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La Hermandad Musulmana rechaza los nombramientos y reformas a la Constitución

Designan a Hazem Beblawi premier egipcio; El Baradei, vicepresidente

Caos e ira en la morgue luego de la matanza; niegan funeral religioso a los islamitas

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Hazem Beblawi, el nuevo primer ministro. A la derecha, con supuestos ataúdes, simpatizantes del derrocado presidente Mohamed Mursi condenaron la matanza en El CairoFoto Reuters y Xinhua
The Independent
Periódico La Jornada
Miércoles 10 de julio de 2013, p. 30

El Cairo, 9 de julio.

La familia de Mohamed Khair Gamal buscó su cuerpo durante tres días, después de que lo mataron de un tiro. Lo encontraron en el fondo de la morgue de un hospital de Zinhom, lugar que su madre, médica, conoce bien. El cadáver estaba en una pila de muertos que resultaron de la matanza del lunes, cuando las fuerzas armadas dispararon contra simpatizantes de la Hermandad Musulmana.

No muchos cuerpos iban a ser devueltos a sus familiares a tiempo para estar en el homenaje fúnebre que la Hermandad planeó para sus simpatizantes caídos. Además, existía una profunda aprensión porque el acto pudiera desatar otro violento enfrentamiento, como los que han azotado Egipto desde que el presidente Mohamed Mursi, miembro de la Hermandad Musulmana, fue derrocado por el ejército.

Este martes los primeros pasos para lograr un nuevo futuro político para el país fueron anunciados por la administración interina con el nombramiento como primer ministro de Hazem Beblawi, importante economista, mientras Mohamed El Baradei, cuyo nombramiento como premier fue bloqueado por el partido islamita conservador al-Nour, se convirtió en vicepresidente.

El ejército hizo advertencias a los políticos que hoy detentan el poder real. El general Abdel Fattah Sisi, su comandante en jefe, aseveró: El futuro de la nación es demasiado importante y sagrado para recurrir a maniobras y obstáculos. Fue un mensaje que se interpretó como crítica al partido conservador islamita al-Nour, el cual, aunque estuvo en favor de la partida de Mursi, se ha mostrado problemático.

El presidente Adly Mansur propuso una hoja de ruta acelerada, la cual prevé enmiendas a la Constitución que Mursi impuso cuando estaba en la presidencia, las cuales serán sometidas a referendo en cuatro meses, antes de celebrar elecciones parlamentarias y presidenciales, el año próximo.

Los nombramientos y las propuestas sobre la Constitución fueron rechazadas de inmediato por la Hermandad, la cual reiteró su llamado a una revuelta después de que más de 51 de sus simpatizantes murieron y 440 resultaron heridos en lo que llamaron una matanza a sange fría, afuera de los cuarteles de la Guardia Republicana.

El presidente adjunto de la rama política de la Hermandad, Essam Erian, del Partido de la Libertad y la Justicia, aseguró que la estrategia de los islamitas es como un decreto lanzado tras la medianoche por una persona electa por los golpistas, con lo cual se está usurpando el poder legislativo de un consejo electo por el pueblo, con el fin de llevar a cero al país.

En la morgue de Zinhom, mientras tanto, había un caos de decenas de familias y amigos dolientes. Todos furiosos, porque a los cadáveres se les negó el ritual religioso islámico de ser sepultados en las primeras 24 horas de la muerte, lo que empeoró el duelo por las pérdidas.

La mayoría de las personas opina que las propuestas para enmendar la Constitución son una treta.

Ya tuvimos elecciones y Mursi ganó democráticamente. ¿Por qué tenemos que celebrar otra elección?, preguntó Yusuf Shahdi, amigo de Mohamed Khair Gamal. “Personas murieron al defender el derecho de Mursi de seguir como presidente, y eso no puede despreciarse. ¿Qué hay del sacrificio de mi amigo?

Ni siquiera nos decían dónde estaba su cuerpo. Se tuvo que decir a su pobre madre que se le encontró aquí, un lugar al que ella viene a trabajar. Ahora ella está ahí dentro (de la morgue), llorando.

Gamal, de 27 años, murió por disparos durante los choques entre los seguidores de la Hermandad que intentaron tomar la plaza Tahrir por asalto, donde estaban reunidos miles de sus detractores. Mohamed Sorwar, un pariente, afirmó: Un hombre vestido de civil se acercó, oculto detrás de los soldados, y le disparó. Ése es el tipo de personas que ahora quieren secuestrar nuestra Constitución.

El doctor Mohammed Abu Sayed también estaba ahí para recoger el cuerpo de un amigo, Mohamed Abdurrahman, de 27 años, quien murió durante la confrontación en las barracas de la Guardia Republicana. Las morgues no estaban listas para recibir tantos cuerpos. No han tenido tiempo de lavarlos ni prepararlos adecuadamente, indicó.

No tener funeral para los mártires es una cosa; lo que ocurre con nuestro gobierno, otra. No se trata sólo de que el ejército echó al presidente Mursi, sino de los partidos políticos. Hemos descubierto que hay muchos tipos de liberales y que todos tienen una cosa en común: no nos ven, a los islamitas, como partícipes del proceso político. Ahora sabemos que no podemos depender de nadie más. Tenemos que tomar nuestro camino.

Algunos en la morgue decidieron que la actual crisis, al menos en parte, fue causada porque Mursi y su entorno se excedieron en sus atribuciones. Ashraf Alí Marwan, analista de 48 años, quiso hablar con The Independent alejado de los grupos de personas en la morgue, por temor a dar pie a discutir a gritos en un lugar como éste. Narró: Mi sobrino está ahí, muerto. Culpo a los soldados de asesinarlo, pero ¿cómo fue que llegamos a esta situación?

Voté por Mursi porque era una mejor opción que Shafik (Ahmed Shafik, primer ministro del antecesor de Mursi, el depuesto Hosni Mubarak), y no quería a nadie que tuviera que ver con el viejo régimen. Se suponía que Mursi representaría a toda la oposición, pero los islamitas quisieron hacerlo todo sin saber de nada y la economía se colapsaba. La muerte de personas como mi sobrino no servirán a la Hermandad Musulmana. No votaré por ellos en el futuro, y hay muchos que piensan como yo; y sin votantes como nosotros, nunca ganarán de nuevo, concluyó Marwan.

Un veterano diplomático occidental en El Cairo habló sobre cómo Mursi y la Hermandad Musulmana desperdiciaron una oportunidad de oro. “Tenían todo el apoyo y la buena voluntad de la comunidad internacional y de gente como Essam el Erian, que los consideraba competentes desde una perspectiva realista.

Pero en la realidad demostraron ser muy incompetentes. Todos se dieron cuenta de la destrucción de la economía, de cómo simplemente se iban quedando sin dinero pero seguían diciendo que iban por buen camino; que existían un plan. Bien sabemos que no era así. Y parece que para todo efecto práctico han perdido todos sus votos flotantes.

La noche de este martes aún había una multitud en la marcha de la Hermandad en Rabaa al Adawiya, cerca del lugar donde ocurrieron los asesinatos, y aún había personas esperando en la morgue. Marwan iba a llevar el cuerpo de su sobrino a su ciudad natal de Damietta para sepultarlo inmediatamente. Estará con personas que lo amaban. No queremos jugar a la política con los muertos de nuestra familia, dijo.

© The Independent

Traducción: Gabriela Fonseca