Directora General: Carmen Lira Saade
Director Fundador: Carlos Payán Velver
Domingo 17 de noviembre de 2013 Num: 976

Portada

Presentación

Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega

Scerbanenco,
el escrutador

Ricardo Guzmán Wolffer

Para desmitificar a
Gabriela Mistral

Gerardo Bustamante Bermúdez

Else Lasker-Schüler: tan compuesta y a deshora
Ricardo Bada

Molotov: una bofetada
fiera y perfumada

Gustavo Ogarrio

Pushkin: trueno de cañón
Víctor Toledo

Bailar La consagración
de la primavera

Norma Ávila Jiménez

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Columnas:
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Enrique López Aguilar
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Artes Visuales
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La Jornada Semanal

 

Alonso Arreola
Twitter: @LabAlonso

En Medellín, el futuro de la música

Primer día

Conforme se acercan a Medellín, los aviones empiezan a sentirse trenes. Bamboleándose sobre montes incontables, el nuestro se sustenta en un verdor que regala –o hace imaginar– sembradíos de café y plátano. Viajamos en el espacio pero también en el deseo. Sí, finalmente pisaremos Colombia. Tierra de creadores y mujeres bellas. Tierra de un español que apenas suena ya canta entre los labios. Tierra pues. Tierra.

Estamos aquí porque nos invitaron a Circulart 2013, uno de los mercados sonoros más importantes de América y del mundo. Sus organizadores esperan que demos un concierto y que participemos en la mesa “El futuro de la música desde la perspectiva de los artistas”.  Claro, lo segundo nos pone más nerviosos que lo primero. Cuando hemos asistido a conversaciones semejantes, sea como expositores o mezclados entre la audiencia, siempre salimos insatisfechos.

Segundo día

Qué grata experiencia. En la charla sobre el futuro de la música conocimos a Víctor Víctor, músico dominicano padre de la bachata; uno de esos hombres que apenas hablan convierten las palabras en flores. El moderador fue el maestro Octavio Arbeláez, columna de Circulart, personaje que crea mejores mundos en nuestro mundo. Fue un cierre poético para un día de conferencias con gente deslumbrante, como Scott Cohen (The Orchard), Charles Slomovitz (Shazam), Bahigh Acuna (Spotify) y Marcos Chomen (cd Baby). Lo creemos porque –gracias a la curaduría de Sergio Arbeláez, hijo de Octavio– no se descuidó ni pervirtió al ser supremo: la música.


Emilsen Pacheco

Ya por la noche, en el Teatro Pablo Tobón, nos sorprendió el trabajo de Señor Loop, banda panameña cuya relación con México se ha ido estrechando. Búsquelos la lectora, el lector, y sonría este domingo pensando en las cosas tan buenas que se generan frontera abajo y que hace falta descubrir.

Tercer día

Nos gusta el Teatro Pablo Tobón Uribe. Nos gusta la banda Pumcayó de Guadalajara, que se suma a un cartel de seis para el día de hoy. Tiene carácter. Hay en sus miembros un buen trabajo vocal, una interesante urdimbre guitarrera. La base rítmica es sólida pero sabe adelgazar cuando se debe.

Entre los técnicos del foro destaca Coco, integrante de Puerto Candelaria, otra de esas agrupaciones que... Ya sabe… Sonría pensando en las cosas tan buenas que hay por  descubrir.

Cuarto día

Estamos frente a una computadora en el barrio El Poblado. A nuestras espaldas escuchamos parloteos a propósito de tecnología, medios de producción, formas de distribución, modelos de mercadeo, cultura de consumo… Sopesamos la complejidad de la nueva industria. A decir verdad, no nos preocupa el futuro de la música en esos términos. Ella va a estar bien. Siempre habrá gente sin torceduras cuidándole la vida. En los sitios más improbables del planeta las canciones sonarán –como lo hicieron desde el principio– para responderle a la naturaleza y al tiempo, para llamar a lo divino, para entretener, divertir y celebrar el nacimiento o la muerte. Siempre habrá experimentos de índole honesta. ¿Ejemplos? Emilsen Pacheco y Curupira.

El primero es figura señera del bullerengue, una suerte de fandango sin instrumentos de cuerda ni aliento que, en su forma más pura, deja todo a los designios de la voz y percusiones menores. El segundo es un grupo extraordinario que actualiza con ciencia extrema la tímbrica de gaitas, tambores y maracas. Su virtud es la microscopía extrema, la polirritmia con que nos aplasta sumando el léxico del bajo y la guitarra eléctricos. Pacheco, por el contrario, canta y toca las percusiones de manera religiosa. Sus letras son desgarradoras. La respuesta del coro que lo acompaña, tan senil como él, nos rompe para que el baile en que se turnan sus miembros, luego, nos restaure. Primero en foros separados, luego se juntaron para obsequiarnos una noche inolvidable en el Matacandelas, lugar de lugares en Medellín.

Quinto día

Hoy queremos ver a Radaid, también de Guadalajara, así como a otras bandas bogotanas que nos han recomendado. Estamos por cerrar maleta. Hay en ella muchos discos regalados. Escucharemos con especial atención el de Gualajo, rey de la chonta, marimba tradicional colombiana. Búsquelo también. Buen domingo. Buena semana. Buenos sonidos.