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Isaías Merino acepta que no sabe inglés, pero poco a poco “hablaré el idioma de los gringos

Quiero ir a jugar basquetbol a EU para no estar metido en las drogas: niño triqui

Los deportistas oaxaqueños ganaron 58-6 un partido amistoso contra una escuadra rarámuri

 
Periódico La Jornada
Lunes 7 de abril de 2014, p. 6

A Isaías Merino se le ilumina la cara y ríe cada vez que escucha foto, foto, foto, de las personas que le piden a los niños triquis tener un recuerdo con ellos.

Cada vez que estos pequeños se encuentran en la ciudad de México, llenan las canchas de basquetbol en las que se presentan. Ayer no fue la excepción en la Unidad Deportiva Francisco I. Madero, en Iztapalapa, en la que cientos de apasionados del deporte ráfaga de todas las edades se deleitaron para ver un partido de exhibición entre niños triquis y rarámuris.

La fama del equipo indígena oaxaqueño trascendió fronteras con su hazaña en el Festival Internacional de Minibasquetbol en Córdoba, Argentina, que ganaron el año pasado, al jugar descalzos, como lo hacen en su comunidad dos veces al día después de la escuela.

Merino es alto y Paulino Martínez, de los chaparritos, y muy risueños. Ambos son parte del equipo que se coronó en la cita argentina, cuyo logro les abrió las puertas para ser visibles y escuchados por los políticos, directivos y grandes luminarias del basquetbol profesional de Estados Unidos en su visita a San Antonio, para jugar en la duela de los Spurs.

Tres de ellos recibieron becas para ir a estudiar y jugar el deporte de las canastas en California y Texas. Dejarán a sus familias y amigos en busca del sueño americano.

Vale la pena, dice con voz baja Isaías, quien muestra timidez ante el tumulto de personas que lo rodean antes de irse a la cancha bajo un calcinante sol y aunque trae tenis debe quitárselos porque así es como juegan en su región.

–¿Te dieron permiso?

–Sí. No me quiero quedar, allá (en su comunidad) es muy delicado. A los niños y niñas nos casan a los 12 años, algo está cambiando, pero si no me voy ni hago lo que me gusta estaría metido en las drogas.

Foto
En la delegación Iztapalapa del Distrito Federal, la escuadra de los niños triquis aplastaron 58-6 a un representativo de menores rarámuris. Al final del partido amistoso se les regaló un equipo de cómputoFoto Jesús Villaseca

Isaías domina el zapoteco y no se pone nervioso por no saber hablar inglés. Dice que así como aprendió hablar poquito el español también lo hará con el idioma de los gringos y no tiene prisa por saber, pero sí por irse en mayo para entrar a la secundaria.

El profesor de educación física en Oaxaca Luis Manuel Gallegos llegó con los niños triquis, porque la mayoría de los titulares participan en un torneo en Monterrey con el entrenador Sergio Zúñiga.

Relata que nada ha cambiado en el entorno de los menores triquis como tampoco se pensaba hasta dónde llegarían cuando conquistaron el campeonato y ahora son toda una celebridad y son recibidos como héroes en las ciudades que han visitado.

Su vida es la misma, escuela y entrenamiento. Nada de calificaciones bajas porque si no mantienen un promedio de 8.5 no tienen salidas. ¿Becas? Siguen en pie y esperamos que los ayuden en las escuelas, señala Gallegos.

En su comunidad y con apoyo del gobierno federal y estatal lograron remodelar la escuela y tener un gimnasio techado con duela, comenta el joven profesor.

Ayer, los Gigantes descalzos dieron muestra de su dominio con el balón frente al equipo rarámuri Cuitecos, que se fueron tristes por la derrota de 58-6 en el juego de exhibición, aunque al final todos terminaron sonrientes con las tablets que les obsequió Jesús Valencia Guzmán, delegado de Iztapalapa, en el arranque del torneo escolar nacional 200 mil estudiantes por México.