Directora General: Carmen Lira Saade
Director Fundador: Carlos Payán Velver
Suplemento Mensual  Director: Iván Restrepo
Edición: Laura Angulo   2 de junio de 2014
Número Especial

Portada

Presentación

Qué es el gas natural
de pizarra, gas de
esquistos o gas shale

Raúl Manisse

La invitación de
México al mundo

Lo que le espera a un país con el fracking: el caso de España

¿Es rentable la técnica
del fracking?

Los peligros del fracking
para la salud

María Valerio

La Alianza Mexicana
contra el Fracking

La opinión de Greenpeace

Mientras entregan a las trasnacionales otro tesoro enterrado, en Los Ángeles…

En México, expertos,
académicos, legisladores y
activistas contra el fracking

No quieren el fracking en
España ni en Europa

De última hora: luz verde al fracking en Inglaterra


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En México, expertos, académicos,
legisladores y activistas contra el fracking

El lunes 24 de febrero se celebró en el Senado de la República un foro para analizar el impacto ambiental y social que ocasionaría en el país la utilización de la técnica del fracking para extraer petróleo y gas shale. Fue organizado por el Instituto Belisario Domínguez y la Alianza Mexicana que se opone a dicha técnica de extracción. Los especialistas en el tema y demás asistentes llamaron la atención sobre los altos costos que el país, la sociedad como un todo, pagaría en términos de agua, salud, cultivos agrícolas, flora y fauna, y la ganadería. Además de que extensas áreas serían adjudicadas a las empresas que lleven a cabo tal explotación.

También destacaron cómo en otros países está prohibido el fracking, no así en Estados Unidos donde ha causado muchos problemas pero ha terminado por imponerse gracias a una machacona publicidad que lo presenta como la salvación energética para esa potencia y el mundo. Se ocultan en cambio los altos costos de la explotación en términos económicos, sociales y ambientales pues son incontables los daños que ocasiona.

Los invitados al foro destacaron que el fracking utiliza una enorme cantidad de agua a la que se agrega arena y sustancias tóxicas que afectan la salud y el medio ambiente. El maestro John Saxe Fernández destacó que para cada pozo se requieren cuatro toneladas de sustancias tóxicas y 2 mil 500 pipas de agua potable de 10 mil litros cada una. Si las proyecciones que hacen los funcionarios es de explotar miles de pozos en el país, fácil es calcular el derroche de líquido y los problemas que ocasionarán las sustancias tóxicas.

Por su parte, el senador Javier Corral destaco la poca información que existe sobre los efectos ambientales que ocasionará la reforma energética. Pero al ir conociendo cada uno de ellos le reafirma su convicción de que no debe aprobarse en los términos en que quiere el Ejecutivo federal y los grupos políticos que lo apoyan en el Congreso de la Unión. Hace falta más información y medidas claras para defender el medio ambiente y recursos tan valiosos y escasos como el agua y a la población. Por eso destacó la necesidad de que en las discusiones participen activamente las comisiones de Medio Ambiente, Cambio Climático, Desarrollo Urbano, de Recursos Hidráulicos y de Derechos Humanos. Su participación es fundamental al discutir y votar las leyes secundarias, agregó.

La investigadora Claudia Campero ejemplificó al respecto que la mezcla que se agrega al agua son 300 mil litros de químicos (metales pesados y materiales radiactivos) que pueden ocasionar cáncer y otras enfermedades no menos graves. Más la arena. Esa agua saldrá de regiones ubicadas, por ejemplo, en Veracruz, Tamaulipas y Chihuahua. Y señaló además que se habla de nueve a 29 millones de litros de agua, pero en Michigan se tiene información de que son 80 millones de litros de agua por pozo.

El país sin andamiaje legal y técnico para enfrentar al fracking

Por su parte, Víctor Litchinger, quien fuera secretario del Medio Ambiente la mitad del sexenio de Vicente Fox, destaca en un artículo que si bien la reforma energética es muy importante para el crecimiento económico y la competitividad del país, se habla muy poco del riesgo que la mayor inversión y actividad petrolera puede significar para el ambiente y la salud de los mexicanos. Y muy especialmente si el Estado “no se prepara rápidamente con regulaciones adecuadas y capacidades institucionales que aseguren la protección ambiental y la salud pública”.

Destaca Litchinger cómo ni en la propuesta de Peña Nieto, ni en las enmiendas hechas en el Senado con la anuencia del PAN, incluyen algo valioso sobre la necesidad de fortalecer las instituciones en materia de protección ambiental. Y que fue el Partido Verde el que introdujo, de última hora, la necesidad “de crear una nueva Agencia de Seguridad Industrial y Protección Ambiental para enfrentar el reto que se deriva de la entrada al país de nuevas empresas dedicadas a actividades con riesgos ambientales muy altos”.

Agrega que los retos futuros en materia petrolera tienen que ver con la explotación petrolera en aguas profundas y la extracción de petróleo y gas no convencional, utilizando la tecnología del fracking hidráulico.

Y ello debido a que el gobierno mexicano no cuenta con la capacidad técnica, el entendimiento y los recursos institucionales y humanos necesarios para su regulación. “Si esto no cambia, y las inversiones entraran al país sin la supervisión correcta, seguramente éstas generarán problemas ambientales muy serios e impactos quizás irreversibles”. Para el caso de la explotación en aguas profundas, el ex secretario ejemplifica con el enorme accidente que ocasionó la British Petroleum en aguas del Golfo de México. Y en el del fracking, recuerda la experiencia negativa que ya carga Estados Unidos en la materia, enumerando los riesgos asociados a tal forma de explotación:

  1. Liberación del gas metano que se encuentra atrapado en las formaciones geológicas y la ineficiencia en captarlos completamente, dando pie a liberaciones o emisiones fugitivas que son sumamente contaminantes y tienen un importante impacto en el cambio climático.

  2. La liberación de compuestos orgánicos volátiles que se evaporan del coctel de substancias mezcladas con agua que utilizan las empresas para inyectar a altas presiones al subsuelo. Esto, con el fin de fracturar las rocas y liberar el gas. Éstos son precursores importantes del ozono.

  3. La posible contaminación con substancias altamente tóxicas de los cuerpos de agua subterráneos y superficiales.

  4. Los impactos en la salud en las personas que se abastecen de los pozos de agua cercanos o respiran las emanaciones provenientes de los sitios de explotación.

  5. Otros efectos negativos en la ganadería y la agricultura a través de la contaminación del agua y del suelo.

  6. Los impactos que las perforaciones pudieran tener en los ecosistemas y la biodiversidad.

La depredación de las reservas de agua potable sobre todo en zonas donde ya existe y escasez.