Simojovel, Chiapas, 1980

JUAN GELMAN EN CHIAPAS,1994

El cuatro de enero de 1994, como enviado del diario nacional Página 12, llegó a San Cristóbal de las Casas el poeta Juan Gelman, dispuesto a entender aquella nueva revolución. De las primeras cosas que vio fueron los refugiados, algo conocido para él. Aquellos huían de San Antonio los Baños, una comunidad tsotsil cercana, a causa de los bombardeos del Ejército federal. Eran días de guerra. Veinte años después podemos decir que pocos como él vieron desde el principio, con tanta rapidez y claridad, los acontecimientos de Chiapas e identificaron a sus protagonistas verdaderos. De primera mano, repentinos, lúcidos y frescos como entonces, los siguientes “Apuntes chiapanecos” de Juan Gelman, en descubrimiento de un castellano muy otro y de nuevos códigos de conducta, sirven también para saludarlo desde las páginas de Ojarasca, ahora que se nos acaba de ir.

LENGUAS (23 de enero de 1994)

Es bien particular el castellano que hablan los indígenas de Chiapas. Por ejemplo: “Viva los pobres”, dice una pinta del EZLN, así, en singular y plural. O, en palabras que pronunciara aquí el primero de enero un tsotsil del Comité Clandestino Revolucionario Indígena: “Estamos muy contento de hacer una revolución que tiene mucha causa”. Otra vez plural y singular, desacordados en este caso como si el plural del sujeto expresara un todo que obligó al singular del predicado.

Su cosmovisión
—antropológica, teológica, cosmológica— no guarda correspondencia con las categorías de Occidente y, al pasar al castellano, rompe estructuras y descubre nuevas avenidas de la lengua, como las que existieron en España durante los siglos XIV y XV. En los dos casos cabe hablar de un castellano “en estado naciente”.

“Es castilla”, dicen despectivamente sancristobalenses blancos y mestizos. Más bien parece —como Eduardo Galeano señalara respecto al castellano recién inaugurado de los indígenas guatemaltecos— que los mayas de aquí y ahora irrumpen en la sintaxis castellana con la propia y le abren espacios con su visión del mundo. Tal vez sea otra forma natural, impensada, de la resistencia indígena no terminada en estas tierras. El obispo de San Cristóbal, Samuel Ruiz, suele contar que, al término de una charla en una comunidad un indígena le dijo en nombre de todos: “Te queremos dar las gracias por la desorientación que nos acabas de dar”. Don Samuel pensó que la palabra estaba mal aplicada, que el hombre se había equivocado. Pero la expresión se repetía en otras comunidades y entonces el obispo comprendió que los indígenas querían decir que habían estado mal orientados y que su palabra los había desorientado de la falsa orientación. Los indígenas se habían referido al hecho como desconstrucción o desaprendizaje de lo recibido o impuesto: hablaban de un trabajo.

Los mayas de hoy nombran la realidad de manera muy distinta a la occidental. Su cosmovisión —antropológica, teológica, cosmológica— no guarda correspondencia con las categorías de Occidente y, al pasar al castellano, rompe estructuras y descubre nuevas avenidas de la lengua, como las que existieron en España durante los siglos XIV y XV. En los dos casos cabe hablar de un castellano “en estado naciente”. La ductilidad del castellano es muy acogedora. Último ejemplo: “¿Por qué tomaron San Cristóbal?”, preguntó un periodista al mayor Mario del EZLN, 25 años, metro y medio de estatura y castellano pedregoso. Quien respondió: “Porque estamos encabronados con lo que está pasando, estamos enojados porque nos hacen así, por eso ha habido muertos de estas tropas (del EZLN). Pero no lloremos por eso, al contrario, hoy murieron por su dignidad, murieron como debe ser un ser humano, que no va al panteón así, en balde, de cólera o sarampión, como murieron muchos aquí”.

El 7 de enero, unos 400 efectivos y 30 tanquetas del ejército entraron en Morelia, localidad situada a la entrada de la selva Lacandona que fue ocupada y luego abandonada por el ezln. Efectivos del ejército concentraron —boca abajo— a los hombres del pueblo en la cancha de basquetbol frente a la sacristía de la iglesia. Allí les tomaron declaración a los indígenas, hincados de rodillas y a culatazos. Saquearon el hospital, la escuela y la tienda del lugar. Buscaban zapatistas. Traían una lista de personas que buscaron en sus casas. Detuvieron a 31 pobladores. Se llevaron al hijo del buscado si no estaba el buscado. Los detenidos fueron señalados por otros habitantes del pueblo. “Los que salieron al principio (cuando entró el EZLN) se refugiaron en Altamirano, les dieron su arma y su uniforme y vienen como soldados y entregan a sus hermanos”, dijeron los del pueblo.

El viento de la delación es amarillo.

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MUJERES (3 de marzo de 1994)

La capitán Maribel se sumó al EZLN cuando tenía 15 años porque “me sentía triste ante la situación de la gente... y nunca había tiempo para superarnos” y “para que los jóvenes de mañana no sean como los de hoy. Tenemos que ser hoy soldados los jóvenes para que mañana puedan ser maestros y doctores”. Son jóvenes, efectivamente. La teniente Matilde tiene 18 años. La capitana Laura, 21; comanda tropas de asalto del EZLN, en cuyas filas aprendió a leer, a escribir y, desde luego, a manejar las armas. Se casó en la montaña y usa anticonceptivos. Los miembros del EZLN que se casan no pueden tener hijos y la experiencia de las guerrillas argentinas ilumina la sabiduría de esta decisión. Tampoco padecen ceremonias: sólo comunican su decisión al mando para que todos la conozcan.

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DEMOCRACIAS (6 de agosto de 1996)

Es posible que la práctica de la otredad en las distintas comunidades indígenas de Chiapas que integran el movimiento zapatista —sólo tienen una lingua franca: el castellano— permita al EZLN entender o intentar entender a las otredades mestizas y blancas que existen dentro y fuera de la selva Lacandona. El claro abierto  en ella para erigir la sede de la Convención (Nacional Democrática) sería símbolo de un vacío que sólo el talado de la selva de la costumbre, las inercias, la impotencia, permitiría llenar de futuro.

Un filósofo chino del siglo II antes de Cristo observaba que todo el mundo habla de la utilidad de lo útil y casi nadie de la utilidad de lo inútil. En nuestras sociedades mercantilistas el lugar de lo inútil sería la dignidad de un pueblo; el respeto al diferente; la lucha por una utopía, la esperanza de realizarla; la disposición a dar la vida por una causa justa. Ese tipo de inutilidad, aunque escasa, es ciertamente útil.