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Dos años de indignados

La crisis en la eurozona ya no es el principal problema, refuta Alemania a EU

Persisten grandes desafíos para lograr crecimiento duradero en el mundo: G-7

Reunidos en GB, buscan medidas para eliminar paraísos fiscales y critican política monetaria de Japón

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Protesta del jueves pasado en Madrid contra los planes de nuevos recortes en el sector educativoFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Domingo 12 de mayo de 2013, p. 3

Aylesbury, 11 de mayo.

Acusados de entorpecer la recuperación económica, los drásticos planes de austeridad aplicados en Europa estuvieron en el centro del debate de los ministros de Finanzas y gobernadores de bancos centrales de los siete países más ricos del mundo (G-7), quienes este fin de semana se reunieron en Gran Bretaña para analizar las formas de impulsar el crecimiento y las políticas monetarias a escala mundial.

No podemos dar por sentada la recuperación, reconoció George Osborne, ministro de Finanzas británico y anfitrión del encuentro de dos días que reunió al grupo de las potencias industrializadas formado por Estados Unidos, Canadá, Alemania, Gran Bretaña, Francia, Italia y Japón.

Las opiniones difieren en el G-7 acerca del ritmo adecuado de reducción de los déficit, cuando Estados Unidos atribuye el estancamiento mundial a la magnitud de los planes de austeridad en Europa. El secretario del Tesoro estadunidense, Jacob Lew, dijo esta semana que la reducción del déficit no puede ser la única brújula.

Por su parte, el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, afirmó que la crisis de la zona euro ya no es el principal riesgo para la economía global, y que un nivel de liquidez relativamente alto podría causar problemas, en relación con las políticas expansivas que algunos bancos centrales aplican para impulsar el crecimiento económico, mediante la inyección de millones de dólares al mercado, como es el caso de Estados Unidos.

La recuperación económica está estancada por la crisis en la eurozona, y a mediados de abril el Fondo Monetario Internacional (FMI) revisó a la baja su previsión de crecimiento mundial, el cual calculó ahora en 3.3 por ciento para 2013, comparado con el 3.5 considerado en enero.

Aún hay numerosos desafíos para garantizar una recuperación duradera, declaró Osborne al cierre de la reunión de dos días. No podemos darla por sentada, pero nos comprometemos, como economías desarrolladas, a actuar para asegurarnos una recuperación duradera que aporte prosperidad a todos nuestros países, añadió el ministro de Gran Bretaña, cuyo país ocupa este año la presidencia temporal del G-7, durante la conferencia de prensa en esta ciudad –unos 60 kilómetros al norte de Londres–, donde se realizó el encuentro.

Pese a las diferencias con Washington sobre la austeridad europea, Osborne (partidario de aplicar medidas drásticas para resolver el problema) consideró que el encuentro confirmó que hay más puntos de acuerdo sobre las políticas presupuestarias de lo que estaba comúnmente admitido, punto de vista compartido por su homólogo francés, Pierre Moscovici.

En la reunión, que sirvió de preparación para la cumbre del G-8 (G-7 más Rusia), programada para junio en Irlanda del Norte, los ministros abordaron las reformas en la regulación financiera y las formas de eliminar los paraísos fiscales. Antes del inicio del encuentro hubo fuertes críticas a la política monetaria del gobierno japonés, que ha devaludo el yen para favorecer con ello sus exportaciones, así como la política expansiva del Banco de Japón.