Directora General: Carmen Lira Saade
Director Fundador: Carlos Payán Velver
Domingo 16 de marzo de 2014 Num: 993

Portada

Presentación

Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega

Apuntes sobre la canción
John Berger

Recetas para acercarse
a José Emilio Pacheco

Elena Poniatowska

Cruzando fronteras
en Mahahual

Fabrizio Lorusso

Leer

Columnas:
Bitácora bifronte
Ricardo Venegas
Monólogos compartidos
Francisco Torres Córdova
Mentiras Transparentes
Felipe Garrido
Minificciones
Febronio Zataráin
La Otra Escena
Miguel Ángel Quemain
Bemol Sostenido
Alonso Arreola
Las Rayas de la Cebra
Verónica Murguía
Cabezalcubo
Jorge Moch
Galería
Rodolfo Alonso
Cinexcusas
Luis Tovar


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La Jornada Semanal

 

Alonso Arreola
Twitter: @LabAlonso

Sábado Distrito Federal

Hace unos días veíamos el documental New York Doll a propósito, justamente, de los New York Dolls, banda señera del proto punk y del glam rock. En un momento dado, mientras hablaba su vocalista David Johansen, sonó de fondo “London Calling”, de The Clash. “Qué buena rola”, pensamos. Y acto seguido: “Sería interesante identificar más canciones dedicadas a grandes capitales.” Recordamos entonces el tema “Where Are We Now?”, del nuevo disco de David Bowie (The Next Day), así como los álbumes Michigan e Illinois, de Sufjan Stevens (quien desea dedicar uno a cada estado de la Unión Americana). Llegamos luego, como quien cae a un pozo,  a “En la ciudad de la furia”, de Soda Stéreo, tema bonaerense, y de ahí “A Passage to Bangkok”, del trío canadiense Rush. Entonces nos dimos cuenta de algo: en geografías distintas a las del rock urbano que fabrica seguidores en la periferia de las urbes mexicanas, en tiempos distintos a los del Tri, Rockdrigo, Botellita de Jerez, Jaime López, Monocordio, Óscar Chávez, Chava Flores y otros iconos citadinos, los compositores más jóvenes no atienden mucho a su contexto físico inmediato. Como que les avergüenza.

Al otro lado del Río Bravo, empero, no importa si se trata de “Viva Las Vegas” con el Rey Elvis Presley o de “Waking Up in Vegas” con la popera Katy Perry; si es “Memphis” con PJ Harvey o “Memphis, Tennessee” de la leyenda Chuck Berry; si “Sailing to Philadelphia” del virtuoso guitarrista Mark Knopfler o “Streets of Philadelphia”, de el Jefe Bruce Springsteen; en general cantarle a las ciudades es fundamental para el arraigamiento y el orgullo, y también para el chauvinismo más ramplón. De cualquier modo nos parece esencial.

En México se ha dedicado mucho repertorio a ciudades, pero en géneros tradicionales alejados del pop y del rock, a los que nos acercamos hoy. Del “Son de la negra”, dedicado a Guadalajara, al “Caminante del Mayab”, de Cárdenas, son muchos los monumentos aéreos que pueden enfrentar a contrincantes como “La chica de Ipanema”, de Antonio Carlos Jobim o “Mi Buenos Aires querido”, de Gardel y Le Pera. Es curioso, por el contrario, que hayan sido Bill Haley y sus cometas quienes grabaran “Tampico Twist”, o Los Auténticos Decadentes “Distrito Federal”, o Manu Chao “Welcome to Tijuana” (ciudad a la que sí ha enaltecido la electrónica de Nortec Collective). Claro, dirían unos, del otro lado de la cerca el pasto siempre es más verde.

Otros que han hecho música y letras notables para ciudades poco comunes son: Falco, quien propuso un eco a The Clash con “Viena Calling”, Gorillaz y su bella “Hong Kong”, Beirut (banda de nombre citadino) con la acústica “Nantes”, los lúdicos Zebda con “Toulouse”, Neil Young inspirado en “Albuquerque”,  R. E. M. con la poderosa “Houston” y el exageradísimo Bon Jovi sobre “Santa Fe”. En géneros alejados del rock podemos escuchar al francés Jacques Brel con la cabaretera “Bruxelles”, a Edith Piaf cantando “C’est a Hambourg” (en el fondo dedicada a muchas ciudades), a Bob Marley con “Concrete Jungle” pensada en Kingston, a un joven Tom Zé con “Sao, Sao Paulo” y “Let’s Move to Cleveland” con el enloquecido guitarreo de Frank Zappa. En plan más raro están el dominicano Juan Luis Guerra con “Bachata en Fukuoka”, el dúo francés de electropop Air con su diáfana “Alone in Kyoto” (parte de la banda sonora de Lost In Translation), el emblemático Bob Seger y su boba “Katmandu”, los metaleros de Angra distorsionando a la acuática “Lisbon”, el padre del hip hop Gil Scott-Heron solidarizándose con “Johannesburg” y hasta Freddie Mercury junto a Montserrat Caballé en “Barcelona”.

Así las cosas, lectora, lector, piénselo: en algo se parecen las búsquedas piel adentro y fuera de un continente. Ambas son escapes. Cantarle a lo inasible, a lo inefable, a lo lejano, a lo añorado, al pasado y al futuro, todo eso es necesario pero inconcreto. Quien participa de la molienda diaria y enfoca la acera de enfrente o dedica una pieza al parque cercano (allí está “Nostalgia in Times Square”, de Charles Mingus), a veces consigue ser un compositor más completo, pues usa el concreto y la hierba que lo circunda. A veces.

Podríamos investigar durante meses las canciones inspiradas en un lugar como París, verbigracia, y no terminaríamos. Sólo mientras pasan los minutos el cancionero que vamos encontrando aumenta. Pero insistimos: ¿están listas las ciudades de México para renovar su piel sonora? Ahora escuchamos a Los Negretes y su México City Blues¸ a Juan Cirerol y su Ofrenda al Mictlán. Bien por ellos. ¿Quién más se animará? Buen domingo. Buen asfalto. Buenos sonidos.