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Gino Vannelli se presentará mañana con su banda en el teatro Metropólitan

Mis discos y conciertos los hago con la emoción de un veinteañero

Transmitir de la mejor manera mis mensajes, actuar en el escenario con mucho rigor y crear las mejores producciones para la gente, fórmula para mantenerse en el gusto de sus fans, afirma

 
Periódico La Jornada
Miércoles 24 de julio de 2013, p. 8

Posee una seductora voz, que, en su opinión, es la vía transmisora de los mensajes contenidos en sus canciones, que parecen tener la esencia de la dopamina. Dice que leer poesía y filosofía ha sido fundamental en su proceso creativo.

Desde los años 70, le ha cantado al amor. Algunos de sus temas, muchos éxitos en las listas de la música comercial, han sido una especie de banda sonora de la vida de muchas personas. Ahora, su presencia destaca más en festivales de jazz que en las pizarras de clasificación del mainstream.

Es Gino Vannelli, crooner contemporáneo, quien, junto con su banda, se presentará este jueves en el teatro Metropólitan. En la ciudad de México estuvo hace unas dos décadas, aunque actuó en 2009 en el Festival de Rivera Maya.

En entrevista con La Jornada expuso su fórmula para mantenerse en el gusto de sus seguidores por casi cuatro décadas: Transmitir de la mejor manera mis mensajes, actuar en el escenario con mucho rigor y crear las mejores producciones para la gente.

A través de un auricular, Vannelli agregó: En todos mis discos y conciertos expreso dedicación, energía y concentración como la de alguien de 20 años. Sigo sintiendo la misma emoción; me sigo poniendo nervioso.

Las percusiones, en sus inicios

Russ Vannelli, miembro de la banda de Maynard Ferguson y padre de Gino, fue la principal influencia para el músico, oriundo de Montreal, que se inició tocando las percusiones, pero que al descubrir su aterciopelada voz, sucumbió a la catarsis del canto.

Los hermanos de Gino, Joe y Ross, también son músicos. Juntos, se fueron a Los Ángeles a buscar suerte.

Se dice que en una ocasión, Gino se plantó fuera de los estudios de A y M Records para buscar al trompetista y compositor Herp Alpert, quien ya gozaba de reconocimiento. Éste invitó al canadiense a una audición en la que quedó impactado por su voz. Vanelli firmó en 1973 con ese sello su álbum debut Crazy Life. Fue el principio de una carrera que ahora expone tonalidades dentro de varios estilos, entre ellos el jazz. Toco en festivales de ese género, pero todo auditorio es importante para mí, afirma.

Vannelli se cimentó en la industria con el disco Powerful People (producido por su hermano Joe). Hiló su producción con placas que lo erigieron como un cantante profundo con aura de sex appeal. Se cuentan Storm at Sunup, The Gist of the Gemini y A Pauper in Paradise.

En 1979 editó Brother to Brother, del cual se desprendió el sencillo I Just Wanna Stop (postulada al Grammy como mejor canción), que, junto con It Hurts to Be in Love, es un himno con el que homenajea al amor, parte de un deseo, una rendición. Es atracción, comunicación, confianza plena. Son ecos en la cabeza y en el interior. Es dedicación y lealtad. Es algo sencillo pero incomprensible, aseguró Vannelli en la charla.

Foto
Gino VannelliFoto Cortesía de la producción

En los años 80, saltó a la popularidad internacional con el disco Black Cars, que pintó su nombre en los charts. Venía precedido por Nightwalker. Publicó después Big Dreamers Nevers Sleep. En los años 90 salieron a la luz Inconsolable Man, Live in Montreal, Yonder Tree y Slow Love.

Vannelli afirmó que la música ha cambiado a partir del uso de la tecnología. De alguna manera ha mejorado, porque el sonido se puede pulir para las producción de discos. Pero, por otra parte, creo que ha mermado la creatividad de los artistas, que se limitan en el aspecto de desarrollar sentimientos.

Abundó: “Ahora vas a un estudio y con base en los avances de los programas para producir y editar puedes alcanzar sonidos increíbles, así como componer. Con un software puedes crear tú mismo el sonido de un bajo, de un piano, de una batería, y así te queda tiempo para leer, redescubrir tus secretos. Aunque, por otro lado, está el camino de la vieja escuela: puedes invitar a tu pianista una mañana y probar juntos nuevas texturas sonoras, sentir nuevos ritmos. Aunque no me cierro a la tecnología, sigo trabajando de la forma clásica”.

La filosofía y la poesía, fundamentales

A Vannelli le encanta aprender, por eso insiste en que leer filosofía y poesía son fundamentales en su proceso creativo. Todo proviene de una idea que se ha enriquecido de todos esos temas.

En 2003 editó Canto, disco en el que canta también en francés, italiano y español. Le siguieron These Are The Days, A Good Thing, Stardust in the Sand y The Best and Beyond. Ahora prepara una nuevo disco.

Considera que la música puede ser el mejor alimento para la pobreza etérea que hay en el mundo. Además, es una forma de comunicación con la que puedes decir a la gente cómo elevar su espíritu. La primera labor es hacer que sienta y luego, que desarrolle momentos de amor.

A Vannelli se le asociaba, sobre todo en los años 80, con la música pop, en la que hoy día hay de todo: buena y mediocre. Pero existen excelentes cantantes y agrupaciones, que de esa forma muestran su libertad, como los que surgieron desde la década de 1980. Eran más instintivos.

Se calificó: “No estoy tan seguro de ser totalmente un crooner, que asocio con esos cantantes románticos de la vieja escuela. Soy sólo un cantautor.”

Gino Vannelli tocará mañana en el Metropólitan a las 21 horas. Boletos al 5325-9000.