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Bajo La Lupa

Debate sobre el fracking del gas esquisto: ¿burbuja o salvación energética?

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El campo petrolero Khurais, a unos 160 kilómetros de Riyadh, en Arabia Saudita; imagen de archivo de junio de 2008Foto : Reuters
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o existe propiamente debate sobre si el gas esquisto ( shale gas) constituye un milagro de la tecnología de Estados Unidos –tesis que maneja apabullantemente la propaganda de los multimedia anglosajones (ver Bajo la Lupa, 10/2/13)–, no visto desde Prometeo encadenado en el Cáucaso (en castigo a su hurto del fuego a los dioses del Olimpo para beneficiar a los humanos, quienes resultaron ingratos a la naturaleza), o si se trata de una vulgar burbuja especulativa abultada por los publicistas financieristas, postura que adopta el centro de pensamiento estratégico europeo, con sede en Bruselas, dedefensa.org (La burbuja de la que nadie se escapará, 16/11/12; 11 y 16/1/13).

Tan desigual debate no es ocioso: su epílogo será determinante para colocar de nueva cuenta a Estados Unidos como la potencia energética global en el primer tercio del siglo XXI, con pletóricos dividendos geopolíticos desplazando a Rusia y a la OPEP –en caso de resultar cierto el maná gasero– o solamente significará un estéril intento publicitario incapaz de impedir la decadencia de la otrora superpotencia unipolar, en caso de encubrir una vulgar burbuja especulativa del gas esquisto.

Un banquero amigo mío de altas polendas financieras –que pidió guardar el anonimato–, a quien solicité su opinión, me contestó sin ambages: “Resulta que el fracking (nota: fracturación rocosa a 4 mil metros de perforación, con inmensas cantidades de agua para extraer el gas esquisto) es una enorme burbuja (¡otra!), pues no representa una alternativa viable, sostenible”. Coincide notablemente con la postura de defensa.org.

Agrega: “Las inversiones en fracking comen efectivo en forma masiva, y no basta el efectivo generado por la venta de petróleo para financiar el crecimiento que requiere la industria, pues el efectivo generado ni siquiera es suficiente para mantener un nivel de producción, porque los pozos hechos con fracking se agotan rápidamente, requiriéndose –para una producción sostenida a un nivel determinado– continuada creación de pozos nuevos para cubrir el rápido agotamiento de producción. Es una carrera continua de crear pozos, solamente para mantener un nivel de producción”. ¡Qué ilustrativo!

Considera que “este proceso no participa de las ventajas de la producción tradicional de petróleo, que fue fuente abundante de generosas utilidades netas, aplicables para expansión de producción o para inversión en otras áreas”.

Su diagnóstico financiero suena impecablemente persuasivo: “El fracking no produce superávit de efectivo: come efectivo en forma de tamaño Gargantúa. Se sostiene con puros préstamos adicionales; un día van a tronar (sic), por impagables, esos pasivos. Otro negocio de Wall Street para pasarse por el arco del triunfo a los pequeños inversionistas, que andan desesperados buscando algo (sic) que dé un rendimiento”.

Por cierto, Aubrey McClendon, quien fundó Chesapeake Energy, la mayor productora de gas natural en Estados Unidos, fue obligado a renunciar por los inversionistas debido a la ausencia de ganancias y al gran endeudamiento de la empresa: colapso financiero debido a la caída del precio del gas natural y la falta de liquidez (Dembeli.org, 30/1/13).

Dedefensa.org desecha sin miramientos el mito de la revolución del gas esquisto en Estados Unidos como burbuja especulativa cuya explosión es inevitable: ¡entre 18 y 24 meses y quizá antes!

El portal europeo, el cual abrió el rubro especial “ shalegas-gate” de consulta, fustiga a los productores de Estados Unidos como responsables de su arma de destrucción masiva: la producción de los pozos (EUR: estimated ultimate recovery), muy sobrestimados.

Aporta el ejemplo del fracaso sonoro de Chesapeake Energy y su polémico jerarca dimisionario Aubrey McClendon.

Como de costumbre, los pocos petrogeólogos y geofísicos independientes (sic) que se atrevieron a rechazar el espejismo de los EUR abultados por la industria gasera fueron anatemizados y exorcizados de los grandes coloquios de Oil & Gas.

La cacería de brujas de los escépticos no tuvo éxito y hasta The New York Times (25/6/11) no tuvo más remedio que avanzar la idea de una manipulación de las cifras de la industria gasera.

Ha existido una enorme producción de gas natural en Estados Unidos en los años recientes, lo cual ha facilitado el análisis de la producción de los pozos perforados, lo cual revela que la realidad de la producción es muy inferior a las proyecciones de la industria. ¡Los EUR están hiperinflados!

El geólogo Arthur Berman, quien trabajó para Amoco (petrolera de Chicago) durante 25 años, analizó tres campos históricos –Barnett, Fayetteville y Haynesville– y devela la hiperinflación de los EUR que la industria omite (sic) mencionar a los inversionistas deslumbrados por los banqueros y cuya mayoría ignora las sutilezas del gas esquisto.

En las antípodas, un reporte de la polémica Agencia Internacional de Energía (12/11/12), atrapada no pocas veces en tareas desinformativas, sentencia que los grandes campos de gas asociado al petróleo en Eagle Ford, Utica, Marcellous y Bakken deben permitir a Estados Unidos convertirse en el primer productor de petróleo en 2017, antes que Arabia Saudita. ¡Vaya hipérbole!

Dedefensa cita al ingeniero geólogo texano Gary Swindell, quien derrumba la producción del campo portentoso Eagle Ford, al calcularla dos veces menor ( Forbes, 14/10/12).

Hasta la agencia británica Reuters (22/10/12) pone en tela de juicio el campo milagroso de Utica: ¿Es el secreto energético de Utah un auge o un fracaso?

Pese a la evidencia de los datos duros, la industria gasera desprecia a los seudoexpertos aislados que se atreven a poner en duda la infalibilidad de la AIE.

Dedefensa es implacable y luego de desacreditar a la Energy Information Agency de Estados Unidos, bajo la férula interesada del gobierno aliado a la industria gasera, cita un reporte de agosto de 2012 de la muy seria US Geological Survey –una agencia gubernamental conformada por expertos–, que corrobora los hallazgos de los escépticos entronizados ahora de realistas.

El portal europeo pone en duda tanto la capacidad técnica como las cifras alegres del controvertido economista en jefe de la AIE, Fatih Birol, quien durante la difusión de la fantasiosa Perspectiva energética global (12/11/12) colocó a Estados Unidos como el primer productor mundial de petróleo en 2017.

El portal europeo es muy pesimista respecto al fracking y la sobrexplotación del gas esquisto en Estados Unidos, pese a su modelo económico erróneo y la fantasía de la revolución energética.

El gas esquisto formará parte relevante de la mezcla energética de Estados Unidos, pero no será un transformador del juego geopolítico (un game changer), ya que Estados Unidos no exportará GNL (gas natural licuado), Rusia no estará amenazada (sic) en el mercado europeo y los proyectos australianos de GNL podrán ser concluidos.

El gas esquisto no será tampoco barato, cuando su pretendida dimensión estratégica representa quizá otra burbuja en la que puede ser arrastrado el “México neoliberal itamita” con el cuentito muy aburrido del tesoro compartido.

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