilitares cuentan a cuadro cómo participaron en la purga comunista durante la dictadura militar encabezada por Suharto en la Indonesia de mediados de los años 60. Colaboran porque el director les ha ofrecido hacer una película de ficción sobre sus hazañas. Los entrevistados se ven a sí mismos como héroes y están convencidos de haber ofrecido un servicio importante a la patria, aunque saben que lo que hicieron está fuera de la ley. “Somos gánsteres –dicen ante la cámara–, y eso significa que somos hombres libres”. También creen que hacer la película es importante, porque tendrán la oportunidad de mostrar su forma de operar; Anwar Congo, uno de los protagonistas, afirma que ese tipo de trabajos cinematográficos (los compara con las cintas sobre los campos de concentración nazis) tienen público porque el morbo de la gente se regodea en los espectáculos sadistas. Además, opina que su película aportará algo más: mi actuación será mucho más impactante porque yo lo hice en la vida real. En el transcurso de la película estos hombres revelan, paso a paso –entre anécdotas personales–, el modus operandi de los escuadrones de la muerte. Pero no todos los participantes eran matones a sueldo. Uno de los entrevistados es el director de un periódico que cuenta que su trabajo consistía en manipular la información disponible para generar una opinión negativa sobre las víctimas, para que el público los despreciara.

Laicidad, para poder respirar
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a impunidad es un lastre que se apoya en la corrupción y en el autoritarismo, y desa­fortunadamente se extiende a todos los ámbitos políticos, incluyendo al Estado laico. Nunca se sanciona a los funcionarios por nada, tampoco porque violentan el Estado laico. Pocas veces se comprende que cada vez que un funcionario vulnera la laicidad, discrimina y limita las libertades de la ciudadanía; se trata de una forma de amordazarnos e impedirnos respirar, una opresión sicológica que enclaustra el comportamiento y la construcción libre de ideas y creencias.

Willivaldo Delgadillo*
Gabriela Rodríguez
Lucha ciudadana en San Miguel Canoa
H

ay muchas razones para el optimismo en medio del horror que vivimos. Los jóvenes han salido a la calle como hacía décadas no lo veíamos, y los no tan jóvenes renovaron un espíritu combativo adormecido por los fracasos. Las calles, pero también las aulas, los cafés y las redes sociales se construyen con esta generación de nuestros hijos y hasta los más renuentes a la participación encuentran forma de hacer sentir su voz.

No hay diferencia entre narco, burguesía y élites
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ropongo que dejemos de hablar de narco (narcotráfico o tráfico de drogas) como si fuera un negocio distinto a otros que realizan las clases dominantes. Atribuir los crímenes a los narcos contribuye a despolitizar el debate y desviar el núcleo central que revelan los terribles hechos: la alianza entre la élite económica y el poder militar-estatal para aplastar las resistencias populares. Lo que llamamos narco es parte de la élite y, como ella, no puede sino tener lazos estrechos con los estados.

Aurelio Fernández
Raúl Zibechi
La mirada penetrante de Ayotzinapa
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l drama de Ayotzinapa, Guerrero, encuentra raíces en la obra nietzscheana: “En el centro de esas experiencias límite del mundo occidental surge por supuesto lo trágico propiamente dicho, partiendo de la demostración de Nietzsche de que la estructura trágica a partir de la cual se forma la historia del mundo occidental, no es otra cosa que el rechazo, el olvido y el arranque silencioso de la tragedia. (Una religión para la muerte; el cristianismo; cruces, espinas, clavos, sangre…)

José Cueli