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Se congregan unas 50 mil personas en el penúltimo rezo del ángelus en la plaza de San Pedro

Llama el Papa a una renovación de espíritu en la Iglesia católica

Futuros pontífices deberían sopesar también la posibilidad de renunciar, dice el cardenal Koch

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En la Plaza de San Pedro se reunieron ayer decenas de miles de fieles católicos para despedirse del PapaFoto Reuters
 
Periódico La Jornada
Lunes 18 de febrero de 2013, p. 24

Roma, 17 de febrero. El papa Benedicto XVI llamó hoy a todos los miembros de la Iglesia católica a renovarse en el espíritu, a renegar del orgullo y del egoísmo para vivir en el amor y a evitar la instrumentalización de Dios para fines propios, dando más importancia al éxito o a los bienes materiales.

Ante unas 50 mil personas que se congregaron en la plaza de San Pedro para acompañar al pontífice en su penúltimo rezo del ángelus, Joseph Ratzinger tuvo nuevamente pronunciamientos críticos sobre la práctica religiosa católica, mediante recursos y referencias bíblicas.

Con base en los evangelios de Mateo y Lucas, Benedicto XVI aludió a las tentaciones que se presentaron a Jesús como prueba de su amor a Dios y advirtió que en todo momento los ofrecimientos hechos al Mesías aparecieron encubiertos como propuestas convincentes y eficaces, e incluso buenas.

El núcleo central de las tentaciones consiste siempre en instrumentalizar a Dios para los propios fines, dando más importancia al éxito o a los bienes materiales. El tentador es falso: no induce indirectamente hacia el mal, sino hacia un falso bien, precisó el Papa alemán.

Comienza el adiós

En su conclusión, Benedicto XVI convocó a los católicos a no tener miedo de afrontar el combate contra el espíritu del mal, y recomendó: lo importante es que lo hagamos con él, con Cristo, el vencedor.

Los cuestionamientos de Ratzinger –quien antes de asumir el papado ganó prestigio como teólogo y vigilante de la doctrina cristiana y católica– comenzaron a ser expuestos durante la misa del Miércoles de Ceniza, en la que estuvieron presentes cardenales, obispos y miembros del cuerpo diplomático.

Ese día, el pontífice condenó los males que aquejan a la Iglesia, como la hipocresía y sus divisiones internas. La Iglesia está en ocasiones desfigurada por las divisiones dentro del cuerpo eclesiástico, apuntó.

El jueves, el Papa pidió a cientos de párrocos y seminaristas trabajar para que se realice verdaderamente el Concilio Vaticano II y se renueve la Iglesia.

Este domingo al mediodía, en contraste con el millar de personas que habitualmente se congrega para saludar al líder de los católicos en el séptimo día de la semana, la plaza de San Pedro fue literalmente ocupada por miles que comenzaron a dar el adiós al Papa.

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Benedicto XVI ayer en la misa del ángelus, penúltima que celebra antes de que entre en vigor su retiro como dirigente de la Iglesia católicaFoto Ap

Ratzinger fue recibido con júbilo y aplausos cuando se asomó a la ventana de su estudio y saludó a los peregrinos congregados en la plaza.

Gracias por haber acudido aquí de forma tan numerosa, dijo Benedicto XVI al término del ángelus. Esto también es una señal del afecto y la cercanía espiritual que me están mostrando en estos días, agregó el pontífice antes de suplicar a los fieles, en español, que recen por él y su sucesor.

Muchos de los congregados en la plaza portaban pancartas y aplaudieron al Papa con gritos de “Benedetto, Benedetto”. A la oración asistió también el alcalde de Roma, Gianni Alemanno.

Entre los fieles pudo verse una bandera mexicana, portada por el sacerdote Francisco Enríquez, originario de Zamora, Michoacán, estudiante en el Pontificio Instituto Bíblico.

Pero mientras que en la plaza de San Pedro los devotos oraron con el Papa, jerarcas de la institución continuaron hoy analizando las consecuencias y los efectos de la decisión de Joseph Ratzinger de renunciar al papado, a partir del 28 de febrero a las ocho de la noche en Roma (12 horas en la ciudad de México).

En cuanto a la decisión del Papa de abdicar, el cardenal Kurt Koch, jefe del departamento del Vaticano para asuntos de unidad cristiana y relación con los judíos, dijo que los próximos papas también deberían sopesar la posibilidad de renunciar, en vez de finalizar su pontificado con la muerte.

Koch, uno de los 118 cardenales menores de 80 años que podrán elegir al sucesor del apóstol Pedro en el cónclave que se realizará a mediados de marzo en la capilla Sixtina, opinó que el próximo Papa deberá tener cuatro cualidades: una profunda fe, una sólida doctrina, carisma y capacidad para gobernar.

El hermano de Ratzinger, Georg, de 89 años, opinó a su vez que la dimisión de Benedicto XVI sólo pretende dar al pontífice de 85 años más calma para su vejez.