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El cantautor recordó a José Alfredo Jiménez en León

Tú y yo hemos sido mujeriegos, dijo Chavela Vargas a Sabina
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El cantautor español se puso y se quitó el sombrero ante la audiencia del Domo de la FeriaFoto Carlos García
Corresponsal
Periódico La Jornada
Domingo 10 de noviembre de 2013, p. 8

León, Gto., 09 de noviembre.

En la ciudad donde la vida no vale nada, el cantautor español Joaquín Sabina rindió homenaje a Chavela Vargas, recordó y reveló andanzas.

Sabina pasó por Salamanca y Dolores Hidalgo, en sus palabras, para poder cantar dentro de una canción de José Alfredo.

No olvidó homenajear al cómplice de la chamana –a El Rey, José Alfredo Jiménez, quien cumplió 40 años de fallecido– porque fue Chavela aquella señora quien le cantó al oído, como nadie, las canciones al propio dolorense.

Apegado a sentimientos y amoríos con Chavela Vargas, sin tapujos soltó: “La chamana un día me dijo: ‘Nos parecemos en dos cosas: los dos hemos sido muy borrachos’. ¿Y en que más?, le pregunté. ‘Los dos hemos sido muy mujeriegos’, me contestó”.

Poco después de las 21:30 horas se cumplía la cita de Joaquín Sabina con el público que de varias partes del estado se concentró en León. Su voz rasposa sonó: “Que se apaguen los coches, que se detengan todas las factorías…”

Una cascada de aplausos y gritos llenaron el Domo de la Feria, donde el músico español compartió más de dos horas de su música.

Totalmente recuperado de salud y olvidándose de aquel desvanecimiento que lo llevó a cancelar sus presentaciones, Sabina volvió a mostrar su lado alegre, romántico y bohemio.

Lo mismo ondeó la bandera del equipo de futbol León y lanzó arengas en favor de los Panzas Verdes, que se quitó el sombrero, en respeto y agradecimiento al público.

¿Saben por qué siempre traigo el sombrero puesto?, preguntó el español. Para poder quitármelo ante un público como ustedes, respondió él mismo, lo que provocó euforia en el recinto donde no cabía ni un alfiler.

He tenido la oportunidad de conocer lugares como este y conocí amigos que lloraron conmigo, dijo Sabina para recordar a la extinta Chavela Vargas.

Se detuvo un momento para andar por El bulevar de los sueños rotos, sin dar pésames, porque la música y los ausentes no son para estar tristes. No es una cosa fúnebre, no es un velatorio; hice la canción para gente que ama la vida, expuso.

Y luego dijo: En el bulevar de los sueños rotos vive una dama de poncho rojo, pelo de plata y carne morena. Mestiza ardiente de lengua libre, gata valiente de piel de tigre con voz de rayo de Luna llena.

Y al unísono, cientos de almas corearon: Se escapó de una cárcel de amor, de un delirio de alcohol, de mil noches de vela. Se dejó el corazón en Madrid ¡quien supiera reír como llora Chavela!

De su álbum Yo, mí, me, contigo el de Andalucía cantó a Silvia Pinal (la Viridiana de Luis Buñuel).

Y así dieron las nueve, las 10 y las 11, y el español partía plaza.