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Desde otras ciudades

Catapolicías cuidan las entrañas de París

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Las catacumbas de París fueron cerradas en 1955Foto Tomada de Internet
L

as catacumbas de París, un laberinto de túneles que data del medievo, tienen ahora quien las custodie: los catapolicías, cuya misión es controlar a una microsociedad subterránea que las explora y organiza fiestas y ritos.

Pese a estar prohibidas al público desde 1955, debido a los riesgos que supone recorrerlas, las catacumbas de París –cuyos estrechos túneles y cuevas llenas de ratas figuran en cientos de películas y novelas– atraen a exploradores urbanos, a artistas del grafiti y a apasionados de la historia.

Estos individuos y grupos clandestinos, que se autodenominan las catáfilos o amantes de las catacumbas, reivindican el extraño placer de recorrer y apropiarse de esos estrechos pasajes húmedos y galerías oscuras, que abarcan unos 280 kilómetros, y hasta de organizar allí grandes festejos.

Pero para vigilar que el orden y la ley se cumplen no sólo en la superficie de la Ciudad Luz, sino también bajo tierra, se creó en 1999 la compañía especializada de intervención de la policía de París.

La tarea de sus agentes, conocidos como los cataflics (del término catacumba y flic, policía en argot francés) es no dejar que los catáfilos penetren en los túneles y celebren allí bulliciosas veladas nocturnas.

Hace unos seis años, un equipo de esos agentes –vestidos con ropavieja, cascos, lámpara frontal y botas de lluvia– irrumpió en una fiesta clandestina que congregaba a unas 300 personas.

A 20 metros bajo tierra, la oscuridad es total y reina el silencio, perturbado sólo por las lejanas vibraciones del Metro. El objetivo del equipo es siempre el mismo: detectar y expulsar a los ocupantes ilegales de este mundo subterráneo.

Afp