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Quieren destruir el Estado: premier Yatseniuk

Fervor pro ruso abre nueva fase de la crisis en Ucrania
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Activistas pro rusos de Donietsk ocuparon oficinas gubernamentales de esta ciudad del este de Ucrania para proclamar la independencia y pedir ayuda militar a Rusia. Unas dos mil personas se manifestaron para exigir la realización de un referendo similar al de Crimea para anexarse a la Federación RusaFoto Reuters
Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 8 de abril de 2014, p. 19

Moscú, 7 de abril.

Ante la negativa de los diputados regionales a celebrar una sesión extraordinaria, cerca de dos mil personas, la mayoría jóvenes, gritando consignas pro rusas y algunos portando armas automáticas de alto poder, proclamaron este lunes la independencia de la República Popular de Donietsk y quieren realizar, dos semanas antes de los comicios presidenciales del 25 de mayo siguiente, un referendo sobre su adhesión a Rusia.

La crisis política en Ucrania, de este modo, entró en una nueva y peligrosa fase con el creciente aumento de la tensión en Donietsk, pero también en Lugansk, Jarkov y otras ciudades del este del país.

Siguiendo el guión crimeo, los insurrectos de Donietsk –muchos de ellos, según los medios ucranios, jóvenes llegados de Rostov y otras regiones rusas fronterizas– pidieron ayuda militar a Rusia, aunque ésta no se da prisa en enviar a sus soldados.

El contexto en el este ucranio es diferente al de Crimea y los sondeos indican que una intervención militar rusa no contaría con el respaldo de la mayoría de la población. Habría una previsible resistencia armada que pondría a Ucrania en guerra con Rusia, aunque la superioridad rusa en armamento y número de efectivos no está en duda.

El Kremlin lo sabe mejor que nadie y se comporta, de manera desafiante, cuidadoso de no traspasar la línea que derivaría en abierta contienda. El ruido mediático que hacen los grupos de radicales pro rusos en el este ucranio, al borde de provocar un enfrentamiento violento con las autoridades, se inscribe en la estrategia de Moscú.

La cancillería rusa, esta tarde, no tardó en reiterar: como hemos señalado en muchas ocasiones, sin una reforma constitucional real en Ucrania, que introduzca una federación que garantice los derechos de todas las regiones, conserve el estatus de neutralidad del país y refuerce el papel especial del idioma ruso, es difícil esperar que el Estado ucranio alcance estabilidad duradera.

Para el primer ministro ucranio, Arseni Yatseniuk, “los llamados a federalizar Ucrania no son sino intentos de destruir el Estado ucranio y (…) de desmembrar parte de Ucrania para convertirla en territorio de esclavitud bajo dictado de la Federación Rusa”.

Con los mismos métodos violentos que Moscú criticó en el modus operandi de los neonazis en Kiev, grupos de radicales pro rusos mantienen ocupados edificios gubernamentales en ciudades del este ucranio, mientras cerca de 30 mil soldados rusos se concentran cerca de la frontera con Ucrania, en espera de recibir la orden de intervenir en caso de que se produzca una derramamiento de sangre.

Pero el método de presionar con un referendo separatista no funcionó en Jarkov, la segunda ciudad más grande de Ucrania, donde el alcalde pro ruso, Guennadi Kernes, dejó en claro hoy que ahí no hay ningún fundamento legal para celebrar un plebiscito debido a que Jarkov siempre ha sido parte de Ucrania, aunque admitió que sería positivo realizar una encuesta sociológica para mostrar las preferencias de los habitantes de la ciudad.

En Lugansk, un pequeño grupo pro ruso fracasó en el intento de ocupar la sede del gobierno y, entre 200 y 300 personas, piden celebrar un referendo en un mitin en la plaza principal, rodeados de policías.

El separatismo en las regiones orientales de Ucrania, más que inspirado por el caso de Crimea, parece inducido por los operadores políticos del Kremlin para, bajo la amenaza de fragmentación del país, presionar al gobierno de Kiev con dos propósitos: impedir que se celebren las elecciones presidenciales del 25 de mayo y forzar una asamblea constituyente que convierta Ucrania en federación.

Desde Washington, el vocero de la Casa Blanca, Jay Carney, expresó preocupación por los hechos del fin de semana, que van en el sentido de una escalada, y pidió al presidente Valdimir Putin poner fin a sus esfuerzos por desestabilizar Ucrania, reportó la agencia de noticias Afp.

En Bruselas, mientras tanto, la Organización del Tratado del Atlántico Norte impuso restricciones a la libertad de movimiento de diplomáticos de Rusia dentro de las oficinas centrales del organismo y señaló que en el futuro, sólo el embajador ruso o su representante, así como dos colaboradores, podrán moverse libremente dentro del edificio, informó Dpa.