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Desde el otro lado

Los indocumentados y el seguro social

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esulta un poco ocioso continuar hablando de la traída y llevada reforma migratoria en los Estados Unidos en momentos en los que el sector más conservador del partido republicano en la Cámara de Representantes se ha negado a siquiera discutirla. Sin embargo, vale recordar algunas de las contribuciones de los migrantes a la economía estadunidense que la ceguera de ese sector se niega a reconocer.

En una emisión reciente de la cadena pública de radio NPR, se informó que, de acuerdo a un estudio de la publicación Health Affairs, que se especializa en asuntos relativos a la administración de la seguridad social, se dice que en el año 2009 los migrantes indocumentados aportaron 33 mil millones de dólares al sistema de seguridad social provenientes de los descuentos a sus salarios en los sitios en los que han trabajado, y a cambio recibieron 19 mil millones de dólares por concepto de retiro. El resultado fue un subsidio neto de 14 mil millones al sistema de seguridad social. Según el mismo estudio, entre 2002 y 2009 los migrantes generaron un superávit en el seguro social de 115 mil millones. Una de las razones es que las personas indocumentadas, quienes pagan proporcionalmente lo mismo que los ciudadanos por diversas razones, al dejar de trabajar no reclaman la parte que se les ha descontado por concepto de seguro social. El resultado es que el sistema se ha beneficiado de un fondo perdido que, según cálculos de la propia oficina administradora del seguro social, hasta el año 2007 oscilaba entre 120 y 240 mil millones de dólares.

Lo contrario sucede con los ciudadanos estadunidenses. En otro estudio, elaborado por la Alliance Health de Cambridge, Massachussets, se dice que en el año 2002 los estadunidenses contribuyeron con 193 billones al seguro social y recibieron beneficios por 223 mil millones, lo que representó un déficit de 31 mil millones de dólares.

De aprobarse una reforma migratoria, mediante la cual se asimilará a once millones de indocumentados, es factible que muchos de quienes no reclaman los fondos que les corresponden por concepto de seguro social estarán en posibilidad de hacerlo. Probablemente el superávit que ellos generan se esfumaría, o cuando menos mermaría sustancialmente. Tal vez sea exagerado pensarlo, pero esta pudiera ser una de las consideraciones de quienes insisten en limitar los alcances de la reforma migratoria, o cuando menos posponerla tanto como sea posible.