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Piden expertos cambios de estrategias

Efectos perversos de las guerras antidrogas
 
Periódico La Jornada
Miércoles 13 de marzo de 2013, p. 19

Una guerra frontal contra las drogas genera un efecto perverso que aumenta la violencia y la respuesta para disminuirla está en contar con una policía que genere confianza en la comunidad y opere con respeto a los derechos humanos, advirtieron investigadores de la Universidad de Stanford, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM).

Durante el segundo día del foro La inseguridad pública-ciudadana en América Latina: un reto regional, que se realizó en el ITAM, Beatriz Magalloni, de la Universidad de Stanford, dijo que la alternativa a la violencia no es una cuestión de fuerza sino de prácticas policiales de proximidad, confianza y respeto. Se necesita un rentrenamiento de la fuerza policial.

Explicó que cuando un gobierno central obliga a que el objetivo número uno de todos sus subalternos, incluidos los cuerpos policiacos, sea pelear contra las drogas, “genera mayor corrupción en la policía, porque los narcotraficantes van a ‘dar más mordidas’ a las policías locales y con eso se corrompe el aparato del Estado”.

Durante la mesa dedicada a la discusión de las intervenciones y mejores prácticas para disminuir la violencia, se destacó el caso de Brasil y la pacificación de las favelas en Río de Janeiro.

La experiencia en Brasil ha sido muy exitosa y sugiere que si bien es importante una capacidad fuerte del Estado para usar la fuerza, porque las organizaciones criminales pueden tener mucho poder, lo que hizo la diferencia fue la creación de una policía que logre ser muy próxima a la comunidad, que opera con respeto a los derechos humanos, subrayó la directora del programa de pobreza y gobernanza en el Centro de la Democracia, Desarrollo y Derechos Humanos de la Universidad de Stanford.

Por su parte, Benjamin Lessing, de la misma universidad, refirió que una fuerza estratégica, responsiva y bien desplegada tiene mucho más impacto en disuadir la violencia que un ejército enorme de policía brutal, descontrolado e indiscriminado, eso es lo que debe hacer el Estado.

Ignacio Cano, experto de la Universidad de Río de Janeiro, apuntó que si de algo nos sirve la experiencia de Río para lugares como México es que ya sabemos que la guerra no es un buen camino.

Finalmente, Emilio Gutiérrez, del ITAM, destacó la importancia de la coordinación horizontal y la cooperación entre policías locales, más allá de la coordinación entre los tres órdenes de gobierno.