Sociedad y Justicia
Ver día anteriorDomingo 28 de julio de 2013Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

El AICM es la puerta principal de México, sostiene Alfonso Sarabia

Frenará el crecimiento seguir con este aeropuerto: director

En unos 4 o 5 años, la terminal llegará al límite de crecimiento y de capacidad para servir a todos los pasajeros, alerta

Está en favor de construir una nueva base competitiva

Foto
El director del AICM, Alfonso Sarabia, estimó que este año esta terminal atenderá a 32 millones de pasajeros. Imagen de archivoFoto Alfredo Domínguez
 
Periódico La Jornada
Domingo 28 de julio de 2013, p. 32

A cinco años de que el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) llegue al límite de su crecimiento y de su capacidad para servir eficientemente al 100 por ciento a los pasajeros, su director general, Alfonso Sarabia de la Garza, advierte que algo se tiene que hacer, de lo contrario, estoy seguro de que vamos a frenar el crecimiento económico del país, pues el aeropuerto es la puerta principal de México.

El funcionario –quien asumió el cargo el 11 de marzo– se pronunció por construir una nueva terminal aérea competitiva. Aseguró que es ajeno a cualquier nuevo proyecto y que, mientras tanto, la prioridad de su gestión será la seguridad de los pasajeros y la eficiencia de la infraestructura, luego de años de descuido y abandono de las instalaciones.

Sarabia de la Garza fue coordinador de Administración de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) en la década pasada.

–¿En qué condiciones recibió al AICM y cuáles son los compromisos de su administración?

–Había descuido y abandono de las instalaciones. Se había perdido la más mínima disciplina, y si no la hay en un aeropuerto tan importante, pueden darse accidentes. Cada quien hacía lo que quería y no había un programa real de mantenimiento. Queremos poner orden. Nuestra prioridad es la seguridad y la eficiencia en la infraestructura.

–¿Cuál es su opinión sobre las diversas opciones que se perfilan respecto de la inminente saturación del aeropuerto?

–Algo se tiene que hacer, porque estoy seguro de que vamos a frenar el crecimiento económico de este país. El aeropuerto es la puerta principal de México. Hay líneas aéreas que quieren venir porque le ven futuro a este país y un aeropuerto con dos pistas será insuficiente para lo que queremos hacer, porque la mira es grande.

“Con el crecimiento en número de pasajeros de 10 por ciento anual, este año vamos a llegar a 32 millones o más. Tan sólo en los 44 días de verano hablamos de 4.5 millones. Con base en esas cifras, pensamos que en unos 4 o 5 años andaremos en los límites de crecimiento y en la capacidad de servir eficientemente al 100 por ciento a los pasajeros.

Hay varios planes. Uno es fortalecer a las terminales metropolitanas de Toluca, Cuernavaca, Puebla, Querétaro o Pachuca, para que den un servicio de apoyo. Otro plan sería extender este aeropuerto, lo que veo poco viable. Y la tercera opción es construir uno nuevo, que a mí me encantaría. Éste tiene 60 años y dos pistas, y así no podemos competir en esta economía globalizada.

A continuación, aclara: “No tengo nada que ver con un nuevo proyecto. Estoy encerrado trabajando en que opere eficientemente este aeropuerto. No he visto ni me han consultado al respecto. Lo harán después, seguramente, y yo voy a dar mi punto de vista de lo que he vivido aquí.

La liga se ha estirado ya demasiado. Imagínese uno nuevo con seis pistas, viendo que bajan aviones enormes que traen 500 pasajeros. Sé que hay interés de Japan Airlines, Chinese, Turkish y Emiratos Árabes de venir a la ciudad de México, y la conectividad es lo importante en este siglo XXI.

–¿Cuál es el beneficio de la redistribución de horarios de despegue y aterrizaje que se aprobó recientemente?

–Beneficia a los pasajeros por dos cosas: seguridad y calidad del servicio. Habrá menos demoras. Todo está más ordenado y programado; solamente así podemos garantizar seguridad para el pasajero.

–¿Aun ahora, cuando todavía no entra en vigor?

–Trabajamos más para garantizarlo. En octubre quiero estar menos presionado, por eso pedimos que los gobernadores y miembros del gabinete aterricen en Toluca a partir de octubre.

“En 1994 había una circular que pedía que toda esta aviación se fuera a Toluca, pero se aflojó la disciplina. Se pierde el orden y el riesgo empieza a subir. Ya han salido varios (aviones) y sólo queda el gabinete de seguridad. La idea es que el 28 de octubre, fecha fijada por la Dirección General de Aeronáutica Civil, ya no estén aquí esas aeronaves.

–La balacera en la Terminal 2 en 2012 o los incidentes con la empresa de seguridad privada Eulen han puesto en tela de juicio la seguridad y la transparencia dentro del AICM. ¿Qué medidas se han tomado al respecto?

–Capacitación. Eulen me tiene que dar buen servicio. La misma empresa capacita a su personal a exigencia nuestra porque no queremos que le falten el respeto a un cliente, sea quien sea. También me he movido para que la Policía Federal (PF), los agentes de migración o los aduaneros cambien de actitud.

Lo único que exijo es que la PF sea atenta y amable con mis pasajeros. Si viene droga, ése es problema de ellos; ahí está la autoridad competente que debe encargarse de eso. Yo nada más veo que sean amables con los pasajeros, que éstos tengan seguridad y opere eficientemente el inmueble.

Opera con número negros

–¿Cómo va a potenciar comercialmente a la terminal aérea?

–El aeropuerto opera con números negros. Estamos a la espera de que el Poder Judicial se defina en torno a Mexicana de Aviación y Aviacsa, porque nos deben bastante.

“El 31 de diciembre de este año Fumisa (empresa que participó en la construcción de locales, salas de espera y estacionamientos, y tuvo derecho a explotarlos comercialmente por varios años para recuperar su inversión) regresará 80 por ciento de la infraestructura y el último día de 2014, el 20 por ciento restante. Eso beneficiará al AICM porque operará directamente esos espacios y tendrá más recursos.

Aunque este aeropuerto termine en dos, tres o 30 años, yo debo tenerlo operando perfectamente bien hasta su último día de existencia.