Opinión
Ver día anteriorDomingo 7 de julio de 2013Ver día siguienteEdiciones anteriores
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¿La Fiesta en Paz?

España, sin toreros mexicanos

La novillada en Cinco Villas, un éxito

Nueva aportación de Javier González Fisher

S

i Francia, Portugal y España, tan taurinos ellos, tuvieron que acatar la orden del imperio gringo de impedir aterrizar el avión en que viajaba el presidente de Bolivia, Evo Morales, ante la sospecha de que con él iba el estadunidense Edward Snowden, otro ciudadano que se ha permitido denunciar los refinados procedimientos de espionaje de Estados Unidos, único país del mundo que cree que Estados Unidos es el único país del mundo, ¿qué podemos esperar sus vecinos mexicanos en lo que a respeto a nuestra soberanía y valores culturales se refiere? Acertaste, lector: exactamente lo que les permitamos a nuestros entreguistas gobernantes, trátese de petróleo o de toros.

Sorprendidos en apariencia, varios críticos de aquí y de allá se dicen extrañados porque las dignísimas comparecencias de los jóvenes diestros mexicanos en la plaza de Las Ventas no se van a traducir en nuevas contrataciones acordes con esas hazañas, según esto debido a la grave crisis económica por la que atraviesa España, siempre firme en su convicción de país taurino exportador de toreros, no en debilidades im-portadoras que mantuviesen siquiera el barniz de internacional de una fiesta tradicionalmente colonialista, gracias a dependencias franco-latinoamericanas diversas.

Las puertas cerradas a nuestros toreros en la llamada Madre Patria debido al desempleo es una lectura piadosa de la realidad, ya que históricamente el proteccionismo del medio taurino español ha redundado en un espectáculo fortalecido hacia dentro y hacia fuera, gracias además a la preocupación de autoridades y ciertos sectores taurinos comprometidos con la dignificación y preservación de su fiesta de toros. Ejemplo éste que los taurinos del resto del mundo no han sabido o querido seguir.

Si en tiempos de vacas gordas España apenas dejaba pasar a nuestras figuras luego de presentarse en Madrid, hoy, con la contundente tauromaquia de Joselito Adame y sus dos triunfos sucesivos, y la raza mostrada por Diego Silveti, Arturo Saldívar y Sergio Flores, se comprueba que en la Península el proteccionismo taurino se agudiza y que nuestras figuras en cierne tendrán que esperar, sentadas, alguna sustitución en plazas de primera o de plano aceptar toros del agarradero en una cualquiera. Es otro de los daños colaterales de la dependencia, en los toros y en lo demás.

Una magnífica revelación en todos sentidos constituyó la reciente novillada celebrada en la plaza de toros Cinco Villas, en Cuautlalpan, estado de México, entre Texcoco y el Distrito Federal, de los entusiastas y generosos aficionados Luis Marco y Lucero Domínguez quienes, anteponiendo un taurinismo serio al exhibicionismo habitual de muchos, ofrecieron a los asistentes una hospitalidad desacostumbrada y un festejo lleno de matices y de torería, lo que confirmó dos cosas: que cuando las cosas se hacen con grandeza los resultados adquieren grandeza, y que sólo volteando la vista hacia los novilleros y apostando por ellos es como se puede fortalecer el futuro de la fiesta.

Cuando aquí afirmamos que el ruedo de Cinco Villas lo recubre albero sevillano, esa arena clara que parece inspirar a los toreros, teníamos la certeza de que en tan suntuoso escenario los jóvenes alternantes, triunfadores todos en Aguascalientes, pondrían todo de su parte, como sucedió. Se lidiaron cinco novillos de La Guadalupana, pro-piedad de don Juan Flores, so- bresaliendo por su nobleza y emotividad el tercero, Afortunado, que correspondió a Diego Sánchez, hijo del matador Luis Fernando, sobrino de Ricardo y primo de Juan Pablo.

Este Diego de 14 años no sólo aprovechó con cabeza y corazón las cualidades del novillo, sino que a cada lance y a cada pase le imprimió hondura, sabor y ritmo, ese sentido privilegiado del tiempo al realizar las suertes, en series por ambos lados hasta construir una faena variada, sentida y con gusto. Dejó una estocada entera en lo alto y el juez Pepe Garay concedió las dos orejas. Vaya futuro que tiene el más joven de la dinastía Sánchez. Sus alternantes –el cerebral Nicolás Gutiérrez, cortó oreja, y Javier Castro y Jorge Salvatierra, que lidió dos, la perdieron por pinchar- mostraron gran potencial, corroborando que en México sobran buenos novilleros pero escasean empresarios imaginativos.

Vuelve al ruedo editorial el incansable investigador Xavier González Fisher, quien junto con Jesús Antonio de la Torre Rangel realizó la compilación de inteligentes textos y cartas del escritor aguascalentense Luis Efrén de la Torre Aguilar (1889-1975), que diera lustre y respetabilidad al seudónimo El-hombre-que-no-cree-en-nada en publicaciones como El Universal Taurino y La Lidia. Honesto a carta cabal, jamás dejó que su pluma se contaminara con la dádiva o el chantaje, tan comunes en estos medios… –apunta en uno de los epílogos Alfonso Pérez Romo. Enhorabuena por esta nueva aportación.