Directora General: Carmen Lira Saade
Director Fundador: Carlos Payán Velver
Domingo 9 de febrero de 2014 Num: 988

Portada

Presentación

Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega

Hacia el encuentro
de José Rolón

Edgar Aguilar entrevista
con Claudia Corona

Maquiavelo y la
concepción cíclica
de la historia

Annunziata Rossi

Yves Bonnefoy y el territorio interior
Homero Aridjis

Nicolás Maquiavelo
a Francesco Vettori

Annunziata Rossi

Leer

Columnas:
A Lápiz
Enrique López Aguilar
Jornada Virtual
Naief Yehya
Artes Visuales
Germaine Gómez Haro
Bemol Sostenido
Alonso Arreola
Paso a Retirarme
Ana García Bergua
Cabezalcubo
Jorge Moch
Prosaismos
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Cinexcusas
Luis Tovar


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La Jornada Semanal

 

Alonso Arreola
Twitter: @LabAlonso

Cinco comentarios al Grammy

Los productores y jurados estadunidenses se pintan solos para sesgar y truquear el rumbo de ceremonias que dicen reflejar el statu quo del entretenimiento. El Grammy no es la excepción pero, aun así, sigue influyendo en miles de medios, periodistas y programadores. Claro, ya no es parámetro de calidad, pues hoy tenemos plataformas personalizadas como Spotify. Pero bueno, por su añeja jerarquía tenemos cinco comentarios a dos semanas de ocurrida la ceremonia de entrega.

1. Ojalá llegue el día en que le paren a los dúos y “colaboraciones” en vivo. Son tan forzados como el chilatole veracruzano, con la enorme diferencia de que saben mal mientras el manjar es invento olímpico. Por más preciados que sean los tiempos “al aire”, nos parece patético que unos y otros entertainers tengan que ayuntarse comprimiendo sus éxitos. No importa si son Metallica y el pianista chino Lang Lang o Nine Inch Nails con Queens of The Stone Age. La idea demerita a todos.

2. En 2014 los organizadores decidieron homenajear a glorias del pasado para retomar su propia credibilidad y revivir el glamur, sobre todo del rock, pues ya no pueden medir su tremenda segmentación. No pasa lo mismo con el pop, el country o el rap que, de naturaleza comercial y homogénea, consiguen rápidos consensos. Tampoco se siente el vacío de la música clásica, el jazz, los proyectos latinos, tradicionales o las producciones infantiles. Salvo excepciones, se muestran los mismos nombres siempre (ganaron Herp Albert, Paquito D’Rivera, Michael Bublé, Randy Brecker, Gipsy Kings, Wayne Shorter), esto por el trabajo de managers, disqueras y la apatía de productores que televisan pocos de los ochenta y dos premios totales.


Gary Clark Jr.

El caso es que ahora por la alfombra roja caminaron Paul McCartney, Ringo Starr, Yoko Ono, Chicago, Black Sabbath, Cyndi Lauper y otros titanes. Ello obligó a premiarlos. ¿Se imagina querida lectora, lector? El Mejor Álbum de Rock fue Celebration Day, de Led Zeppelin; el Mejor Performance de Metal fue “God is Death”, de Black Sabbath; la Mejor Canción de Rock fue “Cut Me Some Slack”, de Dave Gröhl y Paul McCartney (quien también ganó por Mejor Música de Película: Live Kisses). El Mejor Álbum de Teatro Musical fue Kinky Boots, de Cyndi Lauper, y el Mejor Box Set fue para Wings. Otros nominados eran David Bowie y Neil Young. Vaya. Aunque sus trayectorias sean encomiables, estos galardones son tan forzados como la última ocurrencia de Cristian Castro: cantar metal (sí, reímos). Claro, también ganaron tres infaltables, dos de ellos talentosos: Alicia Keys y Justin Timberlake (Mejor Álbum y Mejor Canción de R&B respectivamente); otra sobrevaluada: Rihanna (Mejor Álbum de Música Urbana). Fuera de lugar fue el premio de Música Alternativa a Vampire Weekend. Buenos, pero videos raros no te hacen alternativo.

3. Como sea, no hay punto de comparación entre los nombres de arriba y, por ejemplo, Imagine Dragons, ganadores por Mejor Performance Rock (entrando al juego: ¡le ganaron a “Kashmir”, de Zeppelin, también nominada!). Grupo transgénico que mezcla rock y teatro burdo, cumple con: letras estúpidas, vestuario monocromático, hartas luces, actitud “furiosa”, composiciones regulares y patrones bobos en tambores gigantes (copia del ensamble japonés Yamato). Feo.

4. La neozelandesa Lorde actuó y ganó como se debe: sola. Recomendamos su pop. Armando Manzanero, pese a lo que se opine sobre su gestión en la Sociedad de Autores y Compositores de México, recibió un reconocimiento merecido. Draco Rosa ganó como Mejor Álbum Pop Latino. Lo aplaudimos. Otras categorías que los medios no especializados olvidan, pero que sirven para ampliar los recintos del oído, son: Mejor Álbum Hablado (Stephen Colbert), Mejor Performance Musical de Gospel (Tasha Cobbs), Mejor Interpretación de Conjunto de Cámara (Roomful of Teeth), Mejor Álbum de Americana (Emmylou Harris, Rodney Crowell), Mejor Álbum Folk (Guy Clark), Mejor Álbum de Comedia (Kathy Griffin), Mejor Composición Clásica Contemporánea (Maria Schneider), Mejor Álbum de Blues (Ben Harper y Charlie Musselwhite), y uno extraordinario: Mejor Performance de R&B Tradicional al tremendo Gary Clark Jr. ¡Búsquelo!

5. Los grandes ganadores de la noche (el “canon” indica que debe haberlo) fueron Daft Punk, dúo francés de electropop, con Random Access Memories, así como su productor Pharrel Williams. Lo merecieron, pero no por el multipremiado tema “Get Lucky”, sino por el disco entero, notable en caprichos y abrevaderos. Otros victoriosos fueron Macklemore & Ryan Lewis, raperos que finalmente refrescan la vena blanca del género tras lo hecho por Beastie Boys y Eminem. También merecido es lo de Bruno Mars con Unorthodox Jukebox. Ya lo habíamos comentado en esta columna. Y aquí le paramos, a menos que usted dialogue por Twitter. Entonces le seguimos. Buen domingo. Buena semana. Buenos sonidos.