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letraese

Número 209
Jueves 5 de Diciembre
de 2013



Director fundador
CARLOS PAYAN VELVER

Directora general
CARMEN LIRA SAADE

Director:
Alejandro Brito Lemus

pruebate

VIH: opciones para
el buen comer

Si la buena nutrición es importante para cualquier persona, lo es más para quienes viven con VIH. Tanto la propia infección como sus tratamientos suelen dar lugar a diversos malestares relacionados con la alimentación. Si bien la asesoría médica es crucial para aliviar estos síntomas, existen algunas recomendaciones que pueden ser de utilidad.

Rocío Sánchez

Las molestias digestivas son frecuentes en las personas que viven con VIH/sida. Los síntomas más comunes son: diarrea, falta de apetito, náuseas y vómitos, inflamaciones bucales o dolores al comer y alteraciones en el sabor de los alimentos. Cada persona es diferente, por ello, es importante poner atención en cómo reacciona su organismo a ciertos alimentos.

Si se controla la dieta se puede lograr sobrellevar los síntomas mencionados. Para lograrlo, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés) y la Organización Mundial de la Salud ofrecen el Manual sobre Cuidados y Apoyo Nutricionales a los Enfermos de VIH/sida.

Afectaciones digestivas
Existe diarrea cuando una persona tiene evacuaciones líquidas dos o más veces en un día. Es un problema frecuente en personas con VIH y es causa de que el organismo pierda agua y minerales. También provoca mala absorción de los nutrientes en los alimentos.

Esta afectación puede ser un síntoma de enfermedad o efecto secundario de algún medicamento. Se recomienda no consumir fármacos para detener la diarrea que no han sido recetados por personal médico. Aun cuando la mayoría de las diarreas paran en uno o dos días, lo mejor es tomar líquidos en abundancia o un suero de rehidratación oral, así como no dejar de comer. Si el trastorno persiste por más de tres días, si se presenta fiebre, si aparece sangre en las heces o si se percibe una gran debilidad, la persona debe acudir al médico.

Otra de las manifestaciones más comunes es la falta de apetito, la cual puede tener muchas causas, entre ellas las infecciones, el dolor –principalmente en la boca o el intestino–, la depresión, el cansancio o una nutrición deficiente. Puede ser que la persona no sienta hambre, o bien, que quede satisfecha rápidamente y, por tanto, ingiera menos alimento del necesario.

Según afirma la FAO, la mejor manera de recuperar el apetito es comer. Se recomienda que la persona pruebe diferentes alimentos hasta encontrar los que más le gusten y que trate de llevar una dieta mixta. También es bueno hacer comidas menos abundantes pero más frecuentes, además de tomar mucha agua, leche, yogur, sopas, jugos o infusiones de hierbas.

El ambiente también es crucial para mejorar el apetito. Es buena idea enjuagarse la boca antes de comer, así los alimentos sabrán más frescos. También se puede hacer ejercicio ligero como caminar al aire libre. Comer en un lugar bien ventilado, lejos de olores desagradables o incluso de olores de cocina, puede ayudar, así como comer acompañado –aun estando en cama se puede procurar la compañía en ese momento.

Las náuseas también pueden llevar a la inapetencia. Éstas se originan en algunos alimentos, en el estrés, la falta de agua o algunas infecciones, así como en algunos medicamentos, pero hay fármacos que pueden ayudar a controlarlas.

Los vómitos, por su parte, hacen que el organismo pierda agua y se deshidrate. Si una persona está tan enferma que no puede comer, se recomienda que beba pequeñas cantidades de agua frecuentemente, jugos de frutas y sopas.

Las náuseas y vómitos pueden reducirse si la persona come en posición sentada y procura no acostarse en las siguientes dos horas después de haber comido; también debe tomar agua abundante después de las comidas.

Otras molestias
Las inflamaciones en la boca y la lengua son frecuentes en personas con VIH/sida y pueden dificultar el comer, haciendo que la gente lo evite. Si se presentan estas molestias se deben preferir los alimentos blandos como purés, frutas blandas (papayas, plátanos, aguacates), cremas de verduras, sopas, yogur y alimentos picados.

En este caso es mejor evitar los alimentos picantes, muy salados o ácidos (cítricos, vinagre, tomates), así como los que requieran masticarse demasiado, como las verduras crudas, o los que sean pegajosos, como la crema de cacahuate.

Es mejor mantener las bebidas a temperatura ambiente, ni muy calientes ni muy frías. Si el diagnóstico concreto es candidiasis bucal, se debe reducir el consumo de alimentos dulces porque el azúcar puede agravar el problema.

Otros disturbios digestivos que se suelen presentar son estreñimiento e hinchazones, así como la dificultad para digerir ciertos alimentos. Estos problemas se deben a que ciertos medicamentos como los antibióticos pueden destruir la flora bacteriana del intestino.

Ante estos problemas, la masticación adecuada puede facilitar la digestión. De igual forma, los alimentos fermentados como el yogur pueden ser más fáciles de digerir y contribuir a su vez a la digestión de otros alimentos. Estos ejemplos deben ser consumidos con la misma constancia que si fueran medicamentos, en especial durante y después de los tratamientos con antibióticos.

Una afectación que no es grave pero sí reduce la calidad de vida de las personas son las alteraciones en el sabor de los alimentos, situación que puede ser un efecto colateral de los medicamentos o de algunas infecciones. Para afrontar esto se sugiere probar distintos alimentos y especias hasta encontrar los que más gusten, siempre cuidando que la dieta sea variada. También se recomienda sustituir los condimentos acostumbrados por azúcar, vinagre o limón.

Estas y otras recomendaciones, así como una guía de alimentación, están disponibles en el enlace http://www.fao.org/docrep/006/y4168s/y4168s00.htm

 


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