Cultura
Ver día anteriorMiércoles 24 de septiembre de 2014Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

Recorrido de La Jornada por la retrospectiva Obsesión infinita, de la pintora japonesa

Exhiben la trayectoria de la figura rebelde e inconforme de Yoyoi Kusama

Montada de manera laberíntica, la muestra en el museo Tamayo reúne dibujos, collages y esculturas

Siempre ha sido muy radical en la práctica de su arte, señala el curador Larrat-Smith

Foto
Phalli’s Field, uno de los trabajos de Yayoi Kusama, incluido en la muestra que será inaugurada este viernes en el Museo Tamayo Arte ContemporáneoFoto Jesús Villaseca
 
Periódico La Jornada
Miércoles 24 de septiembre de 2014, p. 5

Las instalaciones Infinity Mirror Room y Phalli’s Field (Campo de falos) son las que llaman más la atención de la gran retrospectiva Obsesión infinita, de Yayoi Kusama (Matsumoto, 1929), exposición que el viernes será inaugurada en el Museo Tamayo Arte Contemporáneo.

Como se adelantó ayer en estas páginas (La Jornada, 23/09/14), se trata de la primera vez que se monta en el país una muestra del trabajo de la reconocida artista japonesa, que integra más de 100 obras creadas entre 1950 y 2013, cuya curaduría estuvo a cargo de Philip Larrat-Smith y Frances Morris.

Ayer, en rueda de prensa, Rafael Tovar y de Teresa, presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta); María Cristina García Cepeda, titular del Instituto Nacional de Bellas Artes, y la directora del museo Tamayo, Carmen Cuenca Carrara, destacaron que la exposición fue presentada anteriormente en Argentina y Brasil, donde fue vista por más de 2 millones de personas.

En México se espera que sea un éxito, debido al gran interés generado en torno a la vida y obra de la artista viva más célebre de Japón, cuyas piezas obsesivamente cubiertas de puntos o lunares le han dado fama y reconocimiento a escala internacional.

Del estudio a la calle

Larrat-Smith destacó que Kusama es una de las figuras clave de la posguerra, pionera feminista que participó e influyó en las vanguardias de los años 60 del siglo pasado en Nueva York. De acuerdo con el curador, la artista, a sus 85 años, sigue trabajando de una manera muy radical.

En la retrospectiva Obsesión infinita se reflejan esos dos conceptos al mismo tiempo. Por una parte, un aspecto muy formal e inventivo, y por otra, la faceta sicológica de su ser, producto de su enfermedad mental que le genera alucinaciones, las cuales padece desde la infancia.

La muestra está dispuesta de manera laberíntica. El visitante aprecia en primera instancia una especie de semblanza y trayectoria de la joven Yoyoi Kusama, quien trabaja en papel y ligada a los textiles en la fábrica de su padre.

De esa parte se pasa a los dibujos, pinturas, collages y esculturas. Siguen los registros de sus happenings Love-in Festival y Flower Orgy. Más adelante están las instalaciones: Phalli’s Field, I’m here but nothing, Obliteration Room e Infinity Mirror Room.

Luego de que el visitante vive esas experiencias, se encuentra con los trabajos más recientes de Yoyoi Kusama en pintura y una serie de documentos, entre revistas y fotografías.

Obsesión infinita “sigue la trayectoria de la figura rebelde e inconforme de la artista, que va de lo privado a lo público, de la pintura al performance, del estudio a la calle”.

Kusama siempre fue muy radical en la práctica de su arte, explicó el curador.

Pasó de los medios más tradicionales hasta los más efímeros y radicales.

Trabajó con las ideas de desaparición, la autoinmolación y con el proceso de autoborrarse. Ha tratado de crear para estar en todos lados, como una marca global y al mismo tiempo expresando el deseo de desaparecer, comentó Philip Larrat-Smith.

El recorrido, señaló, es laberíntico, porque es como entrar en el mundo interior y las obsesiones de la artista.

Entre las obras figura una de las tres únicas barcas que Kusama ha realizado: una pieza de los años 80, una fusión entre escultura e instalación.

Atmósfera del infinito

En Infinity Mirror Room el visitante podrá experimentar de manera singular un impacto visual y sensorial que lo adentrará en la más bella atmósfera del infinito. Es un cuarto lleno de luces, espejos y espejos de agua, cuyo camino es muy estrecho. La luces de colores, suspendidas en el aire, alumbran y languidecen por etapas, representan de cierta manera el día y la noche, el mundo mental de la artista.

La instalación de las obras, apuntó Cuenca Carrara, estuvo a cargo del personal especializado del Estudio Kusama, fue un trabajo que realizaron cuatro japoneses, quienes conocen y colaboran con la reconocida artista.