Directora General: Carmen Lira Saade
Director Fundador: Carlos Payán Velver
Domingo 15 de junio de 2014 Num: 1006

Portada

Presentación

Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega

Burocracia mata ciencia
Manuel Martínez Morales

Tsutsui y el desenfreno
Ricardo Guzmán Wolffer

La vida bajo un toldo
Ollin Velasco

¿Constitución?
Leonardo Compañ Jasso

Procesos electorales:
la reducción de
la democracia

Clemente Valdés S.

Sin paz para Octavio
Rodolfo Alonso

Leer

Columnas:
Perfiles
Abraham Truxillo
Jornada Virtual
Naief Yehya
Artes Visuales
Germaine Gómez Haro
Bemol Sostenido
Alonso Arreola
Paso a Retirarme
Ana García Bergua
Cabezalcubo
Jorge Moch
Jornada de Poesía
Juan Domingo Argüelles
Cinexcusas
Luis Tovar


Directorio
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@JornadaSemanal
La Jornada Semanal

 

Alonso Arreola
Twitter: @LabAlonso

Lo que no imaginó –o sí– Vasco da Gama

Seguro que vuestra merced, lectora, lector del séptimo día, tiene un buen amigo o amiga cuyas recomendaciones discográficas deban ser tomadas en cuenta, cuyo gusto sonoroso le parezca atento a lo nuevo pero sobre todo a lo original. Es probable que conozca a alguien, además, profundamente interesado en la literatura, la pintura o el cine. Seguro que de esa persona toma consejos pues le cansa flotar a la deriva en los océanos de la incertidumbre. Tal vez, incluso, tiene contacto con alguien que explora mapas gastronómicos, lo que a usted le reduce infructuosas y caras expediciones. Suponiendo ello, recordamos que el papel primigenio de los programadores y curadores de festivales es, precisamente, el de actuar como esos amigos de confianza abocados a filtrar la desmesura con preceptos que establecen rutas alternas y de limpidez magnética.

Así es el Festival Músicas do Mundo de la ciudad de Sines, en Portugal, que este año, en el mes de julio, cumplirá 15 de haberse fundado. Se trata de un ejemplo asombroso en la Europa herida por la macroeconomía. Es un evento de crecimiento sostenido que muestra su espíritu sincrético, incólume, ajeno a las presiones del mainstream, impulsado por programadores, patrocinadores y gobernantes digamos… diferentes a los que desean redes llenas por la vía que sea. Revisando el historial de su programación hasta 2014, incluso creemos que se ha hecho más “arriesgado”, pues decididamente se compromete con una vena que en otras latitudes parece sospechosa a quienes sólo desean divertirse, entretenerse en albercas conocidas. Dicho con simpleza, apuesta por una premisa básica que le da longevidad y atracción: la de ser más lo que es.

O sea que el festival de Sines, en buena medida, representa un oasis de tolerancia e integración, un muestrario de rarezas que saben conectarse con grandes audiencias a través de su singularidad. Ello se hizo patente desde 1999, cuando decidió que su inspiración sería Vasco de Gama, el más grande explorador portugués nacido, precisamente, en su seno acuático. De él se conocen muchas hazañas, como la de navegar de Europa a India rodeando África. Por eso, soslayando controversias históricas y concentrándonos en su herencia marítima, podríamos hacer analogía y decir que, como el festival, hizo “más chico al mundo”.

Con ese espíritu, por favor, dirija su proa virtual hacia las aguas de Sines, que en su décimo quinto aniversario albergará a más de cuarenta proyectos del mundo. Zarpe primero, como hacen los videos en su sitio de internet, con los finos vientos de Mulatu Astatke, padre del jazz etíope. Pase luego por la bahía de Ibrahim Maalouf, trompetista de Beirut. Surque luego las portentosas aguas del armenio Tigran Hamasyan, pianista interesado en el jazz de vanguardia, el rock progresivo y la música clásica. Dé un golpe de timón hacia Mélissa Laveaux, canadiense con ascendencia haitiana radicada en París, portadora de un delicioso pop que reúne sus múltiples raíces. Cruce entonces el Atlántico hasta La Yegros, cantautora que recupera la cumbia argentina de forma antisolemne. En las mismas tierras, escuche a Soema Montenegro, improvisadora de Buenos Aires.

Cargue provisiones y pinte singladuras rumbo a África. Debademba será su destino. Combo de músicos de Burkina Faso y Mali avecindados en Francia muestra uno de los más renovados discursos del continente negro, el que rodeará después para enfilar sus velas hacia Madagascar. Allí déjese arrobar por los oficios de Teta, virtuosísimo guitarrista y cantante. Cruce luego el Canal de Suez y atraque en el Mediterráneo para brincar a Polonia, donde lo espera la multiinstrumentista Carolina Cicha, dedicada a un rock distorsionado en el que caben suavidades inesperadas. De regreso a las aguas de América, el estadunidense Colin Stetson lo dejará boquiabierto con el abordaje de un discurso de saxofones pasados por efectos y técnicas radicales. También sumergido en la experimentación, el bretón Krismenn compartirá un trabajo notable en el que conviven la electrónica, el beat box, el hip hop y otros géneros urbanos.

Abandone finalmente su navío en el Pacífico centroamericano, luego de cruzar el canal de Panamá. Visite Colombia, allí donde Cimarrón lleva veinte años tocando música llanera y vertiginosa. Haga todo el recorrido y alárguelo más aún, desde su casa, pilotando su computadora-barco en el Festival Músicas do Mundo de Sines. Sueñe como lo habrían hecho los antiguos exploradores temerosos al abismo de una tierra plana. Trace portulanos sentimentales que develen playas desconocidas, auténticas, allí donde la huella de los codiciosos no ha izado del todo su bandera. Buen domingo. Buena semana. Buenas olas.