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Volverá Volgogrado a tener su viejo nombre seis veces al año

Rusia conmemora 70 años de la batalla de Stalingrado
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Rusos atraviesan Kurgan Mamayev, la colina que domina desde la altura la urbe de Volgogrado, para recordar el fin de la cruenta batalla que significó el principio del fin de la Alemania nazi en la Segunda Guerra MundialFoto Reuters
Corresponsal
Periódico La Jornada
Domingo 3 de febrero de 2013, p. 22

Moscú, 2 de febrero. Por vez primera en medio siglo, en un inédito cambio de nombre con plazo de caducidad, Volgogrado volvió a ser este sábado –sólo durante 24 horas– Stalingrado, de acuerdo con una reciente y polémica decisión de la Asamblea Parlamentaria de esa ciudad a orillas del Volga.

Según ésta, presentada casi como solución salomónica, los legisladores aprobaron que Volgogrado pueda llamarse Stalingrado seis veces al año, en fechas memorables para la ciudad.

De este modo, el cambio de nombre también se hará efectivo el 9 de mayo, Día de la Victoria; el 22 de junio, Día de la Memoria y el Dolor; el 23 de agosto, Día del Recuerdo de las Víctimas del Bombardeo de Stalingrado por la aviación nazi; el 2 de septiembre, Día de la Terminación de la Segunda Guerra Mundial, y el 19 de noviembre, día en que comenzó la derrota de los nazis cerca de Stalingrado.

Hoy, en ocasión del 70 aniversario del fin de la cruenta batalla que significó el principio del fin para la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial, empezó a aplicarse la flamante norma y se llevaron a cabo actos conmemorativos con la presencia del presidente Vladimir Putin.

Stalingrado para siempre será símbolo de unidad y triunfo de nuestro pueblo, símbolo de auténtico patriotismo, símbolo de la gran victoria del soldado liberador soviético. Y mientras seamos fieles a Rusia, a nuestro idioma, a nuestra cultura, a nuestras raíces, a nuestra memoria histórica, Rusia será invencible, aseveró Putin en su discurso.

Se atribuye a un llamado Sindicato de Ciudadanos de Rusia, con el apoyo del Partido Comunista de Rusia, la iniciativa de utilizar el nombre de Stalingrado en lugar de Volgogrado, vigente desde 1961, ciudad que desde su fundación en 1589 y hasta 1925 se llamó Tsaritsin, algo así como laguna amarrilla en traducción libre de la lengua turca.

Para ello entregaron al Kremlin 100 mil firmas de apoyo –conforme a otra versión, la mitad– recabadas en Volgogrado, Moscú, San Petersburgo y otras ciudades rusas, pero la propuesta no prosperó por varias razones:

Porque no todos en Rusia veneran el nombre de Iosif Stalin, a quien muchos consideran un dictador que mandó fusilar o recluir en campos de concentración a millones de personas inocentes.

Porque un cambio permanente de nombre tendría un costo económico muy elevado y, además de obligar a cambiar documentación oficial de la ciudad, mapas de carreteras y ferrocarriles de Rusia, dispositivos GPS, placas de automóviles, un millón de personas deberían realizar engorrosos trámites para remplazar su documento nacional de identidad. En los años 90 se intentó cambiar el nombre de Krasnodar a Ekaterinodar y se rechazó por estimar un gasto de 70 millones de rublos. Ahora sería decenas de veces más caro.

Porque provocaría una reacción en cadena: ¿qué hacer con San Petersburgo y Leningrado? ¿Por qué no llamar Königsberg a Kaliningrado la fecha de cumpleaños de su hijo más ilustre, el filósofo Immanuel Kant? Y muchas preguntas más que se podrían formular y cuyas respuestas favorables al cambio de nombre serían un verdadero dolor de cabeza para las autoridades.

Al calor del culto a la personalidad, sólo en la Unión Soviética, aparte de Stalingrado, hubo seis ciudades más que llevaron su nombre, entre ellas la ucraniana Donetsk (Stalino) y la tayika Dushambe (Stalinabad), sin hablar de las numerosas aldeas o ciudades de países del campo socialista que también lo hicieron.

Se cree que la decisión de los legisladores de Volgogrado –otra vez se llamará así a partir de este domingo– es un gesto de la bancada oficialista de Rusia Unida, actual mayoría, hacia los jubilados de la ciudad, en un intento por arrebatar votos al partido comunista en las elecciones parlamentarias del siguiente otoño.

Al menos las autoridades dejaron claro que aceptaron cambiar el nombre de la ciudad durante seis días al año a petición de los veteranos, al margen de las firmas de respaldo que hayan podido reunir.