YO PECADORA

Roxana Miranda Rupailaf

Confieso que le he robado el alma al corazón de Cristo,
que maté a una flor por la espalda
y le disparé a la cigüeña.
Confieso
que me comí todas las manzanas
y que suspiro tres veces
al encenderse la luna.
Que le mentí a la inocencia
y golpeé a la ternura.
Confieso que he deseado a mis prójimos
y que tengo pensamientos impuros

                                 con un santito.
Confieso que me vendí por dinero.
Que no soy yo
y que he pecado de pensamiento,
palabra y omisión
y confieso, que no me arrepiento.

Evas

Hágase la tierra.
Le pondremos viento en el ombligo
y mar entre las piernas.

Hágase la luz y las estrellas.
En sueños celestes trasnocharé para no ser vista.

Háganse los peces, los animales, las aves.
Multiplíquense y habiten el reino de mis caderas.

Háganse las flores y los frutos
para simular la fiesta.

Hágase el hombre del barro de mi garganta
que de la saliva salga a cantar.

Hágase la mujer a mi imagen
con la divina dulzura del lenguaje.

Amanece...

Amanece.
Mi alma trina,
tengo sangre en los soles carnales.
Una rosa abierta,
crucificada en mi cuerpo.
Tengo el volcán activo
en el sostén del deseo.
Y va quemando plumas del tiempo.
Tengo las llamas del cielo
convulsionado en mis pechos
y la pasión repartiendo en un vuelo
rojas gavillas de besos.
Voy y dejo ardiendo los campos,
soy una lloica de fuego.

Roxana Miranda Rupailaf, poeta mapuche, nació en Osorno, Chile, en 1982. Trabaja como profesora de lengua castellana en la Universidad de Los Lagos. Ha publicado La tentaciones de Eva (2003), La seducción de los venenos (2008) e Invocación al Shumpall (2009). Aunque ha sido traducida al mapundugun, escribe en castellano. Sin embargo, se asume parte de su pueblo y usa su palabra para defenderlo de la dictadura que, ha dicho, podrá haber acabado para los chilenos, pero no para los mapuche. En una entrevista explicaba: “Mis abuelos no quisieron hablar su lengua por miedo a la discriminación y el idioma se perdió en mi familia. Me quitaron el lenguaje a través de la educación. Aunque aprenda mapudungun, sería mi segunda lengua porque yo ya aprendí a escribir y pensar en castellano”.