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No importan los 15 años sin título de liga, la exigencia es igual para un equipo grande

La revancha de Mariano Pavone: del descenso en River al cetro con Cruz Azul

Luego que los Millonarios no renovaron su contrato jugó en el Lanús y en el Betis

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El delantero argentino Mariano Pavone desea permanecer con La MáquinaFoto Karla Torrijos
 
Periódico La Jornada
Domingo 12 de mayo de 2013, p. a14

El delantero argentino Mariano Pavone llegó al futbol mexicano con una encomienda muy grande: dar a Cruz Azul el título de liga que no consigue desde hace 15 años, tarea difícil para un jugador que fue señalado como el principal responsable del descenso de uno de los equipos más emblemáticos de su país: River Plate.

Sin embargo, después de dos torneos con La Máquina, a la que arribó en junio pasado para el Apertura 2012, en el que sólo pudieron llegar a los octavos de final, Pavone podría estar a punto de cumplir su cometido.

Después de conseguir la Copa, los Cementeros lucen renovados. El entusiamo contagió de tal forma a Pavone que en la última jornada de la campaña regular metió tres de los cinco goles que le anotaron a Monterrey y en la liguilla logró dos de los cuatro que le metieron a Morelia en el partido de ida, con lo que Cruz Azul está a punto de llegar a las semifinales del Clausura 2013.

Muchos los ubican como favoritos al título, pero ese no es un tema que le quite el sueño a Pavone, pues explica que la obligación de un cetro siempre existe en los equipos grandes. Si Cruz Azul se hubiera coronado hace tres años, cuando perdió la final ante Monterrey, hoy de todas maneras le exigirían el campeonato. En este caso se hace más escándalo por el asunto de los 15 años, pero en todos los clubes de renombre es igual.

El atacante, originario de Tres Sargentos, en la provincia de Buenos Aires, asegura en entrevista con La Jornada realizada en las instalaciones de La Noria que una de las causas por las que Cruz Azul no ha podido conseguir ese título es porque el futbol mexicano es muy competitivo, hay muchos equipos muy parejos, pocas veces hay alguno que sea bicampeón.

El descenso del River

Antes de llegar a México, el Tanque protagonizó un suceso lamentable, incluso para muchos increíble: el descenso del River Plate.

El 26 de julio de 2011, Mariano fue el jugador más odiado por los fanáticos del River, pues falló un penal ante Belgrano, el cual era de vital importancia para evitar que perdiera la categoría.

En el duelo de ida, los Millonarios cayeron 2-0. En la vuelta, en el Monumental, Pavone se perfilaba para ser el héroe, pues adelantó 1-0 a su equipo, por lo que sólo les faltaba un gol para igualar la serie. Sin embargo, Belgrano pronto rescató el empate.

En el segundo tiempo llegó el momento crucial: el árbitro marcó un penal en favor de River y Mariano fue el encargado de cobrar. Entonces usó todas sus fuerzas y lanzó un disparo potente y raso, pero al centro, el cual se estrelló justo en el portero. Con el ánimo decaído, los Millonarios ya no pudieron hacer nada en el tiempo que restaba y se consumó el histórico descenso.

Haber errado ese penal, le costó que River Plate no renovara su contrato, por lo que se tuvo que ir a Lanús.

–¿Después de eso, tú te sentiste el responsable del descenso del River?

–No, para nada –afirma de forma tajante.

–¿A pesar de que todo el mundo te lo echó en cara?

–Yo tomo la culpa y la responsabilidad al igual que todos, cada uno tiene parte de eso, desde el presidente hasta los jugadores, pasando por el cuerpo técnico. No por haber fallado el penal me siento más o menos culpable, todos tenemos parte de culpa, incluso desde los campeonatos anteriores.

Luego de firmar más de una veintena de autógrafos para los aficionados y de tomarse fotografías, el jugador de 30 años relata cómo ha superado aquel acontecimiento que marcó su carrera:

Fue un momento desagradable que siempre va a estar en el recuerdo. Pero uno tiene que seguir adelante, no te puedes quedar pensando en lo que pasó, sino mirar de frente, aprender de los errores o de las cosas que no fueron buenas y hacerte fuerte. Si no lo superas, tu carrera, en lugar de ir hacia arriba, se hunde.

Narra que fueron momentos muy difíciles, pero traté de ser fuerte. La dirigencia nunca me llamó para renovar y todo el tiempo me recordaban mi error, pero eso me dio fuerzas para seguir adelante y no caerme. Mis seres queridos siempre me alentaron y eso hizo que mi carrera no decayera, sino que tomó un nuevo impulso. Siempre hay que aprender de las cosas malas y salir a flote.

Su paso por Europa

–También fuiste a jugar a España, con el Betis… ¿qué tal la pasaste ahí?

–Igual no me fue como quería, pero a nivel personal crecí, no sólo futbolísticamente, sino también humanamente. El paso por Europa me hizo muy bien, conocí una liga muy linda, pero también un poco difícil, pues con el Barcelona y el Real Madrid, el máximo objetivo que les queda a otros clubes es pelear por ir a la Liga de Campeones, a la que entran los primeros cuatro. Luchar por el campeonato es casi imposible con esos dos equipazos.

–¿Y cómo fue que llegaste a Cruz Azul?

–Pues fue todo muy rápido: después de haber estado un año con el Lanús tenía propuestas para ir a Italia, a Inglaterra y estaba también lo del Azul. Hablé con mi primo José María Basanta, quien llegó aquí antes que yo y ahora está con el Monterrey, y con Christian Chaco Jiménez, a quien conozco desde las fuerzas básicas de Boca Juniors, y me hablaron bien del futbol mexicano.

“También influyó que el técnico Guillermo Vázquez habló conmigo, eso me gustó porque significó que él me quería. Para uno eso también es importante: a mí me tocó ir a Europa con un pase por el que pagaron mucha plata, pero a veces pasa que a lo mejor te quiere el director deportivo, pero el técnico no, o no te conoce, y después terminas sin jugar”.

Una vida consagrada al futbol

Pavone comenta que en su mente nunca cruzó otra idea más que la de ser futbolista, pues inició su formación desde muy pequeño en la escuela de Boca Juniors.

Cuenta que su padre fue corredor de autos y, aunque le inculcó el gusto por el automovilismo, su pasión siempre fue el balompié. Sí, me gustaban los autos, pero como siempre destaqué con el balón, pensé que me podía ir bien en el futbol. A los 13 años me fui a vivir a la Casa Amarilla, con Boca. Después, a los 15, me fui a Estudiantes La Plata, y luego ya a los 18 tuve mi debut en primera A.

Ahora, después de más de 15 años en las canchas, dice que quiere retirarse a los 35 o 36 años, o hasta que el cuerpo aguante.

Comenta que le gustaría ser entrenador, pues desea seguir ligado al balompié, pues siempre ha sido esa mi pasión.

Cuando llegue el momento de retirarse entrará en un dilema, pues aún no decide si lo hará con La Máquina o en algún equipo de su país. Los argentinos somos mucho de volver al club de origen o a uno que lo haya tratado bien, que es este caso; pero por lo pronto la idea es cumplir mi contrato aquí, ojalá se pudiera extender más.

A Pavone le quedan dos años más con La Maquina, y espera que en ese tiempo logre dar a la afición celeste lo que tanto anhela: un título de liga.