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Entre los tesoros que conserva desde 1960 se encuentra el negativo original de Los olvidados

Filmoteca de la UNAM, al resguardo de las joyas del cine mexicano

Mantiene más de 60 mil títulos de 380 mil rollos de película

Entre las tareas recientes se intentó salvar María Candelaria, de El Indio Fernández, sin éxito: La Metro Goldwyn Mayer la tijereteó y se perdió el sonido en su totalidad, informó el subdirector de Rescate y Restauración

 
Periódico La Jornada
Viernes 11 de julio de 2014, p. a12

En 54 años de existencia, la Filmoteca de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) ha realizado una loable labor para recuperar y conservar decenas de cintas cinematográficas que son un tesoro de la filmografía nacional.

Joyas del cine mexicano e internacional como Los olvidados (1950), de Luis Buñuel; Vámonos con Pancho Villa (1935), de Fernando de Fuentes, y La mujer del puerto (1933), de Arcady Boytler, han sido conservadas gracias a la constante tarea de los especialistas de este espacio universitario.

La Filmoteca de la UNAM, creada el 8 de julio de 1960, tiene como propósito central contribuir al mantenimiento de la memoria fílmica del país.

Sus orígenes se remontan a 1959, cuando se encomendó al maestro Manuel González Casanova la organización de las actividades cinematográficas universitarias, entre las que estaba la posibilidad de crear una filmoteca. Un año después, el 8 de julio, el productor Manuel Barbachabo Ponce entregó al entonces rector de la UNAM, Nabor Carrillo, una copia en 16 milímetros de sus películas Raíces y Torero, hecho que considera como la fundación de la Filmoteca de la casa de estudios.

Actualmente, en sus acervos se resguardan más de 60 mil títulos que forman parte de 380 mil rollos de película. De ese universo, más de 15 mil rollos aún están en nitrato de celulosa y los demás en safety film, por lo que necesitan condiciones especiales.

También se han restaurado poco más de 80 títulos de países latinoamericanos y uno, español, está en proceso: Quién me quiere a mí (1936), que produjo y codirigió Luis Buñuel. Asimismo, se guarda el negativo del original de Los olvidados, que por iniciativa de esta casa de estudios se registró como documento en Memoria del mundo, programa de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura; entre otros.

De ahí que Francisco Gaytán, subdirector de Rescate y Restauración de la Filmoteca, definió a este espacio como un ser vivo. Es tal el prestigio ético y técnico de esta entidad que directores y productores le confían sus tesoros.

La famosa trilogía cinematográfica de la Revolución Mexicana de Fernando de Fuentes: Vámonos con Pancho Villa, El compadre Mendoza y El prisionero 13, restauradas digitalmente, son otros de los tesoros conservados en este espacio.

Material sorprendente

Parte de la memoria histórica de los mexicanos, donada a la Filmoteca para su renovación y conservación, es el Fondo Toscano, material de Salvador Toscano, precursor de la cinematografía nacional. Hemos hecho un trabajo acucioso de restauración fotoquímica en más de 20 mil pies de esos materiales producidos entre 1910 y 1915 y los hallazgos son sorprendentes.

Gaytán informó que recientemente se han dado a la tarea de recuperar dos cintas, una resultó inconclusa y la otra alcanzó éxito notable: “La fallida es el negativo original de María Candelaria (1943), de Emilio El Indio Fernández, cuya pista de sonido en español se perdió en su totalidad, así como 22 por ciento de la imagen, cuando se envió el negativo a Estados Unidos. La productora Metro Goldwyn Mayer tijereteó la cinta para reducirla a los estándares comerciales. El sonido no les interesaba y se perdió”. Aun cuando se cuenta con copias completas de esa película, éstas no reúnen la calidad del negativo original, por lo que buscamos una copia de nitrato.

En contraste, la restauración de En el balcón vacío (1961), única película de Jomi García Ascot sobre el exilio español, fue un éxito que se logró con el apoyo económico de la embajada de España en México.