Directora General: Carmen Lira Saade
Director Fundador: Carlos Payán Velver
Domingo 14 de septiembre de 2014 Num: 1019

Portada

Presentación

Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega

Cabriolas
Carlos Martín Briceño

El defensor del ruido
Paula Mónaco Felipe entrevista
con Mario Lavista

Dos filmes sobre el
golpe de Estado chileno

Marco Antonio Campos

Adolfo Bioy Casares
cumple cien años

Harold Alvarado Tenorio

Las edades narrativas
de Bioy Casares

Gustavo Ogarrio

Carta a Descartes
Fabrizio Andreela

El espejo
Miltos Sajtouris

Columnas:
Bitácora bifronte
Jair Cortés
Mentiras Transparentes
Felipe Garrido
Al Vuelo
Rogelio Guedea
La Otra Escena
Miguel Ángel Quemain
Bemol Sostenido
Alonso Arreola
Las Rayas de la Cebra
Verónica Murguía
Cabezalcubo
Jorge Moch
La Casa Sosegada
Javier Sicilia
Cinexcusas
Luis Tovar


Directorio
Núm. anteriores
[email protected]
@JornadaSemanal
La Jornada Semanal

 

Miguel Ángel Quemain
[email protected]

Fortunas y penurias del
teatro infantil iberoamericano

En la bisagra de agosto y septiembre ocurrieron varias actividades de gran trascendencia cultural y académica que no tuvieron el mismo registro en la prensa cultural nacional. Para empezar, las del supersecretario Chuayfett que sí son cubiertas en el orden de lo político, aunque difícilmente se aprovecha su sesgo cultural.

Una de ellas fue el Festival Iberoamericano de Teatro Infantil y Juvenil que tuvo como marco (esa palabra precisa y de oropel para los políticos) las Conferencias Iberoamericanas de Ministros de Educación y de Autoridades de Cultura. La atención de la prensa cultural fue muy escasa, a pesar de que el secretario de Educación, el presidente de Conaculta y la directora del inba inauguraron este festival tan esperanzador para los grupos de teatro independientes, no sólo de México sino de Iberoamérica, por las posibilidad de conocimiento e intercambio que representa el hecho de conocerse y verificar presencialmente las afinidades.

Rafael Tovar puso el acento en la necesidad de que las autoridades faciliten “la circulación de bienes y servicios culturales y encuentren nuevas formas de conservación y difusión a través de nuevas tecnologías”, tan necesarias para compartir procesos teatrales, aunque sabemos que eso puede estar muy lejos ya que todavía no pueden hacer lo propio en el terreno del libro. Aquí parece que Rafael Tovar tiene muy clara una idea a la que sus subalternos no terminan de darle enter.

Pero el libro por lo menos preocupa más que el teatro; por eso muchos jóvenes empresarios tratan por varios medios de encontrarle la clave del negocio virtual al teatro y ponerlo en línea (claro que con costo), como parte de una red de servicios más comerciales que culturales.

En esta ocasión tuvimos una muestra más que representativa, significativa por el alcance geográfico que implicó movilizar a veinte compañías nacionales e iberoamericanas de calidad diversa, aunque muchas de ellas sólo conocían su pequeño público local. Hay que reconocer, mejor dicho, festejar, que sea un creador y difusor como Ramiro Osorio quien esté al frente de ese programa. No es extraño que un gestor como él no se arredre con un proyecto semejante, dado que toda su vida ha propuesto la creación de públicos y el respeto a los existentes como una norma de conducta primordial en el trabajo de gestión. Tal vez sea él uno de los mayores conocedores de la situación latinoamericana y, al mismo tiempo, de las herramientas de cooperación internacional gubernamental y no gubernamental que pueden favorecer la difusión y el intercambio de experiencias (estancias, intercambios, festivales, talleres, exposiciones, en fin).

Vale la pena revisar los nueve objetivos que propone el programa teatral, porque algunos de ellos nos harían falta en algunas áreas rectoras de la actividad escénica. Comparto la liga porque la simple enumeración sustituiría esta nota. Por lo menos hay que mencionar que se dieron cita cerca de trescientos especialistas y que se tiene garantizada la participación de compañías de los países miembros todo lo cual se puede consultar en la página de inicio de la OEI.

Claro que hay periódicos que siempre consignan estas actividades y se agradece, pero no hay que dejar de observar que lo hacen porque sus páginas son como una especie de almacén que tienen que vaciar y llenar todos los días, donde caben toda clase de boletines y comunicados a los que “les dan la vuelta” jóvenes universitarios becarios. No sé si difundirían el teatro si se vieran obligados a ser más selectivos por falta de espacio. Valdría la pena que un día quienes nos dedicamos a comentar el trabajo escénico hiciéramos un recuento autocrítico del número de obras infantiles comentadas en relación con el teatro para adultos, muchas veces muy, pero muy pueril.

En este múltiple encuentro coincidieron: la 7ª Feria del Libro Teatral (dedicada al teatro para niños y jóvenes, donde Jaime Chabaud es una pieza primordial), la III Reunión de la Red de Teatros Iberoamericana, el I Congreso Iberoamericano de Teatro Infantil y Juvenil, con mesas de discusión y ponencias magistrales que ni la prensa ni ellos mismos a través de sus páginas oficiales difunden. Queda el recurso primario de poner la grabadora y respaldar. Es necesario compartir la información y discutir en ámbitos menos endogámicos. La prensa cultural tendría que ser un espacio natural si estuviera menos adormecida con la promoción comercial.