jornada
letraese

Número 206
Jueves 5 de Septiembre
de 2013


Director fundador
CARLOS PAYAN VELVER

Directora general
CARMEN LIRA SAADE

Director:
Alejandro Brito Lemus

pruebate


Disfunción eréctil
o la punta del iceberg

Gustavo Y. Sánchez Marcial

Teclear en Google disfunción eréctil (DE) arroja un aproximado de dos millones de resultados en español. Es un tema al cual se puede acceder de manera sencilla por internet, pero que al parecer está rodeado de medias verdades y charlatanería instantánea.
A la DE se le ha relacionado con trastornos psicológicos, los cuales pueden existir, pero sólo en un 10 por ciento de los casos, ya que el restante 90 se relaciona con problemas orgánicos, según el urólogo especialista en andrología Francisco López Montoya. Estos problemas van desde la hipertensión arterial, diabetes, obesidad o enfermedades cardiacas hasta el mismo cáncer, así que puede ser la punta del iceberg de una enfermedad aún mayor.
La DE se define como la dificultad o la incapacidad de que el pene tenga la rigidez suficiente para concluir la relación sexual, según el médico de la clínica Androsmedic, especializada en trastornos sexuales. La DE anteriormente era llamada impotencia sexual, término que se dejó de utilizar debido a tener una carga agresiva, además de que su raíz latina impotens se refiere al no poder y en la actualidad se ha llegado al consenso de que es no mantener la rigidez del pene.

Más que enfermedad, es un síntoma
Existen enfermedades que están relacionadas con la DE, como la hipertensión, el colesterol o triglicéridos elevados, enfermedades del hígado, afecciones cardiacas, pero también factores de riesgo que pueden provocarla como el tabaquismo (se tiene 1.4 veces más riesgo), alcoholismo, drogadicción, obesidad y sedentarismo. Estas enfermedades y factores suelen dañar la circulación sanguínea, que a su vez daña el endotelio, es decir, el tejido que recubre la zona interna de todos los vasos sanguíneos. El daño a dicho tejido es una de las causas más comunes de la disfunción eréctil. Por ello, en la actualidad hay muchos autores, según el andrólogo, que marcan a la DE más como un síntoma de patología que como una enfermedad.
La DE se produce cuando las arterias se ven obstruidas por alguna anomalía que impide que los cuerpos cavernosos, los principales responsables de la erección del pene, se llenen de sangre. El sistema nervioso y el sistema circulatorio realizan una importante labor para que dichos cuerpos retengan la sangre, por ello, la diabetes es otra de las enfermedades principales que presenta a la DE como un síntoma al afectar a ambos sistemas.
La evolución de la DE es variable, explicó el andrólogo, ya que todo depende de la patología de base. Por ejemplo, hay personas con descontrol diabético donde llega a presentarse por periodos de días o semanas, sin embargo, hay otros casos donde los individuos cuidan mucho su salud o no recaen en los factores de riesgo antes mencionados, con lo cual puede tardar en aparecer.
Datos de una empresa farmacéutica arrojan que en México 1 de cada 2 hombres mayores de 40 años sufre algún grado de disfunción eréctil, pero debido a que muchas enfermedades muestran como síntoma a la DE, ésta no es igual en todos los casos. Por ejemplo, existe DE por insuficiencia arterial (relacionada con la diabetes, la hipertensión arterial o todos los factores de riesgo cardiovascular), por fuga venosa (muy común en jóvenes que padecen DE), de tipo psicógeno (donde se liberan grandes cantidades de adrenalina que impiden el flujo de sangre), aunque también existen otras causadas por traumatismos o enfermedades que deforman la estructura del pene (como la enfermedad de La Peyronie).

Para un mejor diagnóstico
Cuando el paciente acude al médico para atender la DE es común que el urólogo pregunte sobre la historia clínica para generar un buen diagnóstico. Aunque también se realizan estudios complementarios como perfil de lípidos, una biometría hemática, un perfil de hormonas o también puede ayudar un ultrasonido doppler de cuerpos cavernosos.
En cuanto a los tratamientos, éstos deben ser individualizados y, por lo tanto, diversos. Debido a esto, el doctor Francisco López sitúa tres escalones principales para atender a los pacientes. En el primero ubica a los fármacos orales. En el segundo escalón de terapia se sitúan los pacientes que tienen baja respuesta a los medicamentos orales o los que tienen contraindicaciones con éstos, por ello se les recetan fármacos intracavernosos, es decir, inyecciones que se colocan en el pene. Y por último, en el tercer escalón están las bombas de vacío, las ligas peneanas, las cirugías de revascularización y las prótesis peneanas. Todos estos tratamientos deben ser aplicados conjuntamente con un tratamiento a la enfermedad base.
Sobre los medicamentos orales existentes el urológo recalcó que no generan adicción y son en general fármacos seguros, siempre y cuando el médico lo señale, ya que en la actualidad muchas personas se automedican o caen en excesos, con lo cual sólo dañan su organismo.
Prevenir la DE conviene a todos los hombres y se puede lograr al tener una buena alimentación, hacer ejercicio y sobre todo, tener una vida sexual activa ya que durante el sexo se liberan endorfinas, que tienen un efecto antioxidante, y se consigue una mejor circulación, por ello "es uno de los mejores métodos preventivos para la disfunción eréctil", abundó el urólogo.
Cuando al hombre le cueste más trabajo conseguir una erección, cuando se pierda ésta en más de tres o cuatro intentos o persista más de un mes, si disminuyen o faltan las erecciones matutinas, si se eyacula más rápido de lo habitual o con una erección no completa, es necesario acudir al urólogo. Si la DE no se atiende a tiempo el problema puede agravarse y se pasa directamente al tercer escalón de terapia, donde los costos suelen ser elevados y en la mayoría de casos los daños son irreversibles.
El andrólogo López Montoya comentó que "la vida sexual del hombre se termina hasta que él quiera siempre y cuando existan las alternativas terapéuticas y tenga condiciones de salud que le permitan ayudarle", por lo cual es recomendable tener hábitos saludables y, sobre todo acercarse al médico para descubrir si hay todo un iceberg debajo de esta complicación.

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