Mundo
Ver día anteriorLunes 18 de noviembre de 2013Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
Presidente de Filipinas supervisa ayuda a damnificados
 
Periódico La Jornada
Lunes 18 de noviembre de 2013, p. 28

Tacloban, 17 de noviembre.

El presidente de Filipinas, Benigno Aquino III, viajó hoy a la provincia de Leyte, una de las más castigadas por el tifón Haiyan, y anunció que permanecerá aquí hasta que mejore la distribución de la ayuda a los damnificados, que se han quejado de no recibir la atención adecuada.

La oficina de gestión de catástrofes del gobierno de Filipinas informó que la cifra oficial de muertos que causó el meteoro aumentó a tres mil 976. Además, mil 590 personas están desaparecidas y casi cuatro millones han sido desplazadas, cuatro veces más de lo que se calculó originalmente. Según la Organización de Naciones Unidas (ONU), la cantidad de fallecidos es de cuatro mil 460.

Aquino pernoctará en Taclobán, capital de Leyte, donde prácticamente todos los edificios de la ciudad fueron dañados o destruidos por el tifón el 8 de noviembre.

La electricidad producida por generadores de diesel sólo está disponible en algunas zonas. No hay agua y la gente debe conformarse con la de vehículos cisternas.

Aquino dijo que los equipos de auxilio han logrado avances, pero de manera insuficiente. La campaña de donaciones de la comunidad internacional ha propiciado la entrega de ayuda y alimentos por más de 248 millones de dólares.

Queremos aliviar los problemas de todos lo antes posible. Permaneceremos aquí hasta ver mejoras, prometió Aquino.

El vocero presidencial Ricky Carandang dijo que Aquino quiere asegurarse de que la ayuda se distribuya correctamente.

No es la primera vez que Aquino se involucra directamente en una situación de crisis. Cuando insurgentes musulmanes ocuparon en septiembre varias aldeas de pescadores en torno a la ciudad meridional de Zamboanga, estableció un cuartel de mando en la localidad para supervisar la ofensiva contra los insurgentes.

El mes pasado, el presidente, de 53 años, durmió una noche en una carpa militar para acompañar a los residentes de una ciudad del centro del país que fue devastada por un sismo de magnitud 7.3 grados Richter.