Directora General: Carmen Lira Saade
Director Fundador: Carlos Payán Velver
Suplemento Mensual  Director: Iván Restrepo
Edición: Laura Angulo   2 de junio de 2014
Número Especial

Portada

Presentación

Qué es el gas natural
de pizarra, gas de
esquistos o gas shale

Raúl Manisse

La invitación de
México al mundo

Lo que le espera a un país con el fracking: el caso de España

¿Es rentable la técnica
del fracking?

Los peligros del fracking
para la salud

María Valerio

La Alianza Mexicana
contra el Fracking

La opinión de Greenpeace

Mientras entregan a las trasnacionales otro tesoro enterrado, en Los Ángeles…

En México, expertos,
académicos, legisladores y
activistas contra el fracking

No quieren el fracking en
España ni en Europa

De última hora: luz verde al fracking en Inglaterra


Números anteriores


Correos electrónico:

[email protected]
[email protected]

 

Los peligros del fracking para la salud

María Valerio

Esta reportera española señala cómo las organizaciones ecologistas han sido las voces más críticas con los daños medioambientales de la técnica del fracking y advierte sobre los posibles riesgos para la salud derivados de algunos de los “ingredientes” que emplea esta polémica tecnología. Y cita al respecto los hallazgos de un grupo de científicos de la Universidad de Misouri, publicados en la revista Endocrinology.

Encabezados por Susan Nagel (del Departamento de Obstetricia de esta institución), los científicos analizaron cientos de compuestos químicos de los que se añaden al agua para perforar la roca en varios puntos del condado de Garfield, en Colorado –una región con más de 10 mil perforaciones de gas–, y compararon su composición con muestras obtenidas en localizaciones sin ninguna instalación de fracking.

Sus conclusiones advierten que al menos 100 de los más de 750 compuestos químicos que se emplean en la fractura hidráulica son conocidos por sus efectos hormonales para el ser humano. Concretamente, los investigadores analizaron 12 de ellos y advierten de su conocida capacidad como disruptores endocrinos. Es decir, en contacto con las hormonas del organismo humano, estas sustancias son capaces de alterar funciones sexuales, reproductivas, causar infertilidad, anomalías genitales, e incluso diabetes y algunos tipos de cáncer.

La reportera también recuerda un estudio publicado en 2012 en Science of the Total Environment en el que se alertaba de los riesgos derivados de las emisiones al ambiente de partículas contaminantes, como hidrocarburos y bencenos, que “son considerados cancerígenos por la Organización Mundial de la Salud (OMS)”.

A su juicio, el problema es que muchas de las sustancias que emplean estas prospecciones afectan a muchos órganos, “no se quedan solo en el sistema respiratorio, la piel o el sistema digestivo (si se ingieren a través de agua contaminada, por ejemplo) sino que son capaces de atravesar el epitelio y afectar al sistema inmunitario, cardiovascular... Un estudio en Estados Unidos, por ejemplo, observó un 60 por ciento de aumento del riesgo de cáncer en la población que vivía a un kilómetro a la redonda de estos puntos”.

Imitadores de hormonas

Además, hace notar que en ese trabajo no se analizan concretamente los efectos de estas sustancias; por ejemplo, en trabajadores de estas perforaciones o a través de la contaminación de acuíferos cercanos, como sostienen los grupos ecologistas que se oponen a la fractura hidráulica. Pero sí señala que estos mismos compuestos –que en otros trabajos han mostrado sus riesgos para el ser humano– se usan habitualmente en el fracking. “Con el auge de estas instalaciones, la población se enfrenta a un riesgo creciente derivado de los disruptores endocrinos”, advierte Nagel en una nota de prensa divulgada por su universidad.